Tras el lanzamiento de la nueva generación del BMW X4, la firma bávara se encuentra actualmente ultimando la fase de desarrollo de otro de sus SUV estrella, el BMW X5. Como ya sabrás, fue el primer SUV de la compañía que llegó al mercado hace casi dos décadas, abriendo todo un abanico de posibilidades a los usuarios que, en pleno 2018, es tendencia mundial.
Para su desarrollo, el nuevo BMW X5 ha recorrido medio mundo, pues tan pronto está deslizándose sobre hielo en el en el círculo polar como rodando a punta de gas en el mítico Nürburgring Nordschlife, no sin antes pasar por Arjeplog (Suecia), Sudáfrica o el desierto de los Estados Unidos, pues las pruebas de conducción para el sucesor del actual X5 prueban tanto la resistencia del coche como su versatilidad. Realmente, el nuevo Sports Activity Vehicle (SAV) está experimentando un programa de pruebas excepcionalmente exigente.
El fabricante de automóviles está probando una tecnología de suspensión completamente nueva –Adaptive M Suspension Professional–, y es por ello que los prototipos del nuevo BMW X5 no solo deben resistir los test en todas las zonas climáticas del mundo, sino también dominar todo tipo de terreno. En su cuarta generación, el modelo también contará con un nuevo sistema de tracción y una dirección activa integral -con eje trasero direccional- que, junto a la suspensión, formarán un conjunto de tecnologías disponibles por primera vez en un modelo BMW X y son prácticamente únicas.
Adicionalmente, el nuevo paquete todoterreno será capaz de ofrecer una impresionante combinación del confort de conducción de más alto nivel en la carretera y la posibilidad de cambiar la configuración del vehículo con solo presionar un botón para adaptarse a las condiciones de conducción offroad, ya sea nieve, arena, rocas o caminos de grava. El objetivo es que el nuevo BMW X5 cumpla con las más altas exigencias en cuanto a agilidad, precisión, control y comodidad ¿Lo conseguirá?