Resumen de Prueba
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
7.4
Notable
Mejora de calidad con respecto a su predecesor con un precio más que competitivo y buenas aptitudes 4x4
Comenzamos la semana en Autonocion con la prueba del Ssanyong Rexton W, un todoterreno a la antigua usanza, apartado de los convencionalismos de los SUV que abarrotan nuestras calles últimamente y con la siempre interesante esencia de Mercedes Benz en sus genes. Su carácter robusto pero dinámico hace de la tercera generación del Rexton un verdadero 4×4 para los amantes del campo, capaz de superar los desafíos que se le presenten en forma de barro, pendientes, descensos, etc.
Fue allá por 2001 cuando veíamos por primera vez el Ssanyong Rexton. La marca de Corea del Sur, de la que posee un 5% de participación Mercedes Benz, con la que tiene un acuerdo de colaboración técnica para la fabricación de motores desde principios de los 90, ha vivido una última década bastante convulsa. No obstante, en 2006 llegaba al mercado la segunda edición del Rexton. Desde 2009, y tras una profunda reestructuración, Ssangyong ha vuelto a salir a flote y presenta una fuerte ofensiva con la renovación de sus modelos y la presentación de alguno nuevo.
Diseño Exterior:
El nuevo Ssangong Rexton W –esa es su nueva denominación-, no presenta un cambio absolutamente radical con respecto a sus predecesores. Se han pulido algunos detalles y se ha modificado especialmente el aspecto frontal. O al menos esa sensación transmite, pues si nos fijamos con detenimiento, observamos que la sensación de renovación deriva en gran parte del cambio de ubicación del logo de la marca. El resto, aunque similar, presenta cambios. La parrilla de tres barras longitudinales ligeramente modificada con cromados laterales, y grandes faros en línea con el lateral del nuevo capó. En la parte inferior, los faros antiniebla sí que se han visto completamente retocados, más modernos y en consonancia con el paragolpes delantero, enteramente nuevo.
La silueta del Rexton W destaca por su gran tamaño. No en vano sus medidas son considerables: 4.755 mm de largo, 1.900 mm de ancho y 1.840 mm de alto. Una línea de diseño recorre todo el lateral a media altura, justo en línea con los pasos de rueda. Esto le da un toque elegante y distinguido. Otro de los elementos que llaman poderosamente la atención es el estribo situado a ambos lados del vehículo. Le aporta deportividad además de ser útil para subir en determinadas ocasiones y, por qué no decirlo, le da un puntito “macarra” que tiene su encanto.
La parte trasera del Ssangyong presenta pocas variaciones visuales en relación con el anterior modelo, aunque estrena portón, paragolpes y pilotos. Otro detalle a tener en cuenta son los retrovisores con intermitentes de LED, un rasgo que sin duda denota modernidad. En cuanto a los neumáticos, la versión Limited que probamos nosotros monta de serie unas llantas de 18”, mientras que si nos decantamos por la versión Premium son de 16”.
Diseño Interior:
Desde que nos montamos en el Rexton W percibimos la amplitud de su habitáculo. Posee tres filas de asientos dispuestas 2-3-2 para que viajen hasta siete ocupantes. Los dos asientos de la tercera y última fila son algo más pequeños que el resto y tienen limitado el espacio para las piernas, que deberán ir más encogidas de lo habitual. No obstante, pueden acoger tranquilamente a dos adultos de estatura media en viajes de corta o media distancia. Para acceder a estos dos asientos hay que abatir los respaldos de la fila del medio, y seguramente una persona con poca movilidad no sea capaz de pasar sin ayuda de un tercero, puesto que además los respaldos pesan bastante. El hecho de habilitar las dos plazas traseras supone sacrificar por completo el maletero, que queda reducido a prácticamente nada (un portátil, por ejemplo, tiene que ir de pie). En definitiva, son dos plazas extra que sirven para sacarte de un apuro en un momento dado si lo necesitas.
En caso de optar por dejar el Rexton W sólo con 5 plazas, abatiendo los asientos de la última fila, podremos disfrutar de un interesante maletero que cubica alrededor de 680 litros. Y si abatimos también los asientos del medio, nos queda un impresionante espacio útil de 1.525 cm3.
La ergonomía es otro factor a destacar en este todoterreno, que trae de serie unos asientos de cuero realmente cómodos. La posición de conducción elevada, sumada a la buena visibilidad por todas partes (incluido la trasera pese a la longitud), favorecen que los ocupantes perciban una sensación muy agradable en marcha.
Esta sensación se ve incrementada por la calidad del interior del Ssangyong. La mejora en los materiales utilizados, así como en los acabados y ajustes, respaldada por la reducción en un 30% de las vibraciones percibidas –mejores materiales de insonorización-, hacen del Rexton W un coche muy agradable de conducir. El enorme volante quizá pueda haber a quien le resulte algo exagerado, pero a mí personalmente no me molestaba en absoluto.
La instrumentación del cuadro está compuesta por una esfera central con el cuentakilómetros, acompañada por las revoluciones a la izquierda y la temperatura del motor y el indicador de combustible a la derecha. La consola central es sencilla pero completa: salidas de aire, una pantalla táctil, y los mandos para la temperatura. Llegado este punto, debemos decir que no nos ha terminado de convencer la pantalla. Es completísima y tiene casi de todo –teléfono, DVD, navegador, etc.- pero no es fácil y cómoda de utilizar, no es intuitiva. Además, por lo menos a nosotros, nos obligaba cada vez que subíamos al vehículo a configurar el buetooth.
Al margen de las distintas configuraciones interiores del Rexton en lo que a modularidad se refiere, y que permiten ampliar o disminuir el maletero en función de las necesidades, el vehículo cuenta con otros espacios para guardar objetos, tales como dos posavasos delanteros, huecos en las puertas delanteras y traseras, una guantera discreta, un compartimento amplio entre los asientos delanteros con posavasos incluido, y una bandeja en la parte superior del salpicadero.