Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Comportamiento
Transmisión
Dirección
Relación valor-precio
5.9
Bien
El Citroën C1 Airscape es un modelo orientado a la ciudad y al ocio. El acabado Feel ofrece un acabado muy básico para el precio que tiene, y en caso de vivir en zonas con desniveles, recomendamos optar por el motor de 82 y el cambio manual. La caja pilotada ETG5 puede resultar válida en zonas muy llanas.
Aunque mucha gente asocia la idea del verano con coches descapotables, es en primavera y a partir de estas fechas cuando más se puede disfrutar de la conducción a cielo abierto. El sol del verano dándonos en la cabeza mientras conducimos puede ser más que molesto, mientras que unas temperaturas suaves y el cielo despejado son una mejor combinación para disfrutar de un cabrio.
Tras haber probado el Fiat 500C (ver prueba), en autonocion.com hemos querido invitar nuestra sección de pruebas al nuevo Citroën C1 Airscape, el modelo hermano del Peugeot 108 (ver prueba) y del Toyota Aygo (ver prueba).
De este trio nacido hace algunos años de la colaboración entre PSA y Toyota, ya hemos tenido ocasión de probar la mecánica de 82 cv tanto en el Peugeot 108 Cabrio, como en el Citroën C1 (ver prueba), mientras que la motorización de 69 cv la llevamos en el Toyota Aygo.
Por eso en esta ocasión nos quedaban pocas combinaciones posibles para probar algo nuevo con estos modelos, por lo que nos decidimos por una unidad del Citroën C1 Airscape con el motor de 69 cv y la caja de cambios automática pilotada ETG5.
Diseño Exterior
Lo único diferente que nos encontramos entre el C1 Airscape y el C1 con techo metálico es que el primero ofrece un techo de lona retráctil, al igual que el resto de sus hermanos de gama, por lo que no es un coche descapotable al 100%, los pilares B y C se mantienen, al igual que las puertas y el portón del maletero.
Por lo demás nos encontramos ante el mismo coche, con un diseño fresco, joven y muy atractivo. No se trata de un modelo del segmento A con unas líneas aburrido, al contrario, el diminuto galo quiere desmarcarse de sus competidores no hermanos con un diseño agradable a la vista.
En el frontal nos encontramos con un pequeño capó que centra sus líneas en una calandra superior muy pequeña en la que destaca una estructura cromada que conforma los dos chevrones y los exhibe en una posición muy visible. A ambos lados de esta calandra nos encontramos con una combinación de faros muy llamativa. El grupo principal cuenta con un diseño redondeado y ofrece la iluminación de cruce mediante proyector halógeno así como la luz de carretera –hay que subrayar la buena iluminación del conjunto en la noche-. Justo encima de este grupo nos encontramos con una ceja que incorpora una luz de posición superior y la intermitencia.
En una altura inferior y situado a los extremos y en posición vertical nos encontramos con dos faros compuestos por seis diodos luminosos y que a su vez cumplen con la función de iluminación diurna. Estos sistemas de iluminación diurna encasillaban a una segunda toma de aire central de mayor tamaño que a su vez contaba con una superficie para montar la placa de matrícula.
Visto de lado, el diseño es bastante ovalado pero lo cierto es que no desagrada. En esta vista destacamos unas puertas delanteras de gran tamaño así como unas puertas trasera muy verticales que ofrecen un acceso correcto a las plazas traseras.
Una vez más subrayo que las líneas son simples aunque no por ellos son aburridas, al contrario, si nos fijamos encontramos una curiosa combinación de curvas dispuesta para encajar cada componente del vehículo.
La parte trasera se encuentra protagonizada por una gran luneta trasera que a su vez hace de portón de maletero y coprotagonizado por unos generosos pilotos posteriores en 3D. El portón monta el logo de la marca en posición central, un tirador en la parte baja, un limpialunetas en la parte intermedia y como no, un alerón superior que a su vez integra la tercera luz de freno.
Diseño Interior
Ya en el interior nos encontramos con unos asientos muy ergonómicos fabricados en dos piezas, es decir, con el respaldo y el reposacabezas en una sola pieza.
La posición de conducción es elevada y ofrece una posición muy natural que nos hace situar las manos sobre un volante multifunción forrado en cuero y con pespuntes en contraste que nos ofrece una botonera para manejar el sistema manos libres y el sistema de audio. En nuestra unidad de pruebas contábamos con un sistema de limitación de velocidad muy recomendable para esta clase de vehículos urbanos, no podemos distraernos con las velocidades en las ciudades y menos ahora que están empezando a poblarlas de radares.
Tras el volante nos encontramos con un cuadro de instrumentos sencillo y muy claro, el problema es que el cambio entre pantallas se efectúa mediante dos botones ubicados en la misma pantalla, en una posición algo incómoda. El cuadro está compuesto por un dial central de gran tamaño en el que tenemos el velocímetro con un display monocromo central en el que se muestran las principales informaciones del ordenador de abordo así como varios testigos luminosos. A la izquierda de este gran dial nos encontramos un cuentarrevoluciones digital y a la derecha tenemos más testigos luminosos.
La palanca del cambio automático está a una altura muy agradable en caso de que queramos cambiar de manera manual, cosa que también se puede hacer con las palancas situadas detrás del volante.
Presidiendo la consola central nos encontramos con el sistema de radio y sus botones, justo por encima del sistema de aire acondicionado. En la parte inferior nos encontramos con un amplio hueco portaobjetos y con dos huecos porta botellas.
Q cosa mas fea