De vez en cuando os hablamos de la compañía East Coast Defender, también conocidos como E.C.D. Automotive Design. Este es un especialista estadounidense que diseña kits personalizados para el Land Rover Defender, creando auténticas bestias como el ‘Project Tuki‘, el ‘Project Soho‘ o el ‘Project Viper‘, por nombrar solo algunos de ellos.
Para su última creación, bautizada como ‘Project Blackcomb‘, le han dado un completo lavado de cara tanto en el exterior como en el interior de un Land Rover Defender D90. El modelo recibe un acabado en Zermatt Silver con detalles en negro brillante y un juego de llantas de aleación Sawtooth de 18 pulgadas con neumáticos todoterreno BFGoodrich.
Una de las ventajas de este kit es que se adapta perfectamente al Defender y consigue un diseño renovado, manteniendo la esencial del modelo original. Por otra parte, el nuevo parachoques delantero con luces diurnas integradas deja espacio para el cabrestante, y también podemos encontrar un exoesqueleto.
El interior aporta un toque elegancia gracias a una tapicería con patrón de diamante que combina el ante con el cuero negro y los pespuntes blancos a contraste. También podemos encontrar toda la tecnología moderna para que el Defender esté a la altura de cualquier otro vehículo de hoy en día, pero manteniendo el toque característico de E.C.D. Automotive Design.
Por ejemplo, el salpicadero recibe un nuevo sistema de infoentrenimiento Alpine, un sistema de sonido JBL, WiFi y asientos tipo bácquet. Bajo el capó encontramos la mejor sorpresa, nada menos que un motor LS3 V8 de 570 CV que ha sido importado directamente de un Corvette. Para rematar la jugada, está asociado a una transmisión automática de seis velocidades.