La firma bávara está realmente comprometida con la sostenibilidad. Más allá de sus vehículos eléctricos, BMW trabaja para desarrollar e implementar nuevas prácticas en sus factorías que le permitan reducir la huella de carbono. La última de ellas, el uso de pinturas hechas de materiales renovables como biorresiduos o residuos de plantas de tratamiento de aguas residuales.
Con ello, BMW busca reducir el impacto de su taller de pintura en el medio ambiente. Según ha revelado la propia compañía, esto ayuda a eliminar el petróleo crudo del proceso de producción de pinturas. Con esta y otras medidas, espera ahorrar más de 15.000 toneladas de emisiones de CO2 de aquí a 2030.
BMW y las pinturas hechas de materiales renovables
BASF proporciona las pinturas más ecológicas y BMW se ha convertido en el primer fabricante de automóviles en utilizarlas en sus plantas de Europa. Las pinturas no solo son más limpias, sino que también reducen el carbono utilizado en relación con la producción, el transporte y el procesamiento del petróleo crudo.
Como señala Joachim Post, jefe de compras y red de proveedores de BMW, “al reducir nuestro uso de materias primas fósiles, podemos conservar los recursos naturales y reducir las emisiones de CO2 al mismo tiempo. Las pinturas innovadoras basadas en materias primas renovables son un paso importante en esta dirección”.
Pero esta no es la única sorpresa que BMW nos tiene preparada en relación con las pinturas de los coches. En las plantas de Leipzig y Rosslyn, se está utilizando una protección contra la corrosión y pinturas mate producidas de forma sostenible. Químicamente idénticos a los anteriores, tienen las mismas propiedades, pero se reducen los costes de carbono relacionados con ellos.
BMW apunta a que todas estas medidas en su conjunto ayudan a reducir las emisiones de CO2 de la producción de pintura de BMW en más del 40%. Se unen así al nuevo proceso EcoPaintJet Pro presentado el año pasado, el cual permite pintar con mayor precisión. Gracias a ello se ahorran 6000 MWh de energía y se reduce la huella de carbono en 2.000 toneladas anuales.