Si hace unas semanas os ofrecíamos la prueba de lo más grande de la gama “Q” de Audi, hoy continuamos con el hermano mediando, el Audi Q5.
El modelo en cuestión llegó a los mercados en el cuarto trimestre de 2008. Se trata de un vehículo que rompe con la seriedad de su hermano mayor y aúna un buen dinamismo con un interior de gran versatilidad y numerosas aptitudes para disfrutar del tiempo libre y de la familia.
Diseño exterior
El Audi Q5 mide 4,63 metros de longitud y 1,88 metros de anchura, pero sólo 1,65 metros de altura, con lo que presume de las proporciones “más deportivas” de su segmento.
También su valor Cx, de apenas 0,33, establece todo un récord en su clase. El diseño del Q5 es elegante y muy robusto y parece pesar más de lo que pesa (unos justos 1.700 kg). El frontal está dominado por la gran parrilla Singleframe; los faros pueden equiparse opcionalmente con las luces de xenón plus y con la luz de marcha diurna en tecnología LED como los que equipaba la unidad de pruebas, un Q5 2.0 TDI. En este caso, en los pilotos traseros también se integran diodos luminosos.
La perspectiva lateral viene determinada por las grandes ruedas y las líneas ascendentes; el elegante contorno del techo, coronado con barras longitudinales planas, realza la robusta imagen del Audi Q5. El envolvente portón del maletero, al igual que el capó del motor, se ha fabricado en aluminio ligero. Los elementos exteriores están disponibles en tres versiones diferentes: en negro (de serie), en color contrastado o en el color de la carrocería. Por otro lado, Audi pone a disposición del cliente dos paquetes para la carrocería.
El paquete exterior S line otorga al vehículo una imagen aún más deportiva que pudimos apreciar en la prueba del Q7, mientras que el paquete Offroad Style, con protector de bajos tanto en la parte delantera como trasera y ruedas de 19 pulgadas, consigue una imagen más robusta y campestre tal y como podéis observar en las imágenes que os ofrecemos.
Los 2,81 metros de batalla suponen también todo un récord en este segmento, y se traducen en una generosa oferta de espacio a bordo del Audi Q5. La forma de los asientos es ergonómica y su concepto flexible. Los respaldos de los asientos traseros pueden reclinarse y abatirse con gran comodidad; basta con accionar los mecanismos de desbloqueo ubicados en el maletero para abatirlos sobre los asientos. De este modo, el volumen del maletero aumenta de 540 a 1.560 litros; además, bajo su suelo de carga se dispone de un segundo espacio de almacenamiento. Además de la red divisoria de serie, el equipamiento opcional ofrece un kit de fijación para el equipaje, una cubeta para utensilios sucios y un accionamiento eléctrico para el portón del maletero.
Las manillas de las puertas, arqueadas y macizas, los grandes retrovisores exteriores con intermitentes LED y los imponentes pasos de rueda reflejan la fuerza y la robustez del Audi Q5. Los bordes horizontales sobre los pasos de rueda recuerdan al Audi quattro del año 1980, todo un clásico de la marca. Sobre unas ruedas de entre 17 y 20 pulgadas, el Audi Q5 se muestra poderoso sobre el asfalto.
De forma similar al frontal, la zaga del Audi Q5 también refleja expresividad y carácter; las líneas horizontales realzan el efecto de anchura.
Los faros antiniebla traseros se han integrado en el parachoques y el soporte de la matrícula se encuentra ubicado en una zona muy baja del portón del maletero. Al igual que el capó del motor, el portón envolvente del maletero también se ha fabricado en aluminio ligero, y su peso es muy reducido, como el de su hermano mayor, el Audi Q7.
Los faros traseros, que no están divididos, se encuentran en el gran portón del maletero. Puesto que con el portón abierto los faros no se ven, el Audi Q5 monta luces adicionales en el parachoques.
En el caso de la unidad cedida por Audi para la prueba, nos encontramos como anteriormente hemos mencionado con el paquete Offroad que caracteriza por el ensanchamiento de los pasos de rueda y por sus parachoques especiales, pintados parcialmente de color oscuro. Debajo del frontal y de la zaga se ha integrado un protector de bajos de acero fino.
El paquete incluye además embellecedores para los tubos de escape y molduras de las puertas modificadas. Las ruedas presentan aquí un formato de 19 pulgadas, aunque opcionalmente pueden montarse ruedas de 20 pulgadas.
Diseño interior y Equipamiento
En su interior, el Q5 diversifica el claro y elegante lenguaje de formas de Audi. El cockpit se orienta hacia el conductor, su manejo es intuitivo y los acabados, como ya es habitual en Audi, no se atienen a concesiones. Delicados materiales como aluminio, madera noble, cromo, cuero y Alcantara aportan al interior un mayor refinamiento.
En el Audi Q5, todas las funciones están orientadas a la persona sentada al volante. El cuadro de instrumentos y la consola central, inclinada discretamente hacia la izquierda, constituyen una sola unidad. Los marcos en forma de gota del velocímetro y del cuentarrevoluciones son elementos ya característicos de Audi.
Entre las dos grandes esferas del cuadro de mandos, que permiten una fácil lectura, se encuentra el sistema de información al conductor, en un campo de visibilidad óptimo.
El freno de estacionamiento electromecánico, la llave inteligente, el climatizador automático y la pantalla del cuadro de instrumentos pertenecen al equipamiento de serie; en el Audi Q5 2.0 TDI con cambio manual se muestra en la pantalla la marcha ideal recomendada para una conducción más eficiente. El equipamiento de serie incluye además un gran monitor central. Si el vehículo equipa el sistema de navegación MMI plus, muchas de las funciones de manejo se concentran en el terminal MMI, ubicado en el túnel central. Este sistema de manejo, sin igual en el mercado, pertenece en este caso a una nueva generación: su control mediante el gran mando principal es ahora más intuitivo.