RIDE 5 llega justo cuando han pasado casi tres años desde el lanzamiento de RIDE 4 y ocho desde que saliera, allá por 2018, el primer RIDE para aquellas lejanas PS3 y Xbox 360. Ahora con la quinta entrega disponible en exclusiva para la nueva generación de consolas, continua esta franquicia, que no ha perdido nada de su frescura.
Ya hace unos cuantos años que Milestone se centró prácticamente en su totalidad a desarrollar juegos dedicados a diferentes modalidades de motociclismo. Es por esto que desde hace un tiempo a esta parte, la calidad en sus títulos es como el valor en la antigua mili, se le supone.
Comienza la adrenalina
Y no decepciona. Nada más arrancar hay un pequeño prólogo que nos mete directos al turrón, con la típica locución épica para ir calentando el ambiente.
Sin perder tiempo empezamos el modo trayectoria, con eventos cortitos, circuitos pequeños a tres vueltas. Y para seguir inmerso en la competición sin tener que desviar tiempo a nada que no sea correr, los premios que se consiguen en los eventos serán suficientemente generosos para poder competir en los siguientes, por lo que en un inicio, los créditos para comprar motos en el concesionario no tienen por qué ser un problema, se puede ir ahorrando para cuando sea realmente necesario. Por contra, es más complicado coger vínculo con los vehículos, ya que constantemente estás cambiando tu montura por la última que te han regalado.
RIDE 5, un juego de nueva generación
Otro apartado positivo es la jugabilidad -como ya pasó en MotoGP 23- es que se han implementado nuevas ayudas neuronales totalmente configurables, que permiten que este juego sea apto para todos los públicos, desde el jugador que quiere echar cuatro carreras ocasionales de vez en cuando hasta los jugadores más experimentados que quieran poner a prueba sus habilidades. Que Ride5 sea un juego de motos palomitero o un simulador depende de exclusivamente de ti.
Visualmente espectacular y sin caída de frames incluso con un gran número de motos en pantalla. Los modelados de las motos, pilotos y circuitos están esculpidos al más mínimo detalle, a excepción de los daños en las motos que brillan por su ausencia. El nuevo sistema de clima dinámico y el ciclo día/noche se ven muy fluidos y mejoran la inmersión, sobre todo en carreras largas.
¿Qué hay de nuevo, viejo?
Y hablando de carreras largas, esta es otra de las novedades que trae la nueva entrega de RIDE 5, el modo Resistencia. Carreras que no van determinadas por el número de vueltas si no por un tiempo concreto, en las que debemos controlar el consumo de combustible así como el desgaste de los neumáticos o la previsión de lluvia para decidir el mejor momento para realizar paradas en boxes, en las que deberemos elegir qué neumático montar y cuanto combustible repostar para sacar el mayor partido según vaya evolucionando la carrera.
Otro modo que está de vuelta, aunque cada vez se use menos -ya que prácticamente todo el mundo juega multijugador- es el Modo Pantalla Dividida. Que como bien hemos comentado esta prácticamente en desuso, pero que no viene nada mal que lo incluyan, ya que da la posibilidad de poder jugar con alguien que venga de visita de vez en cuando.
Lo menos bueno
No es nada nuevo esto que voy a comentar, ya que la única pega importante que encuentro es la de todas las entregas.
La variedad de motos es escasa. Bien es cierto que el juego sale de inicio con más de 260 motos, pero también lo es que muchas de estas son variantes de calle, por ejemplo tenemos la Ducati Panigale V4R de 2019 de calle, en versión competición y en versión modificada para resistencia.
Además los modelos se limitan exclusivamente a motocicletas Naked y Sport, aunque ya está anunciado en el calendario de lanzamientos posteriores (con 33 motos y 6 circuitos nuevos confirmados) algún modelo de Supermotard y Scooter.
Con todo esto la conclusión es sencilla. Si te gustaron las entregas anteriores de RIDE te gustará RIDE 5, si te gusta Gran Turismo o Forza Motorsport y eres aficionado a las motos, también te gustará.