Tal y como ya nos tienen acostumbrados de años anteriores, Volvo y Polestar presentan por estas fechas su informe de sostenibilidad, un texto de más de 160 páginas en el que estas marcas buscan poner algo de luz en el materia de las emisiones y en el que encontramos datos interesantes como la huella de carbono que tienen estos modelos.
Gracias a este informe supimos hace algún tiempo que el Polestar 2 (eléctrico) posee una huella de carbono de 23,1 toneladas de CO₂e (según el propio fabricante) frente a las 14 toneladas de CO₂e de un Volvo XC40 diésel equivalente.
Esto significa que un coche eléctrico «nace» con un 50% a 100% más de huella de carbono que su equivalente diésel o de combustión.
El principal punto a favor del EV es que este lo compensa en uso: al no emitir CO₂ directamente. Dependiendo del mix energético del mercado esta diferencia puede igualarse tras recorrer entre 30.000 y 70.000 km, aunque ojo, porque estas cifras no son siempre tan bajas y representan mixes muy optimistas.
¿Cómo es el informe de este año?
En un contexto global marcado por el aumento medio de las temperaturas globales, Polestar, ha reafirmado su compromiso con la sostenibilidad a través de su informe de sostenibilidad 2024. Este documento no sólo ofrece una visión profunda sobre las acciones ambientales y sociales emprendidas por la empresa, sino que también presenta una estrategia de negocio que integra la sostenibilidad como núcleo estructural, más allá de una simple respuesta a las presiones regulatorias o del mercado.
Modelos con huellas cada vez más bajas
Uno de los indicadores más relevantes es la huella de carbono cradle-to-gate (desde la extracción de materias primas hasta la salida de fábrica) de cada vehículo. En este sentido, Polestar ha conseguido mejoras notables:
- Polestar 2 (2024): 23,1 toneladas de CO₂e, reducida desde las 26,1 tCO₂e del modelo original gracias al uso de aluminio bajo en carbono, mejoras en la química de baterías y el uso de electricidad renovable en fabricación.
- Polestar 3: 24,9 toneladas de CO₂e, a pesar de ser un SUV de mayor tamaño, ha logrado mantener una huella inferior a la de modelos previos, mediante una cadena de suministro optimizada y materiales reciclados.
- Polestar 4: 21,3 toneladas de CO₂e, el modelo más eficiente en emisiones de la gama, a pesar de contar con la batería más grande y mayor peso. Este logro se debe a un uso intensivo de aluminio reciclado y energía hidroeléctrica en su producción.
Estos datos reflejan no sólo una evolución técnica, sino una prioridad estratégica en la reducción de emisiones desde el diseño mismo del producto, sin embargo la marca lo deja claro, sólo tiene en cuenta las fuentes de emisiones auditables y sólo se refiere al CO2, no a otros contaminantes, consumo de agua y demás cosas que a mi parecer, deberían de tener incluso más peso.
Más allá de los coches: un enfoque sistémico
Polestar se ha propuesto alcanzar la neutralidad total para 2040. Este objetivo contempla no sólo las emisiones directas de sus vehículos, sino también toda la cadena de valor, desde la extracción de materias primas hasta el reciclaje final. El Polestar 0 Project, orientado a desarrollar un automóvil completamente libre de emisiones, ha identificado soluciones de bajo carbono especialmente en los sectores del acero y el aluminio, aunque también ha revelado la necesidad de una mayor colaboración industrial para ampliar su alcance.
La sostenibilidad como estrategia de negocio
Lejos de tratarse de una iniciativa aislada, Polestar concibe la sostenibilidad como una estrategia de negocio integrada. El informe enfatiza que los consumidores de vehículos premium valoran cada vez más el respeto medioambiental y social en sus decisiones de compra. La empresa reconoce que cuestiones como el cambio climático, los derechos humanos o la pérdida de biodiversidad tienen implicaciones tan importantes como las geopolíticas o financieras.
Todo esto está muy bien pero ¿a qué equivale esta huella de carbono?
Polestar dice que la huella de carbono del Polestar 2 (2024) es de 23,1 toneladas de CO₂e = 23.100 kg de CO₂e
Si tenemos cuenta que las emisiones de un coche diésel medio son de 130 gramos de CO₂ por kilómetro = 0,13 kg/km llegamos a la conclusión de que un coche diésel que emite 130 g/km de CO₂ necesita recorrer aproximadamente 177.692 kilómetros para generar la misma cantidad de CO₂ que la fabricación del Polestar 2 (2024).
Si el coche eléctrico «nace» con un 50% a 100% más de huella de carbono que su equivalente diésel o de combustión pero lo compensa en uso: al no emitir CO₂ directamente, y dependiendo de cómo se produce la electricidad que consume, puede igualar y superar al diésel en sostenibilidad tras unos 30.000 a 70.000 km.
Si te quieres hacer una idea de lo que implicarían estas emisiones, un coche híbrido como el Toyota Corolla hatchback que emite 98 g/km de CO₂ necesita recorrer aproximadamente 235.714 km para igualar la huella de carbono inicial del Polestar 2 (2024). Esto lógicamente no podría aplicarse al 100% como una verdad máxima y es que el Corolla nace también con una huella de CO2 que por cierto la marca nipona no anuncia. Si tenemos en cuenta la información de Volvo, esta huella será del 50% aproximadamente por lo que podríamos decir que el kilometraje anteriormente anunciado para compensar se tendría que dividir entre 2.
Si a esto le sumamos un mix energético muy favorable, en el que el eléctrico se mueva única y exclusivamente con energía que proviene de paneles solares, estos kilometrajes se reducen notablemente y es que tal y como te he comentado, el eléctrico empieza a compensar en CO2 y otros contaminantes peores desde el kilómetro 0.
Con todos estos datos, ¿tú qué opinas ahora de los eléctricos?