Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.5
Notable
El BMW Z4 es una interesante propuesta para aquellos que buscan un automóvil de diseño muy atractivo apto para dos pasajeros. La estética es la mayor virtud de este modelo y en su versión básica consigue una relación prestaciones-consumos muy interesante aunque eso sí, queda lejos de la deportividad de sus hermanos mayores.
La nueva generación del BMW Z4 ha llegado dispuesta a reconquistar a los amantes de los roadster de corte más tradicional. Para ello mantiene la propulsión posterior, un interior apto para solo dos ocupantes y recupera el techo de lona para conseguir una mayor ligereza-sencillez del conjunto.
Teniendo en cuenta que los deportivos no están pasando por su mejor momento, en BMW se han aliado con Toyota para compartir los costes de desarrollo y así hacer rentable un tipo de vehículo que por volumen tardaría mucho tiempo en ser amortizado. Fruto de la colaboración han nacido los Z4 en BMW y el Supra en Toyota.
Durante unos días he tenido la oportunidad de probar un BMW Z4 sDrive 20i y debo reconocer que me ha conquistado. Como ex-propietario de una unidad de anterior generación (E89 2015, en la imagen inferior), puedo afirmar que la marca alemana ha conseguido un producto mucho más completo en todos los apartados.
DISEÑO
No hay duda que el nuevo BMW Z4 tiene un aspecto imponente. Quizás ha perdido algo de identidad en su frontal por culpa de unas ópticas muy parecidas a las que emplean firmas rivales pero conserva el enorme capó delantero y un voladizo posterior bastante recortado que visualmente resulta tremendamente atractivo.
Como en todo vehículo premium el cliente puede personalizar por completo cada unidad optando por diferentes tipos de llantas de aleación, líneas de equipamiento, una paleta de colores muy amplia, detalles decorativos varios… consiguiendo que cada unidad pueda totalmente única.
Durante los días de la prueba he podido comprobar cómo el BMW Z4 ha ido robando corazones a su paso aunque debo reconocer que con el color azul de la unidad probada pasa bastante desapercibido, algo que podría gustar a los usuarios enamorados del vehículo pero algo tímidos.
INTERIOR
La mayor evolución que recibe la nueva entrega del Z4 respecto al anterior está en el habitáculo. Muy bien presentado y con unos materiales a la altura de lo esperado por su precio, el nuevo modelo resulta muy moderno, atractivo y transmite muy buenas sensaciones, algo en lo que el anterior E89 no brillaba especialmente.
En la zona alta de la consola central se incluye el sistema de navegación con pantalla de al menos 8,8 pulgadas a color. Su control es sencillo (táctil o por iDrive) e incluye compatibilidad con Apple Car Play y Android Auto sin cables, bluetooth, cámara de visión posterior, acceso a internet y a aplicaciones, etc.
La instrumentación es otro de los elementos que mejora y mucho. Ahora cuenta la digital configurable de fácil lectura y muy completa en cuanto a información, sumando datos del ordenador de viaje, sistema de sonido, distintos parámetros del vehículo, etc. Según el modo de conducción elegido cambia su aspecto aunque no es tan llamativo como otras pantallas de marcas rivales.
Los mandos de climatización son sencillos y ahora la pantalla se sitúa “escondida” entre las salidas de aire centrales Su manejo es cómodo salvo que quieras desconectar el aire acondicionado (hay que hacerlo desde un menú en el sistema multimedia). El resto de botones quedan bastante a mano, incluidos los de elevalunas de las puertas que antes quedaban excesivamente retrasados.
Por el interior hay repartidos varios huecos porta-objetos de buena tamaño y bastante aprovechables. Mejora a su predecesor especialmente en el tamaño de las bolsas de las puertas, la inclusión de los prácticos posa-latas, el hueco específico para cargar el móvil, etc. Mantiene tras los asientos un espacio muy aprovechable para dejar el abrigo/chaqueta, una mochila, etc.
