Poca presentación necesita la quinta generación del Toyota Supra, un automóvil deportivo en su forma más pura, sin compromisos que disminuyan el placer de la experiencia de conducción. El ingeniero en jefe Tetsuya Tada se ha adherido a la forma clásica de un motor de seis cilindros en línea, montado en la parte delantera y a la más que amplia colaboración de BMW para dar a luz su nuevo deportivo.
Lo mismo ocurre en el interior, donde confort, tecnología y deportividad se dan la mano, todo ello en un envase de corte premium con motivo de la mencionada colaboración con la firma bávara. Es, indudablemente, un gran coche, quizás no tan icónico como la última generación de 1994, pero en todo caso uno de esos pocos deportivos de los que ya no quedan.
Han sido muchos los que han criticado el modelo en los últimos meses, pero pocos han sido los que realmente han visto todo su potencial. Para demostrarlo, la firma japonesa Artisan Spirits ha creado este interesante paquete estético bautizado como Black Label, que tiene en su punto de mira el mismísimo SEMA Show en noviembre.
Lo cierto es que el trabajo de este especialista del mercado de accesorios del automóvil es bastante discreto en comparación con algunas de las creaciones que hemos visto anteriormente, añadiendo elementos como un kit de ensanche en la parte trasera, paragolpes más marcados, un splitter frontal, nuevos juegos de llantas de grandes dimensiones, prominentes faldones laterales y un alerón posterior de mayor tamaño.
Con todo el kit de carrocería, el Toyota Supra se ve sutilmente más agresivo, pero sin volverse demasiado caricaturesco. Es más, el conjunto es realmente similar al que podemos adquirir con las piezas oficiales de TRD, aunque en este caso el tamaño de los frenos es mucho mayor. El precio de todos los componentes ronda los 5.200 euros al cambio actual.
La mayoría de los componentes están disponibles en fibra de vidrio o plástico reforzado con fibra de carbono, excepto los guardabarros, que solo se ofrecen en fibra de vidrio. Podemos obtener las piezas de forma individual u optar por una colección de cinco piezas en fibra de vidrio por unos 3.000 euros. También podemos añadir un marco de matrícula en fibra de carbono por 200 euros.