No cabe duda de que el Lamborghini Siàn es uno de los toros más exclusivos y especiales de la firma de Sant’Agata de Bolognese, tanto que solo verán la luz 63 ejemplares de la versión coupé y 19 unidades del Roadster. Sin embargo, ¿sabes cuál es la razón de ser de estas cifras en concreto?
Los más frikis del motor y los aficionadas a la marca sabrán que la historia de Lamborghini comienza tras la Segunda Guerra Mundial, cuando su fundador, Ferruccio Lamborghini, empezó a comprar restos de vehículos militares para convertirlos en maquinaria agrícola.
La fabricación de tractores fue todo un éxito y Ferruccio llegó a convertirse en el tercer fabricante industrial italiano en el sector de la construcción de maquinaria agrícola en la década de 1960, lo que le permitió vivir con ciertos lujos. Entre ellos destacaba su afición por los deportivos, pudiendo encontrar en su garaje modelos de Mercedes, Lancia, Maserati o Ferrari.
Tras diversos problemas con el embrague de su Ferrari250 GTB, descubrió que este era el mismo que él empleaba en sus tractores y, tras una larga conversación con Enzo Ferrari, empezó a maquinar la idea de fabricar automóviles deportivos para competir con la marca del Cavallino Rampante.
En palabras del propio Lamborghini: “Los Ferrari sólo me creaban problemas”. “Un día, ya harto de mandarlos al taller, llamé a Enzo para decirle que sus coches eran pura basura y me contestó que un fabricante de tractores no podía entender sus coches”.
Nació así en Sant’Agata Bolognese (Bolonia, Italia) en 1963 Automobili Ferruccio Lamborghini SpA, una compañía derivada de la ya existente Lamborghini Trattori SpA. Para rivalizar con Ferrari, los deportivos de Lamborghini equiparon -y equipan- poderosos motores V12, V10 y V8.
Como sabrás, casi todos sus modelos hacen referencia a la tauromaquia española, de ahí precisamente su logotipo, con nombres de toros bravos de lidia indultados (Murciélago), famosos o históricos (Diablo, Aventador), o simplemente palabras relacionadas con esta temática (Miura, Espada, Urraco).
Pero aquí no acaba todo, ya que el nombre completo del Siàn es otro guiño a la historia de la compañía. La designación ‘Siàn FKP 37’ rinde homenaje al fallecido presidente del Grupo Volkswagen, Ferdinand Piech (FKP), mientras que el número «37» representa el año en el que nació Piech: 1937.
En la década de los ’90, Lamborghini no podía repuntar económicamente, y tras estar al borde de la quiebra en 1998, se integró en el Grupo Volkswagen, al que todavía pertenece.
Recordemos que, bajo el capó del Siàn, se esconde el mismo bloque V12 de 6.5 litros atmosférico que equipa el Aventador SVJ. Sin embargo, pasa de producir 770 CV (556 kW) a 8.500 rpm a nada menos que 785 CV a 8.500 rpm gracias a una admisión de titanio.
Adicionalmente y, gracias a un sistema mild-hybrid de 48 voltios, añade 34 CV (25 kW), lo que nos da una cifra total de 819 CV (602 kW). Y ojo, porque no se trata de un sistema de hibridación suave al uso, ya que el e-motor del Lamborghini Siàn es capaz de mover el deportivo por sí mismo a baja velocidad.
Curiosamente, para almacenar la energía eléctrica no se utiliza una batería de iones de litio, sino un supercondensador que resulta tres veces más ligero que una batería de la misma potencia y tres veces más potente que una celda del mismo peso.
Con semejantes cifras y una caja de cambios automática de siete velocidades que se adapta al modo de conducción, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2.8 segundos (como el SVJ), de recuperar de 70 a 120 km/h en 1.2 segundos y de alcanzar una velocidad punta superior a los 350 km/h.