HABITABILIDAD
El nuevo BMW Z4 tiene al igual que las anteriores generaciones solo dos asientos. A pesar de esto, resulta bastante holgado en todas las cotas y es bastante confortable para que sus ocupantes se sientan bien una vez han tomado asiento. El parabrisas queda lejos de las cabezas, algo que se valora especialmente en un descapotable.
La peor parte del nuevo Z4 está en el acceso al interior debido a lo bajo que queda el asiento. Esto no es una pega y sí un “mal menor” de cualquier vehículo de este tipo que va muy pegado al suelo y, una vez sentado, la experiencia es más gratificante aumenta la sensación de deportividad. Los asientos sujetan bien el cuerpo y opcionalmente pueden incluir banqueta extensible.
La capacidad del maletero me ha sorprendido para bien. Con la nueva capota de lona se mantiene el volumen intacto se tenga o no el techo puesto. Posee 281 litros que parecen pocos pero resultan muy aprovechables, con formas más naturales que en el anterior (tenía 310 litros pero de formas muy irregulares).
EQUIPAMIENTO
Otro punto a favor de la nueva generación está en el equipamiento de serie incluido en todas las versiones. El sDrive20i es el más asequible y se puede decir que lleva casi todo de manera estándar, dejando ciertos caprichos de personalización o varios gadgets para los usuarios más exigentes.
Entre otras cosas llevan climatizador automático de dos zonas, faros LED, control de crucero con limitador, instrumentación configurable, sistema de navegación integrado, bluetooth, varios puertos USB, llantas de aleación de 17 pulgadas, freno de mano eléctrico, retrovisores térmicos, capota eléctrica, sensores de parking delanteros y traseros, arranque por botón y sensor de lluvia.
También sin coste contemplan el encendido automático de luces, deflector de viento, alerta de cambio de carril involuntario, aviso pre-colisión, frenada automática, lector de señales de tráfico, tapizado en piel, sistema de llamada de emergencia eCall, alfombrillas de velours, filtro de carbón activo, etc.
El precio de partida del BMW Z4 sDrive20i 194 CV parte de los 48.900 € y se puede solicitar con cambio manual de seis velocidades o bien con la caja automática de ocho velocidades por el mismo precio. Si lo quieres como la unidad probada deberás sumar elementos con el Head Up Display, asientos calefactables, llantas extra-serie, detector de ángulo muerto, control de crucero adaptativo y muchos otros elementos más que suben el coste hasta cerca de los 70.000 €.
¿Rivales? Los más importantes son los Audi TT Roadster 40 TFSI de 197 CV S-Tronic (desde 46.599 €) y el Mercedes SLC200 9G-Tronic con 184 CV (a partir de 47.550 €). Ambos poseen unos precios de salida algo más bajos pero también menor dotación estándar. El Mercedes opta por el techo metálico retráctil que genera sensación de mayor seguridad y es más sencillo de limpiar que la lona pero también en caso de avería resulta más costoso.
MOTOR
Bajo el capó el BMW Z4 de última generación puede llevar un bloque de dos litros con sobrealimentación con 258 CV de potencia que da vida al sDrive30i, el excelente motor de tres litros y seis cilindros en línea con 340 CV que toma la denominación M40i, y la opción probada de acceso que recurre al mismo motor de dos litros mencionado más arriba pero con la potencia limitada a 197 CV.
En todos los casos la propulsión es posterior y la caja de cambios automática con convertidor de par y ocho velocidades con posibilidad de manejo secuencial desde unas levas situadas tras el volante o desde la propia palanca. Además se incluye el sistema Stop&Start y el clásico selector de modos de conducción habitual en BMW. Solo el más pequeño puede pedirse desde julio de 2019 con la caja manual de seis velocidades.
La versión de acceso me ha parecido más que suficiente para disfrutar de este roadster, con unas prestaciones muy correctas y siempre acompañado de consumos que podrían sorprenderte por comedidos si eres de los que viajas a velocidades legales por autovía. Durante la prueba apenas ha superado los 7,2 L/100, una cifra inferior a la que registraba el anterior en el mismo trayecto.
