La historia de Porsche comienza con la historia de su fundador, Ferdinand Porsche. Ya desde adolescente estuvo interesado en la electricidad y su juventud estuvo plagada de éxitos laborales para otros fabricantes. En 1893 entró a trabajar en Brown Boveri, una empresa del sector eléctrico en la que ascendió rápidamente.
Cinco años después, abandonó la electricidad para entrar a formar parte de la división de automóviles de Jacob Hans Bonza Lohner y, en 1923, fue contratado por Mercedes-Benz como director técnico, donde diseñó modelos como los Mercedes-Benz S, SS y SSK. Es importante también señalar que, desde comienzos del siglo XX, Ferdinand pilotó sus propios diseños en carreras, logrando algunas victorias, y en 1906 se convirtió en director técnico de Austro-Daimler.
Tras unos años trabajando en Steyr, creó su propia oficina de ingeniería y diseño en 1931, en Stuttgart, donde diseñó modelos de competición para Auto Union, así como prototipos y vehículos militares para la administración nazi. Durante su confinamiento en la Segunda Guerra Mundial incluso llegó a diseñar para Renault el 4CV.
No fue hasta 1948 cuando Ferdinand presentó el primer modelo de la actual marca Porsche, el 356, basado en el Volkswagen Beetle que había dado a luz años atrás. Tras su fallecimiento en 1951, Ferry Porsche, su hijo, continuó la labor de su padre, creando diversas versiones del 356, tanto de calle como de competición.
En la década de 1960 el éxito de Porsche era tal que ya tenía tres fábricas produciendo a pleno rendimiento. El Porsche 901 fue el primer modelos en llevar la denominación 911, aunque originalmente se presentó como 901 en 1964. Era el digno sucesor del 356, pero solo unas semanas de comenzar la producción el deportivo fue renombrado y, desde entonces, se llamó 911.
Las primeras unidades hasta que se produjera el cambio de nombre fueron fabricadas como 901, pero vendidas ya con la denominación mítica del deportivo más icónico de la marca de Stuttgart. Con él llegó el motor bóxer de seis cilindros y su diseño fue obra de Butzi Porsche, hijo de Ferry. Como ya sabes, sus formas básicas han perdurado por más de 40 años.
En los años posteriores salieron diversas versiones del 911 y nuevos modelos que se han convertido en auténticos iconos de la automoción pero, ¿por qué Porsche cambió el nombre del modelo repentinamente?
Pues según nos explica la propia marca, Peugeot envió una «carta amigable» a Porsche al respecto. En realidad el escrito de amigable tendría poco, ya que las exigencias de la firma gala eran bien claras. Recordemos que, en la década de 1960, Peugeot utilizaba nombres de tres dígitos como 203, 403, 503… Por ello, pensaron que la denominación «901» del modelo de Porsche podría crear confusión en el mercado.
A raíz de ello, trataron de convencer a los alemanes para que cambiaran el nombre del deportivo. Porsche llegó a construir un total de 82 unidades con el nombre inicial de 901, pero finalmente la compañía de Stuttgart accedió a cambiar estos tres dígitos, eliminando así el cero y sustituyéndolo por el uno. Gracias a ello nacería una leyenda de la carretera, el nueveonce.
¿Ya conocías la historia?