¿Nunca antes te habías preguntado el motivo por el cual los faros de algunos coches clásicos eran amarillos? Pues tranquilo, porque hoy te vamos a comentar las razones y el por qué las luces amarillas siguen usándose, aunque no en los coches nuevos de calle del mercado europeo.
Curiosamente, hasta 1993 todos los automóviles que salían de las fábricas francesas o estaban destinados al mercado local -o salían de sus fronteras-, contaban con la iluminación principal y antiniebla en color amarillo -muchas otras marcas aplicaron esta moda de los faros amarillos-. No hablamos solo de la bombilla, hablamos de todo el faro que lucía un tono amarillo claro muy característico, bien en la parte acristalada o en a parte interior.
Para encontrar un inicio y un sentido al uso de los faros amarillos en los coches debemos remontarnos una ley francesa del 3 de Noviembre de 1936 mediante la cual se obligaba a que todos los vehículos puestos en producción a partir de 1937 debían tener faros amarillos.
Curiosamente, esta ley siguió vigente hasta que en 1993 -en Francia- cuando en Francia y otros países se vieron obligados por las normas de conformidad europeas a establecer un cambio normativo y a abandonar los faros amarillos. Actualmente es ilegal circular por carreteras europeas con iluminación amarilla a no ser que el automóvil haya sido fabricado y matriculado por primera vez antes las fechas que se establecen en los Códigos de Circulación respectivos.
El «Selective Yellow» o «Amarillo Selectivo» es una variante del amarillo que se eligió para la iluminación por diversos motivos que os explicamos a continuación.
El color amarillo de los faros todavía es legal en algunos países fuera de la Unión Europea y ojo, porque también se emplea en la competición debido a varios motivos que os explico a continuación.
El “amarillo selectivo” es diferente de la luz ámbar o anaranjada que se encuentra en los indicadores de dirección. Se trata de un amarillo más pálido que deslumbra menos y que se consigue al eliminar el «azul» de la luz blanca, aunque algunos faros contaban directamente con un cristal amarillo para conseguir el mismo resultado.
Al parecer, el tono amarillo de las luces permite que los vehículos sean más visibles en la niebla y por eso se escogió el tono particularmente amarillo para ayudar al ojo humano a distinguir el amarillo entre la blanca niebla.
Francia mantuvo ese requisito durante casi 60 años y en 1993 dio comienzo la era de los faros blancos. Hoy en día hay mucha gente que mediante un film, pretende emular ese aspecto «vintage» pero ojo, puede costarte una multa y es que en nuestro ordenamiento todos los vehículos matriculados desde el 26 de Julio de 1999 deben contar con la luz de cruce blanca mientras que los que se matricularon antes de mencionada fecha pueden contar con la luz amarilla o blanca indistintamente por la aplicación del artículo 144 del Código de Circulación.
Para medir la temperatura de color en fuentes luminosas de espectro discontinuo existe una unidad llamada CRI (color rendering index) que se mide en un %.
Para hacernos una idea, un CRI del 100% corresponde al sol, cuya luz de espectro continuo es la que define todos los colores perfectamente y es que al fin y al cabo, nuestro sistema de percepción visual está concebido para esta luz y es más sensible al verde o al amarillo y no así tanto al rojo o al azul, que nos resulta más molestos.
Muchos modelos de coches emplean luces «amistosas» para el ojo humano en la iluminación de sus diales. Es por ello que los más recomendables son los Naranjas, los verdes o lo de tono amarillento.
Para que una fuente luminosa reproduzca los colores fielmente ha de tener un CRI superior al 90%. Todas las luces incandescentes tienen un CRI de 100% ya que son radiadores ideales. Otras luces como las fluorescentes van desde el 50% hasta el 85% en las de alta calidad mientras que los LED van del 80% hasta el 98% y las lámparas de descarga de xenón varían mucho, pero su CRI suele ser muy elevado.
Hay muchos conductores que dicen que la luz amarilla es mejor para conducir en situaciones de lluvia y en cierto modo podemos decir que es real.
Debido a su espectro discontinuo tanto los faros de luz LED como los faros de luz xenón pueden tener problemas para iluminar algunos colores concretos o algunos materiales en particular de ahí las diferentes percepciones de los conductores al usarlos en condiciones diferentes como lluvia o niebla.
El propósito de tener faros amarillos es mejorar la visibilidad en la noche eliminando el «azul» o el «morado» del espectro de longitud de onda.
En cromatografía, la longitud de onda de la luz amarilla es más larga que la del azul o el púrpura. Cuanto más corta es la longitud de onda, más difícil es para la gente verlo.
Para entender esto, lo mejor es echarle un ojo a la tabla de longitudes de onda que os dejo a continuación y en la que podemos ver que los colores amarillo a rojo son muy adecuados para ver de noche.
Con mal tiempo, la luz azul o blanca en la lluvia, la niebla o la nieve pueden tener efectos «contraproducentes», reduciendo así la visibilidad, aunque ojo, porque si la luz es próxima a la solar, la cosa cambia.
La luz amarilla no refleja el agua tan fácilmente como la luz azul, por lo que puede permitir a los conductores ver la carretera con mayor claridad.
Si bien la luz blanca parece más brillante, recorre distancias mucho más cortas, aunque de una forma más nítida.
Pero y ¿por qué se sigue usando el amarillo en la competición?
En las carreras de resistencia, generalmente hay varias clases de vehículos y categorías corriendo a la vez.
Cada una de las clases tienen luces de diferentes colores para que por la noche el resto de conductores puedas estimar lo rápido que se aproximan otros vehículos por detrás y de esta forma, prevenir accidentes. Esta diferenciación en las luces permite a los conductores saber si hablamos de un un contrincante de la misma categoría o de un vehículo que no compite en la misma categoría y es más rápido.
La parte azul del espectro visibles se refleja y dispersa al pasar por el aire que contiene vapor de agua ( es por esa dispersión que el cielo se ve azul de día). Cuando hay niebla, lluvia o la carretera está mojada la luz blanca, con mucho componente de azul, se dispersa y refleja mucho, no dejando ver con tanta claridad como la amarilla, que pasa a través del vapor de agua. Además las luces muy blancas también son muy molestas vistas en el retrovisor, al menos para mí.
Hay una confusión grave a la hora de definir el color de una fuente de luz. Se usa la temperatura de color TC o temperatura de color correlacionada TCC (para emisores de espectro discontinuo) que se mide en Kelvin. El CRI es el color rendering index, da idea de lo fielmente que reproduce los colores y es un factor adimensional. La luz amarillo selectivo tiene peor CRI que una lámpara halógena precisamente porque le falta la parte azul del espectro.
Coincido en que las luces amarillas, son mejores con niebla o lluvia, mas aun de noche, porque se prohibieron? No me quedo claro.