Si por algo me ha calado hondo el nuevo Caddi Maxi es por el motor en esta versión, una mecánica que a cualquiera que esté acostumbrado a la rudeza de los SDI iniciales o de los primeros TDI, le sorprenderá por su suavidad de funcionamiento y por una rumorosidad de uso que se hace escasa para lo que cabría esperar y es que el 1.6 TDI es una delicia. Su motor de 4 cilindros en linea y 1,6 litros rinde 102 caballos y 250Nm de par, cifras que no son para tirar cohetes pero que se prestan suficientes para mover y desenvolverse con la tonelada y media de furgoneta que nos ocupa.
En esta, su variante Bluemotion, afina todavía más un instrumento ya afinado de por sí, para rizar el rizo de la eficiencia con unos consumos y unas emisiones sorprendentes. A esto contribuye el sistema Start/Stop de serie y el indicador de cambio de marcha, dos mecanismos que unidos a unos neumáticos de baja resistencia a la rodadura contribuyen a una cifra de CO2 de 134g/Km y a un gasto de carburante que reduce cerca de un 5% el normal.
Que con un depósito de 60 litros alcances una autonomía de 1.006 kms. con una conducción desenfadada y espontanea, tanto por autopista a diferentes ritmos como por nacionales, comarcales de montaña, y en ciudad, todo ello con y sin carga, ponen el listo muy alto. Las cifras oficiales no se alejan excesivamente de lo conseguido ya que el consumo en ciudad se ajustó bastante fielmente a lo anunciado por Volkswagen con una cifra medida de 5,3 litros/100. En carretera el consumo se clava, si quieres, a esos 4,7 de catálogo y la media está algo más de medio litro por demás.
Es la potencia si cabe, el único punto donde más desfavorecido puede encontrarse el modelo en comparación con versiones superiores, porque si bien en vacío se va a prestar suficiente, con cierta carga por según qué carreteras podemos llegar a notarla algo justa, que no insuficiente, para lo que viene acostumbrando casi cualquier TDI de similares características, aunque ni con estas este detalle consigue ensombrecer un conjunto casi magnífico donde es la caja de cambios de 5 velocidades, la que supone el casi por no disponer de una sexta.
En cualquier caso, el ritmo de conducción que permite su bastidor es si me apuras exagerado para lo que es un Volkswagen Caddi. No sé hasta qué punto no hubiera sido mejor apostar en otros esfuerzos, seguramente más valorados por el cliente final, que en bastidor más eficaz de lo necesario. Pensemos que estamos hablando de un vehículo industrial o familiar al que en ningún caso se le buscaría atisbo alguno de deportividad.
Pese a todo y a esto, y a lo mucho que uno quiera sacar de este modelo, nos tocará convivir con la realidad de una conducción estéril, ausente de sensaciones, en la que solo dejan su impronta unas capacidades ruteras de primer nivel en las que puedes rodar y rodar sin desfallecer de cansancio, y una capacidad formidable para digerir cualquier cosa que suceda bajo las ruedas sin perjudicar el confort de marcha, virtudes a buen seguro en una alta estima para cualquier profesional.
En parte a esto contribuye la dirección, que en cuanto al confort aporta lo suyo, aunque para ello nos haga pensar si las ruedas delanteras estarán en su sitio, o por mucho más lejos a decir de la escasa información que nos llega de lo que está pasando en la carretera. No por ello se echa en falta precisión.
Los 4 neumáticos Bridgestone en medida 195/65/15 que equipaba la unidad de prueba, demostraron ser más que suficiente para las capacidades del modelo. En opción se puede disponer de otras medidas sobre llantas de 15, 16 y hasta 17 pulgadas, con un ancho de goma de hasta 205, que probablemente en las versiones más potentes pueda tener su razón de ser, pero que en esta son del todo innecesarias.
Todo este conjunto de peculiaridades dinámicas son lo que más me ha sorprendido de un Caddi superlativo que demuestra una capacidad de carga, funcionalidad y habitabilidad sobresalientes, poniendo de manifiesto que su principal aliciente, o su razón de ser si así se prefiere, se ha tenido en cuenta.
Pero como no todo podía ser bueno, el extraño talón de Aquiles para quienes busquen agilidad y funcionalidad, pero sobre todo agilidad a la hora de cargar bártulos, son unos asientos traseros incómodos de manipular, pudiendo llegar a necesitar de la ayuda de hasta otras dos personas para desmontarlos si por un casual te equivocas y se te enganchan donde no deben. Por el contrario, la reja de seguridad requiere de escasamente 2 minutos para aflojar sus pasadores y sale sin problema.
En este punto, la capacidad de carga del Caddi Maxi es abominable para la furgoneta que en el fondo es, sensibilidades al margen. Y es que sea lo que sea que tengas que cargar, si calculas bien el volumen, comprobarás que las puertas de doble hoja traseras, que se pueden abrir hasta 180º cada una, y el enorme portón lateral, podrán ser de todo menos el obstáculo que te impida llevar a cabo tus propósitos.
En definitiva, que si tienes los 20.000 euros que tal vez como precio negociado puedas conseguir en el concesionario, y necesitas un vehículo polivalente y robusto, cuyo consumo termine representando el origen de una sonrisa perpetua, ¡adelante! La Caddi Maxi 1.6 TDI Bluemotion es una opción muy a tener en cuenta.
A su favor
– Su gran versatilidad
– Es mucho más cómodo de lo que cabría esperar
– Unos consumos formidables
En contra
– No es la alternativa más económica del mercado
– Tiene detalles de calidad que están lejos de otros modelos de la marca cercanos por precio
– La potencia se puede notar justa en determinadas situaciones de carga y pendiente
Probamos el Volkswagen Caddi Maxi 1.6 TDI Bluemotion (Parte I)