De vez en cuando los coches fúnebres nos dejan anécdotas curiosas. La muerte no es algo a lo que nos gustaría llegar en esta vida, pero teniendo en cuenta que es de las pocas cosas que no tienen solución en este mundo, ¿qué mejor que hacerlo a lo grande?
Tras morirnos, desafortunadamente nuestro último paseo en coche lo hacemos en un Mercedes-Benz (el que quizá sea el coche fúnebre más común), pero en algunos lugares del mundo nos proponen alternativas un poco más ‘molonas’ como el Maserati Ghibli V6 diésel del que os hablábamos el otro día o el Porsche Panamera que fue cazado sobre un remolque.
Sin embargo, la noticia que os traigo hoy no va exactamente por ese camino y ocurrió a bordo de ese clásico Mercedes-Benz del que os hablaba, pero la historia de su conductor no tiene desperdicio. El vehículo circulaba por la carretera A-7 en sentido norte a la altura de Tarragona cuando una patrulla decidió darle el alto en el kilómetro 1.170,3 al pasar ante un radar móvil de los Mossos d’Esquadra a 136 km/h en una zona limitada a 100 km/h.
Pero eso no es lo mejor de todo, cuando se disponían a identificarle, el conductor declaró no llevar el permiso de circulación encima por olvido, aunque al comprobarlo descubrieron que en realidad había agotado todos los puntos del mismo. Lo que sí llevaba a bordo nuestro irresponsable amigo era un cadáver, por lo que ante tal circunstancia la patrulla no tuvo más remedio que escoltarle hasta su destino, el municipio de Torredembarra (Tarragona). Una vez allí, se le comunicó que no podía continuar conduciendo dada su situación administrativa, ahora penal tras la gravedad de la escena que había protagonizado.
Finalmente, un juez ha condenado al conductor, X.H., de 30 años de edad, a 34 días de trabajos comunitarios por un delito contra la seguridad del tráfico. Por otra parte, la funeraria municipal Serfum ha despedido al conductor, el cual realmente estaba contratado como peón -pero dado el elevado volumen de trabajo tuvo que ejercer de chófer- y cuyo contrato temporal expiraba hoy jueves 1 de septiembre. Asimismo, tras protagonizar uno de los episodios más curiosos del verano, Serfum exigirá a sus empleados un certificado sobre el estado de los puntos de su permiso de conducir.
Desde luego, entre el conductor vasco que ha batido el récord mundial de tasa de alcohol en sangre y nuestro chófer temerario de hoy, el verano está dejando mucho de qué hablar.
Vamos, lo que se dice ‘a tumba abierta’.
Al de atrás ya le daba lo mismo