La fila de asientos intermedia, con capacidad para acoger a tres ocupantes, se puede desplazar longitudinalmente hasta 25 centímetros, con la idea de facilitar el acceso a la tercera fila. Son cómodos, pero algo estrechos como para que viajen en él tres adultos de forma holgada. El acceso a la tercera fila de asientos también es algo peor que en algunos de sus rivales directos –o no tan directos pero que también ofrecen siete plazas. Sin ir más lejos, aquí en Autonocion llevamos tres semanas seguidas probando vehículos con esta característica, viéndose beneficiado el Rexton W en este apartado por su mayor tamaño general, y el Mazda5 por la posibilidad de quitar completamente el asiento central de la segunda fila. Lo dicho, siete plazas para un momento dado que nos hagan falta, pero cinco para el día a día.
Si optamos por desplazar los asientos de la segunda fila completamente hacia delante, la banqueta tocará con los asientos delanteros, motivo por el cual hemos dicho que su finalidad es favorecer el acceso a la tercera fila. No es el único, puesto que de esta forma también podremos ganar un espacio interesante de carga en el maletero, sin necesidad de abatirlos completamente.
No obstante, si deseamos abatirlos, no es una operación nada complicada. Es realmente interesante como en unos pocos segundos, una única persona puede convertir el Outlander 7 plazas en un Outlander 2 plazas con un gigantesco maletero. Para ello, las banquetas de la segunda fila se abaten hacia delante, pudiendo dejar caer los respaldos en el lugar que éstas ocupaban antes. Los asientos de la última fila se pliegan sobre sí mismos, dejando una superficie completamente plana para carga.
Como ya nos ha ocurrido con otros modelos, esta increíble y práctica modularidad contrasta con el hecho de que nadie ha pensado qué hacer con la bandeja trasera cuando configuramos el coche con 7 asientos.
En lo concerniente al conductor, una de las novedades que presenta el nuevo Outlander es la posibilidad de regular el volante tanto en altura como en profundidad, ya que esto último no se podía en el anterior modelo. Además, la posición de conducción es lo suficientemente elevada para ganar en visibilidad con respecto a un turismo convencional, pero menos de lo que puede estar en algunos todoterrenos, lo que facilita la entrada y salida del vehículo.
La instrumentación es sencilla, y en una época en la que la mayoría de marcas tienden a llenar la consola de botones, lo cierto es que Mitsubishi ha apostado por algo mucho más espartano pero práctico. Como en otros modelos, la información que facilita el ordenador de abordo ofrece la posibilidad de llevar los datos de dos recorridos distintos (A y B). Para navegar entre los menús de información general basta con apretar un botón situado detrás del volante en la parte izquierda (bajo la salida de aire), pero para saltar de los datos del trayecto A a los del trayecto B es necesario parar el motor y poner el contacto, lo cual es sin duda un detalle negativo a tener en cuenta.
La consola central consta de una pantalla táctil en la parte superior, dos botones para activar el warning y cambiar el modo de conducción respectivamente; y en la parte más baja los mandos para el climatizador bizona.
En cuanto a la pantalla, si bien es de fácil comprensión, no podemos decir que sea de fácil manejo en marcha, pues los botones, en ocasiones, son excesivamente pequeños para pulsarlos sin mirar unos segundos. También aquí se muestra la cámara posterior de ayuda al aparcamiento, algo que cómo hemos dicho en numerosas ocasiones es útil como norma general, aunque a veces acabes por prescindir de ella en la práctica. Más que nada sirve como referencia para cuadrar bien el coche en plazas dibujadas en el suelo, o para apurar cuando el espacio es reducido.
El maletero del Mitsubishi Outlander 4WD tiene una capacidad de 519 litros, que puede llegar hasta los 1.625 litros si abatimos la segunda y tercera fila de asientos. Si lo comparamos con otros vehículos del mismo segmento, el Outlander estaría dentro de la media, no destaca por exceso pero tampoco por defecto.
El resto del coche también tiene numerosos espacios y huecos para dejar objetos, así como posavasos incluso para la tercera fila de asientos. La guantera tiene el sitio justo para la documentación y demás papeleo, quedando algo libre para, por ejemplo, el chaleco de emergencia. Un cajón entre los dos asientos delanteros permite dejar objetos de tamaño relativamente grande (un navegador, por ejemplo), y contiene además una conexión USB.
Equipamiento y Seguridad:
A nivel de equipamiento, el Outlander no presenta grandes novedades en sus versiones más básicas. De hecho, sólo para la versión Kaiteki, la más alta de la gama, están disponibles tres elementos muy destacables en lo que a tecnología y equipamiento se refiere.
– Sistema de control de crucero adaptativo (ACC): El sistema ACC utiliza un radar de 77 GHz instalado en la parrilla frontal que mide la velocidad y distancia relativa del vehículo tiene delante. Este sistema mantiene una distancia de seguridad entre el vehículo que marcha delante, con una distancia de detección máxima de 200m. La distancia que ACC utiliza para seguir al vehículo que tiene delante puede ser programada por el conductor, utilizando tres ajustes disponibles. Cuando no existe un vehículo delante, el ACC funciona como un sistema de control de crucero ordinario, manteniendo la velocidad fijada por el conductor.
– Sistema de mitigación de colisiones frontales (FCM): El sistema FCM utiliza el mismo radar de 77GHz del sistema ACC. Este sistema detecta obstáculos en la carretera por delante del Outlander y aplica automáticamente los frenos para ayudar a evitar una colisión, o reducir la severidad de la misma. Si surge la posibilidad de un impacto frontal, el sistema advierte al conductor a través de un vibrador y un indicador luminoso en el panel de instrumentos. El sistema FCM incrementará también la presión de los frenos en el circuito.
– Sistema de alerta de salida de carril (LDW): El sistema LWD, utilizando una cámara instalada tras el parabrisas, ayuda al conductor a mantener su carril así como evitar salidas inadvertidas del carril debido a distracciones, fatiga, etc. El sistema LDW funciona solamente a velocidades por encima de 65 km/h, y en condiciones con carriles señalizados de anchura superior a 2,60 m.
Por lo demás, el Outlander equipa, como ya hemos comentado anteriormente, regulación en altura y profundidad del volante, climatizador bizona, y además otros añadidos como son el control y limitador de velocidad, el manos libres para el teléfono, o las luces de xenon de corto alcance –siendo halógenas las de largo alcance, con un resultado muy satisfactorio. En materia de seguridad, al margen de los tres sistemas mencionados en este mismo epígrafe, el Outlander equipa 7 airbags, entre ellos el airbag de rodilla para el conductor.