En los últimos meses y años seguramente hayas oído hablar de algún conocido con problemas a la hora de reparar un coche por problemas en el suministro de piezas y recambios. Es cierto, es real y está pasando en muchas marcas.
Aunque los motivos no son claros y en cada marca de coches encontramos problemas con piezas diferentes, marcas como MG, Tesla o KIA entre otras están experimentando severos retrasos -incluso de varios meses- para suministrar diversas piezas de recambio.
No hablamos de la reparación de elementos complejos de electrónica o batería, hablamos de parachoques, de faros, de aletas y de piezas que en teoría se deberían de tener en stock porque son susceptibles de ser golpeadas o afectadas en caso de accidente.
Puedo entender que un fabricante tarde 15 o 20 días en suministrar un elemento estructural complejo o una pieza rara pero no entiendo que en la actualidad existan muchos casos de coches parados en talleres porque no llegan piezas tan simples como un piloto trasero.
¿Qué está pasando con las piezas de recambio?
Aunque la causa no está clara, el problema del suministro global de piezas de recambio para coches es un fenómeno complejo que se debe a una combinación de factores económicos, logísticos y geopolíticos. Las principales causas se remontan a 2020.
Impacto de la Pandemia de COVID-19 en el suministro de repuestos
La pandemia de COVID-19 ha sido un detonante crucial en la disrupción de las cadenas de suministro globales. Durante las primeras etapas de la pandemia, muchas fábricas en todo el mundo cerraron temporalmente para contener la propagación del virus. Estos cierres llevaron a una disminución significativa en la producción de componentes y piezas de recambio.
Además, la pandemia alteró los patrones de demanda. Con más personas quedándose en casa, la demanda de vehículos y, por ende, de piezas de recambio, se redujo. Sin embargo, a medida que las economías comenzaron a reabrir, la demanda se recuperó rápidamente, superando la capacidad de las fábricas para suministrar los componentes necesarios.
A esto le siguió la escasez de semiconductores
Los semiconductores, también conocidos como microchips, son componentes esenciales en los coches modernos, utilizados en sistemas electrónicos de todo tipo. La escasez global de semiconductores ha afectado gravemente a la industria automotriz. Un incendio en la fábrica más grande del planeta causó una crisis sin precedentes que a día de hoy está resuelta.
La bajada en la demanda de microchips para el sector del automóvil se vio reemplazada por el auge del teletrabajo. La demanda de ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos se disparó, absorbiendo gran parte de la producción de semiconductores, dejando a otros fabricantes que se habían retirado del escenario -como los fabricantes de coches- en un lugar secundario.
Por si no fuera poco, algo después llegaron los problemas logísticos y de transporte
La pandemia también causó una disrupción significativa en los sistemas de transporte global. Las restricciones y cuarentenas afectaron a los trabajadores del sector logístico, reduciendo la disponibilidad de conductores de camiones, operadores de puertos y otros trabajadores clave.
Además, la congestión en los puertos y la falta de contenedores de transporte han aumentado los tiempos de envío y los costes logísticos. Esto ha afectado la entrega de piezas de recambio, que a menudo dependen de una cadena de suministro eficiente y rápida. Si a esto le sumamos la bloque del canal de Suez, la ecuación se complicó aún más.
Los factores geopolíticos también fueron clave en el suministro de piezas
Las tensiones comerciales y las políticas proteccionistas entre grandes economías, como Estados Unidos y China, han complicado aún más la situación. Las tarifas y restricciones a la importación/exportación han aumentado los costes y los tiempos de entrega de piezas de recambio.
El cambio hacia los vehículos eléctricos y las nuevas tecnologías ha creado una demanda adicional de componentes específicos. Esto ha añadido presión sobre los proveedores para producir y distribuir estas nuevas piezas, complicando aún más la cadena.
La producción de piezas de recambio también depende de la disponibilidad de materias primas como el acero, el aluminio y el cobre. La inestabilidad en el suministro de estas materias primas, el precio del gas, la luz o el petróleo han afectado a la capacidad de los fabricantes para producir piezas a tiempo y a costos razonables.
Como puedes ver, la causa exacta de los retrasos no es sencilla y resulta compleja. Se trata d en gran cúmulo de factores interrelacionados. La pandemia de COVID-19 ha sido el catalizador principal, exacerbando problemas preexistentes en la logística, la producción de semiconductores y las tensiones geopolíticas. La industria automotriz está trabajando arduamente para superar estos desafíos, pero se espera que los problemas persistan. Adaptarse a la inestabilidad a diversos problemas requerirá cambios significativos en las cadenas de suministro y en las estrategias de producción más globalizadas.