Review Overview
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
7.6
Notable
Un SUV compacto económico y ecológico: máxima eficiencia
Para celebrar el estreno de nuestra renovada sección de pruebas, hoy presentamos en Autonocion la prueba que hemos realizado al Skoda Yeti Greenline 1.6 TDi de 105 CV. Este coche con nombre de criatura de aspecto monstruoso pero alma cándida fue en su día el quinto de la gama Skoda. La elección de este nombre tiene un gran significado, ya que el Yeti es fuerte, capacitado para moverse en condiciones difíciles y destinado a ayudar a sus pasajeros a seguir allí donde otros se rinden. No obstante, la unidad probada era la versión de 105 cv diésel con tracción delantera, por lo que no hemos podido comprobar de primera mano las aptitudes off-road que a priori presenta su homónimo 4×4.
El Yeti pertenece a la segunda generación de la gama Greenline presentada originalmente en 2008. Se trata de modelos caracterizados por el bajo consumo y las bajas emisiones en comparación con las versiones “normales”, por así decirlo. El Yeti se sumó a este grupo en el año 2010 junto con el Superb Combi, y ahora nosotros lo hemos probado para daros nuestra opinión.
Diseño Exterior:
El Skoda Yeti es un coche que quiere transmitir sensación de fortaleza y robustez, y estéticamente desde luego se ha conseguido, aparentando la dureza propia de un coche apto para terrenos de diversa índole. Es el primer SUV que nos trae Skoda en más de 50 años, y no por ello han querido abandonar su imagen de marca. Por encima de todo destaca la parrilla delantera con el marco cromado y el logo de Škoda centrado. Los faros, altos y grandes, en conjunción con esta parrilla dotan al Yeti de un aspecto simpático en su frontal. Los antiniebla redondeados ubicados más abajo podríamos decir que son su seña de identidad. La vista lateral nos muestra un diseño dominado por la ausencia de curvas. Líneas y ángulos rectos configuran la silueta del vehículo, a excepción del pilar A, ligeramente inclinado como es lógico. Precisamente hablando de pilares, el C está coloreado en negro, por lo que parece que la segunda y la tercera ventanilla son una sola. Esto implica que la sensación de “caja” de la parte trasera se acentúa. El diseño trasero se define por su sencillez. Los pilotos aparecen en forma de C y la puerta vertical se abre fácil y ampliamente hacia arriba, para que los conductores más altos puedan estar debajo mientras está abierta. Un tirador servirá de ayuda a los más bajos que no alcancen la puerta una vez abierta. Como decíamos hace un momento, la luna trasera parece que continúa alrededor de la carrocería, dando la impresión de que la superficie de la ventana llega hasta el pilar B.
Los 4,22 metros de longitud total del Yeti permiten a los conductores circular con comodidad por lugares estrechos o transitados, y aprovechar incluso las plazas de aparcamiento que no destacan por su generosidad, mientras que su anchura de 1,79 metros garantiza la apertura total de las puertas en espacios reducidos. Su altura de 1,67 y su peso de 1.410 kg lo sitúan como un SUV compacto de tamaño medio, lo suficientemente ligero para mostrarse ágil y resolutivo en condiciones exigentes. Mucho ojo porque a primera vista nos puede parecer un coche mucho más grande de lo que realmente es.
Diseño Interior:
El interior del Skoda Yeti deja a las claras dos cosas: por un lado, nos estamos subiendo a un coche del grupo VAG; y por otro, es un coche funcional. En relación con lo primero nos damos cuenta tanto en los mandos de la consola central como en la instrumentación del cuadro. Las esferas, la navegación por los menús…todo es exactamente igual que en un Volkswagen. Incluso las sensaciones en marcha podrían evocar a las que transmiten sus parientes alemanes. En cuanto a la funcionalidad a la que hacíamos referencia, es fácil de entender a la vista de los espacios y la amplitud que ofrece el Skoda Yeti. El asiento del conductor está situado en una posición más elevada que la de un turismo pero por debajo de la de otros SUV. Destacaría la comodidad en la conducción como punto a favor de este coche. Permite sentarse erguido, estirar bien las piernas, y llevar los brazos en una postura relajada, gracias también al volante regulable en altura y profundidad. La visibilidad frontal se ve reforzada gracias a la gran luna delantera, siendo correcta también lateralmente y por detrás.
La pantalla táctil ubicada en el centro de la consola, así como el resto de botones están colocados a una distancia razonable del conductor favoreciendo su manejo. Además de su ubicación también es digna de alabar su sencillez. Sólo tiene los botones necesarios para que todo funcione, ideal para configurar todo sin grandes complicaciones.
Ya hemos reiterado en varias ocasiones que uno de los puntos fuertes del Yeti es su capacidad de carga, ya que se trata de un vehículo pensado para viajar, pasar todo el día en el campo, o incluso para transportar determinadas mercancías voluminosas. No es de extrañar, de hecho, que algún transportista opte por el Skoda Yeti como compañero de trabajo en detrimento de una pequeña furgoneta tipo Berlingo o Partner. El maletero cubica 405 litros con los asientos traseros en posición normal; pero con ellos abatidos alcanza la nada despreciable cifra de 1.580 litros. Además posee hasta cuatro ganchos para colgar bolsas, una cantidad por encima de lo normal. Dentro del habitáculo también encontramos espacio para nuestros objetos más pequeños: bajo los asientos delanteros, en un pequeño compartimento entre estos, en el sorprendente hueco del salpicadero o en la guantera –esta última de tamaño bastante discreto.
