En su nueva generación, el roadster alemán regresa a la capota de lona con accionamiento eléctrico, un sistema mucho más sencillo y ligero que el anterior techo duro retráctil. Es estética y tecnológicamente más avanzado, hace gala de una conducción más precisa y divertida, cuenta con múltiples opciones de personalización y su oferta inicial está formada por tres variantes de gasolina.
Hasta la fecha, Manhart era el único especialista del mercado de accesorios del automóvil que se había atrevido con el nuevo BMW Z4, pero dada la reputación de Dähler poniendo a punto modelos de la firma bávara, no podía defraudarnos. Puede que te resulte demasiado discreto para tratarse de una preparación, pero lo cierto es que no falta una interesante puesta a punto mecánica junto a las sutiles novedades estéticas.
En su exterior se viste de negro para obtener una apariencia mucho más siniestra, que contrasta a su vez con os múltiples detalles en gris. Para empezar, su altura ha disminuido gracias a una suspensión deportiva ajustable, que se combinan con un juego de llantas de aleación de 21 pulgadas calzadas con neumáticos Michelin en medidas 245/30 y 295/25.
Tampoco faltan nuevos paragolpes más agresivos, faldones laterales y un sistema de escape deportivo con tubos de 90 milímetros de diámetro. Opcionalmente, el especialista también ofrece otros componentes, como una llantas de 20 pulgadas o un deflector de vidrio. El interior, por su parte, parece mantenerse sin cambios.
Ponen la guinda del pastel los 68 caballos y 120 Nm de par adicionales con los que Dälher ha mejorado el bloque de seis cilindros y 3.0 litros del BMW Z4 M40i. Esto supone una cifra final de 408 CV y 620 Nm de par máximo, lo que indudablemente rebajará los 4,5 segundos que el modelo estándar tarda en completa el 0 a 100 km/h. La velocidad máxima es ahora de 300 km/h.