El que probablemente haya sido el escándalo más importante de la industria moderna registrado en los últimos 10 años ha acabado nuevamente en los tribunales. Tras el éxito obtenido por parte de los consumidores de Estados Unidos le ha llegado el turno a los consumidores Alemanes.
Tal y como ya sabrás, el Grupo Volkswagen ya ha llegado a un acuerdo con los propietarios estadounidenses y australianos, pero está defendiendo enérgicamente las reclamaciones europeas como resultado de lo que dice que son regulaciones diferentes que no violó. Hasta la fecha, el escándalo, que estalló en 2015, le ha costado a la marca más de 33 mil millones de euros aunque está previsto que en Europa la cifra ascienda notablemente.
Al tratarse de un escándalo mayúsculo, el procedimiento de reclamación judicial va de la mano y es el más grande de la historia de la justicia Alemana. Los consumidores y propietarios afectados por el escándalo de las emisiones buscan una compensación por las emisiones alteradas de sus modelos, por lo valores de reventa más bajos y por los perjuicios sufridos.
El caso se considera muy significativo para los propietarios de todos los productos VW afectados, incluidos los automóviles de las marcas Audi, Porsche, Seat, Skoda y VW, ya que probablemente influirá en cómo el Grupo aborda las acciones legales en otros territorios europeos.
La ley en Alemania se modificó para permitir una acción civil grupal contra el fabricante para evitar las medidas individuales y como resultado de esto parece que 400.000 propietarios se han unido para buscar una solución grupal contra el fabricante. Se estima que otros 100.000 propietarios están ejerciendo acciones individuales.
Durante el proceso se buscará demostrar que el fabricante vendió vehículos afectados en los que existía un software que pretendía burlar las pruebas de emisiones y que las reparaciones técnicas propuestas por el fabricante han tenido un efecto perjudicial en la eficiencia. También se busca demostrar que por esta acción los valores de reventa de los vehículos han caído.
La defensa de Volkswagen sigue enrocada en que no violó ninguna ley europea y que sus soluciones técnicas han sido aprobadas por una entidad independiente. Además, dice que tiene pruebas más que convincentes que demuestran que los valores de reventa no se han visto afectados.
Todo el proceso judicial podría llegar a ver una sentencia firme en unos cuatro años según comentan algunos medios locales alemanes. Hay tres escenarios posibles que son que Volkswagen gane, que los demandantes ganen o que el tribunal determine un acuerdo entre las partes en caso de que el coste del proceso exceda la posible indemnización, vía que cada vez toma más fuerza.