Otro de los elementos que equipaba nuestro Tiguan R-Line era el detector de fatiga. A priori, no le di mayor importancia a su presencia, y pensé que se guiaba por patrones muy básicos de conducción pudiendo engañarle a mi antojo. Nada más lejos de la verdad. Tengo que decir que me ha fascinado este sistema, puesto que hasta en tres ocasiones distintas me saltó el mensaje de “fatiga detectada” y en todas ellas era absolutamente cierto que yo mismo me notaba cansado y más limitado de reflejos. Sin llegar a ir literalmente dormido, es verdad que estaba algo fatigado y, pese a no dar bandazos ni hacer movimientos bruscos de volante, el coche fue capaz de prevenirme. En un futuro me gustaría investigar al respecto y dedicar un artículo completo a este sistema.
Por lo demás, a destacar el sensor de lluvia, el identificador de señales de tráfico (funciona bien), climatizador bizona, control de crucero, retrovisores exteriores plegables electrónicamente y calefactables, bluetooth y diferencial XDS para limitar el subviraje en curva.
Motorización:
Los motores disponibles para esta versión R-Line son el TSI 210 CV DSG, y los TDI 140 CV y 177 CV, tanto manual como DSG, todas ellos equipados con la eficiente tracción 4Motion. Además, la nueva combinación de 177 CV y cambio DSG es una de las grandes novedades de la nueva restructuración de gama de este SUV de Volkswagen y está disponible a partir de la versión Sport.
Nosotros hemos elegido para nuestra prueba precisamente esa motorización. Un nuevo DSG que pasa por nuestras manos. Este motor de dos litros y 177 CV permite alcanzar al Tiguan los 200 km/hora, con una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,5 segundos y un consumo de solo 6 litros de diésel en ciclo combinado.
La realidad es que esos 6 litros son la cifra oficial, pues durante nuestra prueba de algo más de 1.000 km pudimos comprobar que, según el recorrido, esa cifra se podía ver incrementada de forma significativa. Según nuestra experiencia se antoja difícil alcanzar un consumo de 6 litros, siendo más habitual moverse en unos guarismos entre los 7 y los 8 litros.
Estos números chocan bastante si los comparamos con los casi 6 litros a los 100 km que nos hizo de consumo el Passat CC con este mismo motor. Aun teniendo en cuenta que ambos han pasado por manos distintas, por lo que le otorgo una variación de medio litro aproximadamente, el incremento en el Tiguan se debe fundamentalmente a su línea menos aerodinámica.
Mecánicamente no le podemos poner pegas al Tiguan. El sonido pese a tratarse de un diésel es bastante fino y la transmisión nos da un empuje más que sobrado. Cuando pisamos a fondo, en especial desde parado, se nota que tarda unas décimas de segundo en reaccionar, como si de alguna manera el coche estuviera “cogiendo aire” para salir con más fuerza, haciendo un símil con las personas. A partir de ahí los cambios son suaves y progresivos.
El comportamiento dinámico del coche no me ha terminado de convencer. En autopista nos brinda una comodidad más propia de una buena berlina, pero en carreteras de muchas curvas, con subidas y bajadas, no me ha gustado como entraba en el giro, pues lo he notado algo tosco para ser un SUV de tamaño pequeño-medio. Eso sí, la tracción a las 4 ruedas evita el deslizamiento de los neumáticos y nos protege de posibles sustos.
Por desgracia, no hemos tenido la ocasión de probar cómo funciona el 4Motion en condiciones meteorológicas adversas dado el tiempo tan estupendo que ha hecho durante toda la semana. Lo que si os podemos decir que su comportamiento por alguna pista forestal sencilla fue correcto.
Precio:
Cuando nos referimos al precio de los vehículos que probamos, habitualmente os decimos el coste de la unidad probada así como de la versión de acceso al modelo. En este caso, al tratarse del acabado R-Line diferenciaré entre tres productos distintos: la unidad de prueba; el R-Line más barato; y el Tiguan de acceso a la gama.
Si lo que queremos es un Tiguan a toda costa y no disponemos de mucho dinero, debéis saber que este SUV compacto está disponible desde 26.670 euros. Si optamos por el acabado R-Line, que incorpora todo lo que hemos visto hasta ahora, los precios oscilan entre los 36.890 euros del TDi y los alrededor de 43.000 euros tanto del modelo probado como de la versión gasolina con un equipamiento similar al de nuestra unidad de prueba. Sinceramente, un precio superior a 40.000 euros me parece muy exagerado teniendo en cuenta lo que podemos encontrar en el mercado con ese dinero.
Review Overview
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
7.7
NOTABLE
Un modelo más deportivo a nivel estético que el normal pero quizá demasiado caro para los tiempos que corren. El gran equipamiento es su principal valor