EN MARCHA
Una de las mayores virtudes del Infiniti Q30 es su comportamiento dinámico. La firma ha logrado un excelente compromiso entre calidad de rodadura, estabilidad, paso por curva y sensación de solidez, situándose entre los mejores por su equilibrio.
Debo reconocer que la suspensión estándar del nivel de acabado básico puede pecar de ser demasiado flexible, dejando inclinar la carrocería algo más de la cuenta. La mayor altura libre y del conjunto no pasa factura a sus mandos y se siente tan bien pegado al suelo como el mejor de los compactos, demostrando de nuevo que con muchas horas de estudio los ingenieros son capaces de conseguir una buena pisada pese al ligero aumento del centro de gravedad.
Llegado a este punto quizás no entiendas muy bien la razón por la que Infiniti ha optado por dejar tanto espacio libre en un compacto tradicional, especialmente sabiendo que en pocos meses también habrá una opción crossover bautizada como QX30. La razón es sencilla: esquivar/evitar rozar los bordillos de las ciudades, poder acceder a fincas rusticas por el típico camino de arena/piedra… y otras muchas situaciones similares. No es un todocamino y lo dejan claro pero con el Q30 podrás circular por dónde van muchos de los crossovers actuales sin necesidad de cargar con la aparatosidad de los mismos. Sin duda una idea interesante (y algo chocante de primeras).
Volviendo a la carretera, hay que destacar el excelente comportamiento de las versiones Sport. Con un toque algo más duro mantiene un alto elevado de confort al superar irregularidades, badenes y baches al tiempo que contiene muy bien la carrocería. La dirección asistida acompaña en todo momento con una calibración excelente, permitiendo el guiado en tramos virados de manera sorprendente, sin necesidad de correcciones. Y es que este Q30 es ágil, divertido y muy eficaz a pesar de no ser especialmente ligero.
Por motores el 1.6t de 122 CV me ha parecido realmente suave. Con sólo 100 km al inicio de la prueba lo note “algo duro” pero estoy convencido que con más kilómetros se notará un poco menos perezoso por debajo de las 3.000 rpm. No empuja mal desde un régimen bajo pero no es hasta que se superan las 3.200 vueltas cuando de verdad da el tirón y comienza la estirada hacía las 6.000 sin desfallecer. El cambio manual de seis velocidades, de excelente tacto, permite extraer bien los 122 CV que aunque a priori no puedan parecer muchos sí te aseguro que garantizan un nivel de prestaciones más que satisfactorio.
Otro de los motores que pude conducir es el 1.5d de 109 CV con la caja manual de seis relaciones. Nada más arrancar no disimula su ciclo (especialmente en frío) aunque no resulta molesto y ya en marcha apenas se aprecia en el interior. La impresión que me ha dado este motor es que es más agradable que el gasolina de 122 CV si te gusta hacer una conducción tranquila ya que sale muy bien desde bajas vueltas y la buena cifra de par permite desentenderse del cambio en casi todo momento salvo en puertos de montaña en los que la segunda se queda corta y la tercera algo larga.
El camino de vuelta desde Baqueira Beret a Lleida lo realice con el 2.2d de 170 CV, tracción total, cambio DCT y acabado Sport. Sin duda alguna una alternativa que encantado tendría yo en el garaje. El motor tiene un funcionamiento suave y aunque las prestaciones quizás no sean de escándalo, corre bastante y es capaz de realizar adelantamientos con mucha seguridad.
La caja de doble embrague no me ha parecido la mejor de la categoría pero destaca por suavidad. En algunas ocasiones he echado de menos algo más de rapidez (cuando se aprieta a fondo el acelerador no siempre la reacción es inmediata). Sí me ha gustado más a la hora de estacionar, sin ser brusca y permitiendo una dosificación casi al nivel de una caja manual. En lo relativo a la tracción total, apenas se nota su entrada en funcionamiento (lo conseguí sólo sobre nieve buscándolo y en un tramo de curvas lentas) pero sí percibes ese plus de seguridad a sus mandos.
Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Gama mecánica
Comportamiento
Dirección
Relación valor/precio
8
Notable +
El Infiniti Q30 aterriza en el complicado segmento C Premium con los deberes bien hechos. Puede presumir de una impactante estética, excelentes acabados y un comportamiento notable. No es más caro que sus rivales directos y tampoco está más equipado, situándose como una alternativa real muy dura para el trío alemán ya conocido y el Volvo V40.
Jajaj aju
Mas dd lo mismo
X el color y la línea se parece muchísimo al Volvo v50 creo q es