Que no te engañen, esto ocurre hasta en las mejores marcas y es algo contra lo que muchos luchan. La especulación hace que en el mercado de segunda mano se genere una burbuja que eleva excesivamente los precios de sus automóviles una vez que abandonan el concesionario.
Aunque para muchos el mercado de segunda mano es más que una mina de oro en la que los propietarios de algunos vehículos exóticos hacen fortunas con la venta de sus coches, parece que esto se va a acabar -o eso pretenden desde Porsche-.
Aunque cueste creerlo, parece que Porsche quiere ponerle fin a esto y en una entrevista realizada por Car & Driver, Andreas Preuninger -responsable de desarrollo de GT- no se ha andadado con tapujos a la hora de hablar sobre este tipo de cliente que busca especular con sus coches en vez de disfrutarlos.
«Personalmente, me gusta ver que mis coches son usados. Para eso lo construimos. Son demasiado buenos para se aparcados y coger polvo». «No me gusta este negocio de personas que compran nuestros coches para ganar dinero con ellos. Eso nunca fue nuestra intención. El propósito de limitar el número de unidades de un automóvil no es el de que gane valor.»
Preuninger también admitió que la decisión de ofrecer una caja de cambios manual en el nuevo 911 GT3 molesto algunos propietarios existentes 911R que están preocupados porque sus coches igual pierden valor en el futuro.
Impedir que los clientes vendan sus coches con fines de lucro es una tarea muy difícil pero lo que sí que se puede hacer es monitorizar el tipo de clientes que compran estos automóviles y vigilar que no los pongan a la venta tan pronto como los adquieren o tras un uso limitado. Porsche quiere vigilar esta práctica y si es necesario no vender más a gente que especule con vistas a acabar con la burbuja.
Esta maniobra sobre todo va dirigida a las personas que adquieren una de las limitadas unidades de un modelo y la pone inmediatamente a la venta -o incluso antes de recibirla- con vistas a vender su «slot» de producción o su unidad a una persona que por el motivo que fuera no pudo adquirirlo directamente de la marca.
Según fuentes de la marca, no es un castigo sino una estrategia de futuro en la que primará más el uso que la preservación para la posterior venta.