Kahn Design añade otro kit de diseño a su cartera. Esta vez, el preparador británico trabaja sobre la abominable imagen de un Audi Q7 3.0TDI S-Line, consiguiendo mejorar su imagen deportiva hasta extremos casi criticables por lo exagerado de algunos de sus detalles, pero que a buen seguro a muchos de los fieles de este tipo de vehículos gustaría.
Con una imagen más agresiva, y casi «cayenizada», esta preparación incluye un considerable número de modificaciones estéticas, casi excesivas teniendo en cuenta que en su versión S-Line el conjunto ya adopta una imagen suficientemente agresiva para el modelo del que se trata, pero acertadas en su mayor parte.
Destaca el color blanco perlado del exterior, combinado con una nueva defensa delantera de mayores dimensiones que la de serie, que llama todavía más la atención de lo que podría por el mayor ancho otorgado a aletas y pasos de rueda. En ella, son su mayor rasgo las gigantescas tomas de aire adoptadas.
En el lateral, sendas taloneras rebajan todavía más una altura al suelo de la que se han encargado previamente el conjunto de muelles-amortiguador deportivo que monta este Q7. Remata la zaga un enorme paragolpes, con un difusor central en negro mate, incrustado, y el alerón superior en la puerta del maletero.
La parrilla delantera ha sido terminada en color gris perla mate, el mismo acabado que emplean las salidas de escape integradas, al estilo A8 W12.
A mayores, en esta preparación el Q7 adopta unas horribles branquias laterales que es más lo que llaman la atención que lo que pueden ventilar, y que no hacen sino ponerle la guinda a un pastel que de no ser por ese detalle, rozaría el límite con la ordinariez sin rebasar la delgada línea que separa el bien del mal. Pero no pudo ser…
Aunque siendo Kahn el artífice, tampoco es un problema mayor, porque si por algo se caracterizan sus preparaciones, es por la posibilidad que tiene el propietario de participar en el proceso seleccionando algunos detalles, lo que hace suponer que no habría inconveniente en el caso de querer omitirlas (o ponerlas de mayor tamaño…).
Pero todavía falta lo más importante, y es que otra de las particularidades de este “body-kit”, es la posibilidad de solicitarlo con llantas de 22 pulgadas y unos meganeumáticos de una medida casi me atrevería a decir que nunca vista en el mundo civilizado. El resultado es bestial, pero es lo mínimo que le puedes poner para no romper la armonía de un conjunto donde cualquier medida estándar de llantas sería como comparar unas piernas normales con los brazos de un culturista.
Mecánicamente no se apuesta por ninguna modificación. ¿Para qué? De serie, el Q7 en su versión turbodiesel de 3 litros, rinde 233cv mientras anuncia una aceleración de 0 a 100 de 8,5 segundos. Con cifras puras sobre el papel, no necesita suplementos para mover todo su peso y tirar por sus enormes neumáticos, aunque eso no quita que puestos a hacer algo «diferente», la opción 4.2TDI, si es que obligatoriamente tiene que tratarse de un diesel, hubiera sido todavía más indicada, pero como lo que se comercializa es la preparación y el Q7 lo pones tú, eres libre de escoger el que mejor se adapte a tus necesidades.
El hándicap viene ahora, y es que el coste de estas modificaciones ronda los 70.000 euros, que es una cifra abominable para una simple preparación estética donde lo único que pagas es la posible exclusividad, y eso en el supuesto de que tú participes durante el proceso, sino ni eso.
Fuente: TopSpeed y Khan Design
Inpresionante la preparacion del Q7 quiero ponermelo asin yo tanbien