A todos aquellos que les gusten los clásicos (y yo soy uno), la división de Porsche responsable de este tipo de modelos, expone parte de su “saber hacer” en la feria de clásicos que se celebra esta semana en Essen, Alemania.
Con los modelos que trae pretende acercar al público en general y a todos aquellos que tengan o se planteen adquirir un Porsche de los de antes, en qué consisten y hasta donde llegan sus servicios. Unos servicios poco habituales entre los fabricantes de coches, pero que abren la caja de Pandora en un nicho de mercado cada vez más en alza.
Si necesitas una pieza específica para un Porsche Clásico, “Porsche Classic” la tiene o la fabrica. Si se les lleva el coche, su repertorio comprende desde la reparación o el simple mantenimiento, hasta la restauración de cualquier unidad sin importar su época. Eso sí, aunque sin conocer tarifas, es fácil adelantar que esta división comercial no está enfocada para todos los bolsillos…
En este certamen Porsche presenta algo especial. Ha buscado un modelo que sirva para el objetivo de su división y para festejar muy merecidamente un cumpleaños. El legendario Porsche 911 Carrera RS 2.7 se viste de largo (o mejor dicho, se viste igual que siempre, pero como si fuera nuevo), para celebrar su 40 aniversario, y lo hace con dos versiones de su 911 Carrera. Un RSR de 1973 que rinde 330cv y un Turbo RS modificado de 1974 de 500.
Hablar de probar estos coches es casi un imposible. Son pocas las unidades y muchos los contactos que hacen falta para tener acceso a ellos, pero de lo que no cabe duda es que tener un Porsche clásico en buen estado ya no pasa por peregrinar de desguace en desguace buscando imposibles. Cualquier unidad que se remonte más atrás de los 80’ puede lucir como el más actual.