Probamos Drive Club: Competición Arcade en estado puro en un mundo gráficamente increíble

Iniciamos una nueva etapa en Autonocion.com. Con fin de cubrir algunos de los gustos de nuestros lectores y siguiendo alguna que otra sugerencia recibida a través de nuestro email de contacto –a través del que podéis mandar sugerencias-, hemos decidido decantarnos por  hacer reviews de los últimos y más conocidos videojuegos que tengan que ver con la temática del automóvil.

Esta semana invitamos al último título exclusivo para PS4, nos referimos a la última apuesta de Evolution Studios, Drive Club.

Después de dos retrasos y un lanzamiento bastante accidentado en cuanto al modo multijugador se refiere, Drive Club ya está a tope –o casi-.

Dentro de lo Arcade, quizá es de lo mejor que podremos encontrar con temático de automóvil y el mundo que nos rodea, sin lugar a dudas os sorprenderá por su nivel de detalle.

Jugabilidad y Objetivos

Para empezar, deberíamos anunciar –aunque ya os lo imaginareis- que este título no es un simulador de conducción, pese a eso, la verdad es que el comportamiento de los diferentes vehículos está realmente logrado, lo que en combinación con unos gráficos muy llamativos hacen que el título se convierta en un videojuego bastante recomendable para pasar buenos ratos con la consola.

Pese a lo Arcade que pueda ser este título, estamos en un juego con ciertas reglas con las que se intentará premiar una conducción limpia pero competitiva.

He de confesar que este sistema de reglas es algo molesto pero comprensible y pese a que las penalizaciones se producen cuando atajamos o golpeamos directamente a la IA, la verdad es que el resto de penalizaciones se centra en la limitación de los puntos de reputación con los que podremos desbloquear nuevos eventos y coches así como subir de nivel de experiencia –si juegas limpio te irá bien, pero si no lo haces no desbloquearás todo el contenido-.

La estructura de juego es simple. En primer lugar contamos con ciertos eventos que a su vez están divididos en citas o encuentros que pueden ser carreras por vuelta, completar un trazado o un evento en particular en que debemos cumplir un objetivo (derrapes, contrareloj etc…). No hay una motivación monetaria sino de puntos así que céntrate en puntuar si nuevos coches y eventos quieres desbloquear…

Como ya os he comentado, además de llegar entre los 3 primeros, deberemos ser respetuosos con el entorno –no golpear las protecciones y decorados- y con el resto de jugadores – en algunas ocasiones resulta inevitable chocar, pero lo que sobre todo se penaliza son los apoyos en la IA o los golpes para sacarlos de los trazados-.

Adicionalmente al objetivo principal (el de ganar) el título nos pide completar ciertos “retos” como superar una velocidad, derrapar en una zona, alcanzar una velocidad determinada en un tramo  o terminar antes de un tiempo límite. Si no lo logramos, no pasa nada, pero si lo hacemos nos darán más puntos que nos ayudarán a desbloquear nuevos retos y nuevos vehículos (Con los puntos pasamos de niveles dentro de la “historia”)

La inteligencia artificial sigue siendo uno de los principales hándicaps de los juegos de conducción y en este título nos ha sorprendido la hostilidad de algunos boots, que no dudarán en sacarnos de la trazada con tal de que no ganemos.

La maniobrabilidad, el manejo y las reacciones de los coches no están muy lejos de la simulación aunque se nota que lo que prima el juego es el entretenimiento, no el realismo.

El ganar no es fácil, hay conductores agresivos de IA que tratarán de golpearnos brutalmente para tomar nuestra posición y a medida que vayamos progresando en el juego nos toparemos con eventos que necesitarán de más práctica, paciencia y determinación que los eventos del principio del videojuego.

Por el momento, la parte multijugador de Driveclub está funcionando “bastante bien”, pero la verdad es que las carreras tampoco nos han impresionado.

Sólo 50 coches, algo escaso en comparación con otros videojuegos de coches. La posibilidad de personalización de los coches tampoco son una maravilla y no hay posibilidad de mejora más allá de lo que vienen siendo los vinilos por defecto o de club.

La música que acompaña la historia no es del todo adecuada ya que para tratarse de un juego rápido y de ritmo frenético, podemos decir que la banda sonora es algo lenta.

Gráficos, luz, sonido y entorno

Los gráficos van más allá de la carrera. Me ha sorprendido gratamente el entorno que rodea al circuito y el nivel de detalle que tenemos a nuestro alrededor.

La luz es óptima y la progresión del horario se dejará caer en alguna partida en la que veremos cómo va atardeciendo y anocheciendo de forma progresiva mientras que completamos el evento en el que estemos participando. Sin lugar a dudas es algo que hace muy agradable la conducción en Drive Club y también es algo que añade cierta dificultad por los reflejos del sol que tendremos o los atardeceres que nos acompañarán con la consecuente merma de luminosidad.

La sensación de velocidad está bastante lograda, de hecho, mucho más lograda que en algún que otro conocido simulador de conducción para consolas.

Se trata de un juego que es una auténtica delicia visual. Driveclub funciona a 1080p y 30 fotogramas por segundo, lo que permite estabilizar los gráficos rápidamente.

Driveclub destaca sobre todas las cosas por sus exuberantes ambientes tropicales y de montaña. Cuando estamos en zonas húmedas o frías notamos un cambio en el agarre realista de los coches, algo que es nuevo en el arcade.

Otro de los hándicaps del videojuego es que el motor de los daños no es de última generación y aunque el vehículo se deteriore exteriormente (raspones y cristales rotos) no se aprecia merma alguna de las capacidades de los vehículos pese a que algunos de los golpes que nos hemos dado eran “pa habernos matao”…

Los efectos de sonido son realistas. Desde el sonido del motor y los escapes pasando por el ruido de los neumáticos están muy logrados y no son tan abusivos como los que hemos podido observar en otros títulos arcade.

No obstante, si los comparamos con otros videojuegos, las notas y los detalles de audio no están tan logrados ni son tan detallados.