Aunque puede que su diseño exterior sea bastante continuista, el nuevo Mercedes-Benz Clase C debutó la pasada semana con una larga lista de equipamientos tecnológicos, asistentes a la conducción y tecnologías de seguridad que prometen hacer de este uno de los coches más seguros de la industria.
Probablemente, antes de que finalice el año (o a principios de 2022) conoceremos la que será la variante más picante de toda la gama, el Mercedes-AMG C 63, un modelo que, según los primeros informes de Car Magazine, llegará con novedades mecánicas que no terminarán de convencer a todo el público, pero que son inevitables.
Según apunta la publicación, Mercedes-Benz supuestamente empleará el mismo motor de cuatro cilindros y 2.0 litros del AMG A 45, al que sumará un generador de arranque integrado (ISG) y un motor eléctrico en la parte trasera para desarrollar un extra de potencia y poder cumplir con la estricta normativa anticontaminación.
Eso sugiere que el peso del conjunto se acercará peligrosamente a las dos toneladas, sumando casi 250 kg de peso a la actual generación (antes de opciones). Eso sí, las cifras de potencia no desmerecerán en absoluto, rondando los 550 CV (410 kW) y 800 Nm de par. No faltará la función boost, un e-Turbo y una autonomía eléctrica en torno a 60 km.
Según la publicación el nombre oficial será ‘Mercedes-AMG C 63 4Matic+ EQ Power Sport’.
Las buenas noticias son que el reparto de pesos será prácticamente ideal (50:50) a causa de la electrificación, que contaremos con un modo Drift muy interesante para deslizar el eje trasero y que el consumo de combustible será notablemente menor que con el V8 de 4.0 litros. Dicen que quien no se consuela es porque no quiere, aunque yo sigo siendo de V8…