Cuando se desató la guerra contra el diésel hace meses y cuando os informamos sobre que la alcaldía de París anunciaba duras medidas para paliar la preocupante contaminación del aire de su ciudad os avisamos de que cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar…
En ese momento se anunció un sistema para identificar a los vehículos más contaminantes que las autoridades locales podrían usar para limitar el acceso de coches y furgonetas con motores contaminantes al casco urbano. Pues bien aunque esto ya tiene fecha, parece que en París han querido dar un buen paso hacia delante en la búsqueda de disminución de la contaminación.
Pues bien, en cierto modo ha sido ahora cuando se ha anunciado confirmado lo que ya nos temíamos y lo que incluso podría llegar a pasar en ciudades como Madrid y Barcelona.
Al parecer, y según informa Europa Press, la alcaldesa de París Anne Hidalgo, ha anunciado que la capital francesa implantará hoy mismo la norma de la conocida como circulación alterna.
Esta nueva norma busca hacer que durante los días impares circulen los vehículos cuya placa de matrícula acabe por número impar y al contrario.
Tal y como informa la fuente anteriormente citada, Hidalgo anunció la medida el pasado sábado en la cadena iTélé y, posteriormente, a través de su cuenta en Twitter.
La iniciativa tiene un carácter excepcional y se permitirá el desplazamiento de vehículos con las placas agraciadas, las autoescuelas, vehículos de mantenimiento y construcción, correos, reparto, limpieza, además de a los vehículos limpios, híbridos y eléctricos, y a los vehículos que transporten a más de tres personas.
Esta norma no se aplica a los vehículos con matrícula extranjera. Incumplir la norma conlleva multas de entre 22 y 75 euros, además de la inmovilización del vehículo.
La iniciativa contempla además que el transporte público sea gratuito durante el fin de semana y el lunes.
El problema es el NOx
Pese a lo que todos creemos, las boinas de contaminación de las ciudades no son lo preocupante, o al menos no son tan preocupantes como el dióxido de nitrógeno, un gas que pertenece a una familia de gases altamente reactivos llamados óxidos de nitrógeno (NOx).
Estos gases se crean cuando el combustible se quema a altas temperaturas, y en las ciudades provienen principalmente de los gases de los vehículos de motor. Este gas de color marrón reacciona con el aire para formar ácido nítrico corrosivo, así como nitratos orgánicos tóxicosaunque también juega un papel importante en las reacciones atmosféricas que producen el ozono troposférico (o smog), vamos, que es de lo mejor…
¿Debe de preocuparnos este gas?
El dióxido de nitrógeno puede irritar los pulmones y hacer que a la larga, nuestro organismo sea menos resistente ante las infecciones respiratorias.
Pese a que los efectos de la exposición a corto plazo aún no están claros, una exposición frecuente a concentraciones elevadas puede causar un aumento de la incidencia de enfermedades respiratorias agudas.
Los óxidos de nitrógeno contribuyen a la formación de ozono y pueden tener efectos adversos en los ecosistemas terrestres y acuáticos. Los óxidos de nitrógeno en el aire pueden contribuir significativamente a una serie de efectos ambientales como la lluvia ácida.
Fuente | Europa Press