Equipamiento:
Como hemos comentado anteriormente, la versión de la unidad de prueba tenía acabado Ambition, la superior de gama con motor diésel. Equipa de serie elementos como seis airbags, luz diurna, retrovisores eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, asientos delanteros con regulación en altura, aire acondicionado, ordenador de a bordo, equipo de sonido, sensor de luz, sensor de lluvia, faros antinieblas o reposacabezas activos entre otros. No está nada mal para estar hablando de un coche de serie pero, cabe señalar que las opciones que montemos más allá de éstas disparan bastante el precio, pudiendo alcanzar cotas cercanas a los 10.000€ de sobrecoste.
En relación con esto último, mención aparte merece el sistema MMI (alrededor de 3.000€) que sirve para manejar la información (ordenador de a bordo, equipo de música, navegador, etc..) a imagen y semejanza de los de otros Audi más grandes pero con funciones más sencillas, y que se despliega en la pantalla oculta en el salpicadero que comentábamos antes. En esta pantalla también se muestra una imagen del coche que sirve de guía cuando estemos utilizando el sistema de ayuda al aparcamiento.
Motor:
El Audi A1 de nuestra prueba montaba el propulsor estrella del grupo Volkswagen, el 1.6 TDi. Sin embargo, la mayoría de las veces que hemos probado este motor ha sido con 105 CV, el más habitual, pero en esta ocasión estábamos al volante de un 90 CV de cuatro cilindros con tecnología Common Rail que nos sorprendió gratamente por su rendimiento en casi todos los terrenos.
El 1.6 Tdi de 90 CV nos permitió comprobar que rinde muy bien sobre el asfalto y que tiene muy poco que envidiar a su hermano mayor de 105 CV. Se muestra un poco perezoso por debajo de 1.500 vueltas pero a partir de ese punto tira con suficiente alegría. Manteniéndolo por encima de ese régimen de revoluciones podemos estar seguros de que no nos encontraremos con un renuncio del A1 ni en adelantamientos ni en recuperaciones. La respuesta también es notable en incorporaciones.
Lo mejor del buen resultado de este motor es que además se combina con unos consumos realmente bajos, lo que lo convierte en un rotundo éxito de eficiencia. Los consumos homologados por Audi son 3’4 en carretera, 4’4 en ciudad y 3’8 de consumo mixto y a nosotros nos ha gastado una media final de 4’3 litros a los cien kilómetros. Es superior al oficial, como suele ocurrir, pero nos ha parecido un registro muy bueno en relación con sus competidores directos. Su peso es de 1.200 kg y las emisiones 99 g/km.
A nivel de prestaciones debemos señalar que la velocidad máxima del A1 es de 182 km/h y alcanza los 100 km/h en 11’4 segundos. Las recuperaciones, como ya hemos dicho, no serán un problema al volante del pequeño de Audi.
Confort de marcha, acabados de calidad y consumos contenidos definen a la perfección al Audi A1. Son razones más que suficientes para que nos parezca muy acertada y recomendable la elección de este coche, sin menospreciar a sus competidores. Sin embargo, ¿cuáles son los “peros” que debemos ponerle? En primer lugar, ya que estamos probando el modelo Sportback, es importante volver a señalar que las plazas traseras no son todo lo útiles que podríamos esperar. Un niño o un adulto de pequeña estatura pueden ir cómodos, pero cualquiera que sobrepase el metro setenta se sentirá bastante agobiado. Por otro lado, quisiera añadir que el precio de base (21.240€) no es tan elevado como parece teniendo en cuenta las calidades que ofrece. Sin embargo, las opciones, como ocurre en todo el grupo Volkswagen, encarecen en exceso el producto final.
En definitiva, el Audi A1 supondrá un desembolso importante para quien opte por su compra, pero podemos asegurar que si eso no es un problema para su bolsillo quedará realmente satisfecho con su adquisición. Además, tampoco es necesario equipar todas las opciones que montaba nuestra unidad de prueba, quedando un vehículo a un precio más razonable e igual de bueno.
Resumen de Prueba
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
8
NOTABLE
Confort de marcha, acabados de calidad y consumos contenidos por un precio algo más caro que la competencia
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