Si en su día nuestro amigo Jason Fenske de Engineering Explained nos mostraba qué es lo que ocurre con los neumáticos durante un burnout, hoy es el turno de averiguar qué le ocurre a los frenos cuando se nos ocurre quemar rueda. Un coche de tracción trasera y muchos caballos en el vano motor son la receta perfecta para hacer que salga mucho humo, aunque hay veces que no todo el humo procede de los neumáticos y llegan las averías.
Si bien esta es una práctica muy habitual con los pony car y muscle car en las carreras de aceleración (drag races) estadounidenses, hoy son los chicos de Garage 54 los encargados de mostrarnos en YouTube lo que sucede con los frenos traseros cuando pisamos el acelerador y el pedal del freno simultáneamente, como lo haríamos en un burnout masivo.
Si bien es cierto que la mayoría de los burnouts no son tan salvajes y duran menos tiempo del que se expone en el vídeo, es una buena forma de comprobar cuánto sufren las piezas mecánicas del vehículo con esta práctica. Realmente, la acción está entre el minuto 3:45 y el minuto 6:30, momento en el cuál el equipo de frenos alcanza semejante temperatura que comienza a arder la rueda.
Cuidado con quemar rueda sin justificación, ya que este tipo de demostraciones tiene un precio en forma de multa por valor de 200€. Además, te pueden acusar por conducción temeraria con diferentes niveles de gravedad.
El objetivo del vídeo no es otro que conseguir que los rotores se fracturen por el calor para demostrarnos que ‘hacernos los chulos’ en el aparcamiento de turno nos puede salir muy caro, aunque lo cierto es que eso no ocurrirá salvo que calentemos los discos lo suficiente como para que acaben de color amarillo chillón como en la imagen. Sin embargo, sí que es posible destruir por completo todos los sellos de las piezas y lograr que los pasadores de las pastillas de freno se comben.
Por desgracia, no se especifica la temperatura exacta que alcanzan los frenos del vídeo, pero en vistas de que los pasadores se calientan lo suficiente como para doblarse por la presión, es posible que superen los 540 grados centígrados. Lógicamente, un burnout de 30 segundos no nos va a provocar este resultado, pero quizás te lo pienses dos veces antes de quemar ruedas la próxima vez.