Prueba Seat León FR 1.8 TSI de 180 cv: Un rugir renovado

Esta semana en Autonocion retomamos el contacto más directo con uno de los modelos más populares entra la juventud de la marca patria por excelencia: Seat (aunque de patria le va quedando menos). Se trata nada más y nada menos que del Seat León FR, en su versión gasolina con un motor 1.8 TSI 180 CV Start&Stop. Por esta vez, nos decantamos por una caja de cambios manual y dejamos de lado el ya de sobra conocido cambio DSG.

Diseño Exterior:

Lo primero que pensamos al observar el nuevo Seat León, ya sea en su versión FR o no, es que el modelo ha recuperado su esencia de vehículo de corte deportivo que había perdido en su segunda generación. Las formas y dimensiones, sobretodo la altura, hacen que su línea sea más agresiva y guste más a los incondicionales de la primera generación.

Con una longitud de 4,26 metros, el nuevo León mide unos cinco centímetros menos que el anterior modelo, aunque la batalla mide casi seis centímetros más. Así, los voladizos son más cortos y enfatizan la fuerte presencia visual de las ruedas, a la vez que aumenta el espacio dentro del habitáculo, sobre todo para los pasajeros de los asientos traseros, y la zona de carga.
La forma angulosa que adoptan los faros es una de las señas de identidad del nuevo lenguaje de diseño Seat. Los nuevos faros con tecnología de LEDs integrales no requieren mantenimiento y están disponibles por primera vez en el segmento de los modelos compactos. Estos faros proyectan una luz que no cansa la vista, y unos sensores se encargan de no deslumbrar a los conductores que vienen de frente. Junto con los rasgos de diseño que forman los LED encargados de la luz de circulación diurna, conforman un frontal inconfundible para el Seat León, coronado por la insignia FR situada en la parrilla.

LEE TAMBIÉN

Prueba SEAT Ibiza 1.0 TSI 110 CV FR: ¿Acertada combinación de motor/acabado?

Personalmente he notado poca diferencia en lo que a iluminación se refiere entre este sistema y el xenon, especialmente con las luces de carretera. Con la luz de cruce, quizá echaba en falta un poco más de iluminación, pero por lo general su resultado me parece muy satisfactorio. Luego profundizaré más sobre este extremo.

En cuanto a la zaga, destaca el nuevo logotipo de la marca que bascula para abrir el portón trasero. Por su parte, los grupos ópticos en forma de cuña enfatizan la anchura del León y presentan tecnología LED de serie en nuestro acabado FR, estando como opción en el resto de la gama. El carácter deportivo del León FR queda patente con la presencia de un spoiler trasero y el tubo de escape con doble salida.

La vista lateral nos permite corroborar lo que os decía anteriormente: un perfil más bajo, grandes llantas con un diseño vistoso (nuestra unidad de prueba montaba unas llantas de aleación de 18” modelo Performance), y mayor “musculatura” en los pasos de rueda.

En resumen, a nivel estético me parece de lo mejor. A la altura, e incluso con similitudes, del que para mí es una de las referencias en diseño del segmento: el Alfa Romeo Giulietta, que ya os presentamos hace unas semanas.

LEE TAMBIÉN

Prueba SEAT Ateca 1.0 TSI 110 CV Style XXL: ¿es la versión de acceso apta para todos?

Diseño Interior:

Las sensaciones exteriores se confirman cuando nos adentramos en el habitáculo. Los materiales son, a la vista, de buena calidad, y el diseño ha sido concebido para que el conductor sienta la deportividad del modelo FR desde el momento en que se siente.

Destaca la amplitud de la consola central, claramente orientada hacia el conductor para mayor comodidad. El salpicadero tiene un nuevo y atractivo diseño, y presenta una dualidad de tonos estéticamente correcta.

Si nos adentramos en el mundo del León FR por la noche, lo primero que notaremos es la iluminación LED, especialmente el detalle cuando cambiamos al modo Sport desde cualquiera de los otros modos de conducción. Y es que en las versiones FR, las puertas montan estrechas guías de iluminación por LEDs que realzan los contornos del diseño del habitáculo. Esta luz ambiental añade elegancia al interior y también sirve para aumentar la sensación de espacio. Como decía, al pasar a modo Sport destacan porque son de color rojo, mientras que en el resto permanecen en color blanco. Un elemento más de radicalidad.