El Audi SQ5 es uno de los SUV compactos deportivos más atractivos que hay actualmente en el mercado. Bajo el capó esconde un motor 3.0 TDI V6 con un compresor eléctrico, 347 CV (255 kW) de potencia y un par máximo de 700 Nm. La caja de cambios elegida es la tiptronic con ocho velocidades y la tracción es quattro, a fin de garantizar la máxima motricidad.
Los datos oficiales revelan que el nuevo SQ5 es capaz de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente) y puede pasar de 0 a 100 km/h en sólo 5,1 segundos. Sin embargo, el modelo ya ha pasado por las manos del especialista ABT y, gracias a las mejoras, ahora consigue un 20% más de potencia.
Para ello sólo ha hecho falta el cambio de la centralita original por la ABT Engine Control (AEC) para aumentar la potencia hasta unos nada despreciables 390 CV (287 kW). El par máximo también se incrementa hasta los 760 Nm, lo que le permite cubrir el 0 a 100 kilómetros por hora en dos décimas de segundos menos: 4,9 segundos.
El AEC calibra continuamente más de 25 parámetros, dando como resultado una utilización óptima del rendimiento y protegiendo el motor.
ABT también ha desarrollado un kit exterior de acero hecho a medida específicamente para el SQ5. En él podemos ver nuevos paragolpes delantero y trasero, extensiones para los guardabarros, taloneras de nueva factura, accesorios para las puertas y un llamativo alerón para la zaga opcional. Como es habitual, remata el conjunto una suspensión de tipo coilover que rebaja la altura total entre 35 y 60 mm.
Tampoco faltan unas atractivas llantas de aleación de ABT Sportsline que aumentan la apariencia deportiva y dinámica del modelo, complementadas con cuatro salidas de escape en fibra de carbono visible. Para calzar a la bestia, la compañía bávara recomienda los modelos DR, ER-C, FR y GR en tamaños de 20 y 21 pulgadas, las cuales cuentan con certificado del TÜV y se ofrecen en diferentes diseños y acabados.