Motorizaciones
Mira que en Europa no somos muy devotos de las variantes gasolina y menos si se trata de grandes berlinas como el CTS, pero Cadillac parece negarse a comercializar mecánicas diésel en el Viejo Continente. Por ello, el único motor ofrecido por ambos modelos es un bloque de 2,0 litros y cuatro cilindros turboalimentado que desarrolla una potencia total de 276 CV y un par motor máximo de 400 Nm.
La verdad es que ambos vehículos se mueven con soltura gracias a esta mecánica, a lo cual contribuye notablemente la caja de cambios automática de seis velocidades. Aunque esta resulta suave y rápida en los cambios, el conjunto peca de parsimonia, echando en falta las dosis de potencia necesarias en el preciso momento en que las solicitamos al pisar a fondo el acelerador.
La caja automática envía toda la fuerza al eje trasero en los dos modelos, marcando en el cronómetro un 0 a 100 km/h de 5,8 segundos para el ATS coupé y 6,8 segundos en el caso del CTS sedán. Si lo deseamos, también podremos optar –en los dos vehículos- por la tracción total que equipaba nuestra unidad del CTS y que lo convierten en una berlina realmente cómoda y fácil de conducir a pesar de sus dimensiones.
Los consumos, lejos de resultar escandalosos, se mantienen en torno a los 10 litros de media en ambos modelos, resultando algo inferiores en el caso del ATS coupé, como es lógico. Pero si hay algo que no nos gusta de este modelo es esa tendencia tan extendida últimamente de amplificar el sonido del motor a través de los altavoces del vehículo. Sonidos artificiales no, gracias.
Comportamiento
En carretera los americanos empiezan a demostrar algunas de sus virtudes. Aunque la respuesta del motor ya hemos dicho que podría ser más precisa, el conjunto resulta bastante satisfactorio.
Sorprende principalmente el CTS sedán. Sus dimensiones no inspiran dinamismo, sino más bien confort, pero este vehículo es capaz de aunar ambas características y hacer disfrutar tanto a conductor como a sus acompañantes. Podemos confirmar que la reducción de peso y cotas a la que se ha sometido la nueva generación ha surtido efecto. Y dicen que mejorará en el CT6…
En el caso del ATS coupé la cosa cambia. Sus medidas y la falta de empuje antes mencionada le restan dinamismo, abogando por un confort de marcha y una comodidad únicos entre los coupés, pero renunciando a la deportividad en grandes dosis. Aun así no nos engañemos, ambos son vehículos con los que disfrutar al volante, pero en el ATS se echa en falta esa deportividad propia de un coupé de pura cepa.
Para mejorar su comportamiento sobre el asfalto incorporan una suspensión McPherson delantera y una independiente trasera de cinco brazos que, asociada a la suspensión deportiva con sistema adaptativo Magnetic Ride Control y al diferencial mecánico de deslizamiento limitado que incorporaban nuestras unidades, consiguen una mayor firmeza en los pasos por curva rápidos y mayor estabilidad en carretera circulando a velocidad elevada. A cambio, habremos de renunciar a tanta comodidad en el habitáculo, aunque en el caso del ATS agradecemos ese tacto más deportivo. En cualquier caso, en ningún momento resulta incómoda la mayor firmeza de las suspensiones.
A ver si cuidáis las faltas de ortografía.