La firma de la estrella nos ha revelado algunas imágenes oficiales de la motorización eléctrica del próximo Mercedes-Benz GLC durante sus exigentes pruebas de invierno. Si bien la información que ha dado es bastante reducida, se espera que sea el sustituto del actual Mercedes-Benz EQC. Según el propio fabricante de automóviles alemán, supondrá un «hito importante para Mercedes-Benz».
¿Por qué? En palabras de la compañía, la nueva generación de este SUV eléctrico pretende establecer “nuevos puntos de referencia en cuanto a rendimiento, autonomía, eficiencia y velocidad de carga, manteniendo al mismo tiempo… la excepcional versatilidad y practicidad que esperan los clientes del GLC”. Junto a este, se mantendrá una oferta mecánica con opciones gasolina, diésel, MHEV y PHEV.
¿Qué sabemos del Mercedes-Benz GLC 2026?
Desarrollado sobre una arquitectura de 800 voltios, el Mercedes-Benz GLC podrá recargar a potencias máximas que superan los 320 kW en CC. Esto será posible gracias a unas baterías avanzadas con una química de celdas especial. El fabricante de automóviles no ha entrado en detalles, pero podemos esperar un conjunto de baterías ligeras y pequeñas con gran autonomía.
¿Tendrán alguna relación con las baterías en estado sólido que ya están probando en carretera? No sería descabellado. La marca ha revelado que las celdas «utilizan ánodos con óxido de silicio mezclado con grafito, logrando una densidad de energía gravimétrica excepcionalmente alta«. Por otra parte, sabemos que la unidad de tracción trasera ha sido desarrollada íntegramente en la empresa.
Por su parte, los modelos con tracción total inteligente equipan una unidad de tracción delantera «poderosa» que se puede activar o desactivar rápidamente en función de las condiciones de adherencia del asfalto. Esto no solo mejorará la tracción, el dinamismo y la seguridad, sino también la eficiencia del conjunto. A ello se sumará un nuevo equipo de frenado.
El nuevo sistema de frenos combina el servofreno, el cilindro maestro y el sistema de control electrónico de estabilidad en un módulo compacto que, en palabras de la firma germana, proporciona una “sensación de seguridad en el pedal de freno que ofrece una respuesta precisa y consistente”. Además de ser más pequeño, optimiza la recuperación de energía de frenado para mejorar la autonomía.
En última instancia, se ha confirmado la presencia de un sistema de bomba de calor capaz de consumir un tercio de la energía de un sistema eléctrico comparable. Al parecer, la nueva tecnología puede “aprovechar simultáneamente tres fuentes de energía: el calor residual de la unidad de propulsión eléctrica, el calor residual de la batería y el aire ambiente”.