La versión Greenline del Skoda Yeti de la que os estamos hablando es, como decíamos, un intento por ofrecer menor consumo y menores emisiones en un vehículo, sin sacrificar –o sacrificando lo menos posible- sus prestaciones. En este sentido, os detallamos a continuación un poco más sobre el impacto de este concepto “Greenline” en el equipamiento del coche y en la eficiencia de sus motores:
Tecnología Greenline y Motores Eficientes:
La tecnología GreenLine de Skoda está basada en la combinación de distintas modificaciones en el vehículo y su grupo propulsor, que incluyen:
– Motores ahorradores: En el caso del Yeti que hemos probado, se trata de un 1.6 TDI CR, un motor que comparte con el Octavia y el Superb. Pese a verse penalizado por el coeficiente de penetración del aire –dada su mayor altura-, el Yeti GreenLine ofrece un consumo combinado –homologado- de tan solo 4,6 litros y una emisiones de CO2 de 119 g/km. Además, resulta sorprendentemente ágil, pues acelera de 0 a 100 km/hora en 12,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 176 km/h. Si dejamos al margen datos oficiales y nos remitimos a nuestra experiencia personal, las cifras de consumo del Skoda Yeti Greenline probado han sido: 4’5 en carretera, 6’9 en ciudad y 5’2 en combinado. Son cifras difíciles de superar por ningún otro SUV, en especial teniendo en cuenta la alegría con la que se desenvuelve el Yeti. Por otro lado hay que decir que estos motores son silenciosos, propulsan lo suficiente y son muy eficientes gracias al turboalimentador y a la inyección directa common rail. El par motor máximo de 250 Nm está disponible entre las 1.500 y las 2.500 rpm.
– La segunda generación Greenline trajo como novedad la incorporación del sistema Start-Stop a todos sus modelos. Un avance fuera de toda duda que con un uso correcto puede suponer un ahorro de combustible hasta del 10%. En teoría es un sistema inteligente que se desactiva solo en determinadas circunstancias: cuando el motor esta muy frío o muy caliente; cuando abrimos la puerta del conductor; o cuando la batería restante es baja. Funciona bien en líneas generales y aunque no es el más rápido del mercado su comportamiento es correcto.
– Otro de los avances introducido por Skoda en su gama Greenline es la recuperación de energía en el frenado. Gracias a ello se ahorra una pequeña cantidad de combustible cada vez que frenamos puesto que la energía cinética producida se transmite a la batería en forma de electricidad.
– Os habréis fijado en las fotografías en que las llantas que monta nuestra unidad de prueba no son especialmente llamativas. Esto es debido a que otra de las características de la tecnología Greenline es el montaje de neumáticos de baja resistencia a la rodadura.
A la vista está que quien opte por comprar un Skoda Greenline, cualquiera que sea el modelo, estará eligiendo promover la protección del medioambiente. Por ello, tan importante es la tecnología que monta como la conducción que practiquemos. Nosotros nos hemos puesto en la piel de lo que entendemos es el “propietario tipo” del Skoda Yeti Greenline, una persona que no va a apretar el motor, que va a hacer una conducción cuidadosa. Hemos conocido de primera mano la importancia que tienen –en todos los vehículos pero en éste en particular- los pequeños detalles. Cifras de consumo de 4,5 litros en un coche de estas características no se consiguen sin prescindir de los acelerones al iniciar la marcha, de apurar las marchas, o si no favorecemos la activación del sistema Start-Stop. Tampoco estoy diciendo que hayamos ido de paseo, velocidades de 120 o incluso 130 km/h en autopista no son obstáculo para los buenos registros, pero siempre con suavidad.
Por otro lado, en el aspecto mecánico, debo decir que me ha gustado mucho la suspensión del Yeti. Está rebajada con respecto al modelo normal y debo decir que absorbe estupendamente las irregularidades del terreno sin que éstas repercutan en el ocupante del vehículo. La delantera es de tipo McPherson con barra estabilizadora mediante muelle helicoidal con ruedas independientes y la trasera multibrazo con barra estabilizadora mediante muelle helicoidal con ruedas independientes. Monta una transmisión de tipo manual con cambio totalmente manual de cinco velocidades con una relación de marchas muy larga, enfocada, como todos los elementos del Yeti, al ahorro de carburante.
El precio del Yeti ronda los 25.000€ teniendo en cuenta los descuentos actuales, Plan PIVE2 y demás que se puedan aplicar. Aunque es un precio competitivo en relación a sus competidores directos como pueden ser Hyundai ix35 o KIA Sportage, tiene un duro rival que encabeza las listas de ventas desde hace ya meses como es el Nissan Qashqai, al que se ha sumado otro modelo que no debemos olvidar como es el Dacia Duster –quizá desde mi punto de vista el único modelo realmente comparable al Yeti, y claramente más barato.
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