Un coche exclusivo, de alto lujo y de altísimas prestaciones, debe de contar con elementos de altas prestaciones ya sea para alcanzar las impresionantes velocidades anunciadas por sus desarrolladores o para mantenerse pegado al asfalto y seguir siendo controlable a su máxima velocidad.
Tal y como te comentamos, hace semanas, el fabricante francés de automóviles de lujo presentó un concepto tecnológico extremo: el Bugatti Bolide.
El hiperdeportivo es un vehículo desarrollado alrededor del icónico motor W16 de 8.0 litros capaz de generar 1850 CV de potencia. Con un peso de tan solo 1240 kg, de no ser por una amplia variedad de invenciones aerodinámicas, el modelo se despegaría del asfalto y alzaría el vuelo literalmente.
Para que no se convierta en un avión, el Bolide está repleto de innovaciones tecnológicas entre las que encontramos el «Dimple Airscoop«, una nueva tecnología para la que Ballerstein presentó una solicitud de patente hace unas semanas.
Desde principios de 2020, el ingeniero ha estado preparando un proyecto de tesis doctoral para desarrollar una piel exterior especial transformable para el departamento de Nuevas Tecnologías de Bugatti, y ahora se ha utilizado por primera vez en el Bugatti Bolide.
La idea comenzó en 2019, mientras Ballerstein estaba haciendo sus estudios. El joven ingeniero estaba investigando para Bugatti, buscando nuevas pinzas de freno impresas en 3D hechas de titanio. Para disipar el calor de manera más selectiva, utilizó un patrón de hoyuelos dentro de los canales. Las abolladuras redondeadas en la capa límite producen un turbulencia, similar a una pelota de golf.
Para los no científicos, el efecto del diseño aerodinámico es similar al de las pelotas de golf: los hoyuelos en la superficie minimizan el arrastre de aire hasta tal punto que la pelota viaja aproximadamente el doble de distancia con la misma fuerza de impacto en comparación con una pelota de golf idéntica sin los hoyuelos.
La piel exterior transformable de la toma de aire en el techo es una novedad mundial pues asegura una optimización activa del flujo de aire. Cuando el vehículo se conduce a una velocidad lenta, la superficie permanece lisa, pero a velocidades rápidas sobresale un campo de hoyuelos. Los 60 elementos individuales se extienden de forma variable hasta 10 milímetros según la velocidad.
A partir de los 80 km/h, el aire es el factor de resistencia dominante, y a partir de los 120 km/h, los hoyuelos mejoran significativamente la aerodinámica del automóvil al reducir esta resistencia. Al igual que con la pelota de golf, el patrón provoca una capa límite más turbulenta, lo que significa que el aire que fluye a su alrededor se adhiere a la superficie durante más tiempo y no se desprende hasta más tarde. Como resultado, las áreas de separación y recirculación se reducen y el valor de cd del automóvil disminuye.
El resultado general es que los hoyuelos reducen la resistencia aerodinámica en un 10 por ciento y provocan una disminución del 17 por ciento en la sustentación. También se optimiza el flujo de aire hacia el alerón trasero, algo que es vital en este coche y es que el alerón ha sido diseñado para que el modelo cuenta con una carga de 1800 kg a 320 km/h.
¿No es una pasada?