El cambio automático de ocho velocidades es el encargado en parte de conseguir extraer una relación tan buena entre consumos y prestaciones, jugando muy bien con la marcha insertada en cada momento. Tan solo me ha parecido mejorable en situaciones muy concretas a baja velocidad, respondiendo con ciertos tirones que pueden resultar incómodos.
La diferencia de precio entre el sDrive20i y el sDrive30i es de 7.400 €, un coste quizás demasiado elevado teniendo en cuenta que bajo el capó esconden un motor con cuatro cilindros y dos litros de cilindrada. Si no eres de los que busca las mejores prestaciones y sí disfrutar de un roadster, puedes ahorrarte la diferencia o bien invertirla en elementos de equipamiento como los asientos y volante térmicos (en un descapotable es útil) o más elementos de seguridad.
Ficha técnica
Version | sDrive20i |
---|---|
Cilindrada | 1.998cc |
Potencia | 197 CV a 4.500 rpm |
Par | 320 Nm a 1.450 rpm |
Peso | 1.480 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4324 / 1864 / 1304 |
Volumen Maletero | 281 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 6,6 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,7 seg en D |
Velocidad máxima | 240 km/h |
Consumo homologado | 7,1 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 139 gr |
Precio de partida | Desde 48.900 € |
COMPORTAMIENTO
El nuevo BMW Z4 es ante todo un BMW y por tanto no hay pegas en lo que a comportamiento se refiere. En esta nueva entrega me ha parecido que se logra un mejor compromiso entre confort y eficacia circulando tanto por vías en buen estado como por los asfaltos rugosos de algunas de nuestras carreteras que provocan rebotes incómodos.
Me ha sorprendido el buen aislamiento acústico conseguido en el nuevo a pesar de contar con una lona. Una de las pegas principales que encontraba en el anterior Z4 era el ruido proveniente del techo (bastantes grillos si el asfalto no está inmaculado) y lo mucho que se percibían los sonidos del exterior con todo cerrado (debían haberse mejorado las juntas de las cuatro ventanillas con el techo).
Tanto el viejo como el nuevo comparten una postura de conducción muy retrasada y baja. Esta posición aumenta la sensación de deportividad pero también te deja un tanto “ciego” con un morro tan largo. Lo bueno es que es muy sencillo hacerse con las formas del vehículo, aparcándose bastante bien gracias a la cámara posterior y los sensores.
La agilidad está presente en todo momento. Habiendo un motor con 340 CV disponible, está claro que el bloque de 197 CV no pone en apuros el chasis ni de lejos pero sí es capaz de hacerte disfrutar con unas reacciones divertidas y muy seguras. Esto último es muy importante, mejorando mucho en suelo mojado respecto al anterior (quizás no es tan directo como antes pero el cambio es a mejor sin duda alguna).
La dirección es rápida y muy obediente aunque no es la mejor transmitiendo sensaciones. Sí permite un guiado correcto, efectivo y “a la primera”, facilitando las cosas en tramos virados con cambios de giro muy rápidos. En estas circunstancias se percibe la corta batalla y una suspensión bien pensada que no deja inclinar la carrocería y por tanto no debe esperar a que se recupere de los cambios de apoyo pronunciados.
En viajes largos tampoco defrauda. Es cierto que no es tan silencioso como un vehículo cerrado o incluso un BMW Serie 4 Cabrio pero ya no se hacen tan pesados los desplazamientos largos con el constante sonido de la rodadura, muy poco filtrado. El sistema de audio tiene buena calidad (con el HiFi opcional) y ayuda mucho cuando hay muchos kilómetros por delante.
El día antes de devolver el Z4 a BMW España -regresando de la Costa del Sol a Madrid- tuve la mala suerte de recibir un picotazo en el cristal… partiéndose a la primera y generando una gran brecha. Me ha resultado curioso dado que en mi Z4 también tuve la mala suerte de romper la luneta delantera con un picazo en el mismo sitio…
Calidad de terminación
Motor solvente y frugal
Boca del maletero estrecha
Opciones muy caras