El especialista británico Overfinch no acostumbra a tener muchas novedades en su cartera de productos, pero no por ello deja de sorprendernos con cada nueva preparación. La última de ellas, desarrollada sobre la base de la anterior generación del Land Rover Defender D90, nos permite obtener una apariencia más elegante y un interior digno de los mejores deportivos.
El modelo ha sido encargado por un coleccionista privado y su carrocería está rematada en un color verde esmeralda oscuro, a contraste con el capó Signature del especialista del mercado de accesorios del automóvil, la parrilla delantera SVX y un nuevo juego de llantas de aleación que lucen orgullosas un tamaño de 18 pulgadas.
El habitáculo de este Defender de distancia corta entre ejes fue completamente desmontado y reconstruido según las especificaciones de su futuro propietario, quien quería una configuración biplaza y un espacio de carga convertido en una caja de seguridad con cerradura y revestimiento en madera de teca como el que se emplea en las construcciones náuticas.
Tampoco falta un nuevo techo extraíble que se fija a una jaula antivuelco personalizada. Son también novedad los asientos deportivos Recaro, el tapizado con costuras a contraste, el salpicadero y la consola central personalizados, los tiradores de las puertas, el selector de marchas, el freno de mano, los pedales y los diales de instrumentos con elementos cromados.
Pero la guinda del pastel está en el vano motor, donde el clásico motor turbodiésel del Defender ha sido reemplazado por un poderoso bloque V8 de 6.2 litros de origen GM emparejado a una transmisión automática. Aunque el especialista no ha mencionado cifras exactas, cabe esperar un mínimo de 450 CV. La velocidad máxima está limitada a 177 km/h y el modelo cuesta 282.000 euros.