Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.4
Notable
El Dacia Duster es un automóvil muy completo e interesante siempre que se tenga en cuenta que no se trata de un producto a la última. Con los nuevos motores sí ha experimentado un salto importante, siendo el 1.3 TCe una alternativa muy recomendable. Otro aspecto en el que ha mejorado es en equipamiento, con elementos hasta ahora no disponibles en la marca aunque se echa de menos un sistema de iluminación más potente. En general el Dacia Duster es muy correcto e ideal para ir del punto A al B.
El Duster ha sido un verdadero éxito comercial en todo el mundo desde su lanzamiento, ya sea bajo el sello Dacia o con el logotipo de Renault. Este crossover de tamaño compacto ha gozado del favor de público gracias a unos precios ajustados y un buen número de virtudes.
Con la llegada de la segunda generación – más bien un restyling muy profundo del anterior– el Duster ha mejorado en todos los apartados, siendo un producto más refinado, equipado y apetecible, manteniendo además los ajustados precios que han conseguido conquistar a los clientes.
He tenido la oportunidad de probar un Duster 1.3 TCe 130 CV 4×4 Prestige y debo reconocer que el salto experimentado es enorme. Más práctico, silencioso y prestacional, además puede tener muchos elementos de seguridad y confort que hasta ahora eran imposibles en un producto de la marca.
DISEÑO
La estética del Duster es muy atractiva y una de las razones por las que los usuarios optan por él. Gusta mucho por sus formas cuadradas y robustas que transmiten solidez. Es cierto que según el nivel de acabado puede parecer muy básico, especialmente en aquellos de acceso sin llantas de aleación o elementos pintados.
La terminación testada es la más completa y por tanto incluye todos los elementos decorativos para conseguir un conjunto visualmente atractivo. Todas las molduras van pintadas, se incluyen barras de techo, luces diurnas por LEDs, unas bonitas llantas de aleación, los cristales tintados y protectores de bajo en símil aluminio.
La gama de colores es bastante completa pero si optas por el naranja de la unidad de pruebas no pasarás desapercibido. En general es un crossover compacto que gusta a los usuarios, siendo «la marquitis» existente en este país el principal escollo a batir (aunque las cifras de ventas muestran que cada vez hay más clientes que no le dan importancia al logo).
INTERIOR
La anterior entrega del Duster no destaca por su presentación, los plásticos usados o los ajustes. En el nuevo ha mejorado considerablemente la calidad de ensamblado y aunque los plásticos siguen siendo duros, tienen un aspecto más cuidado. El diseño por su parte se pone al día y resulta muy correcto además de ergonómico.
La pantalla situada en la consola central no es tipo «tablet» como mandan las modas. Está perfectamente integrada y en este caso incluye navegador, sistema de visión 360º, Apple CarPlay, Android Auto, bluetooth, acceso a aplicaciones, control de USB y una calidad general algo justa pero suficiente. Podría ser más rápida al navegar entre los distintos menús.
La instrumentación es de corte clásico y muy «Renault». Incluye dos relojes analógicos de fácil lectura y una pantalla multifunción que cuenta con un completo ordenador de viaje que informa del consumo medio e instantáneo, velocidad media, autonomía, tiempo de uso, indicador de cambio de marcha óptimo, etc.
Me han gustado los mandos de climatización, en este caso con regulación automática. Transmiten solidez y están terminados con materiales de muy buena calidad. Otro punto positivo es que se regulan con gran facilidad, siendo muy intuitivo cuando se tienen que realizar cambios durante la conducción.
Por el interior hay repartidos varios huecos porta-objetos de buen tamaño. Se agradecen las generosas bolsas de las puertas, la guantera principal o el cajón situado bajo el asiento del acompañante. El apoyabrazos en este caso es exclusivo para el conductor y no lleva un cajón en la parte inferior (está anclado al asiento).
Se agradece que Dacia haya mantenido botones para controlar las principales funciones del vehículo, algo que cada vez es menos habitual. Tiene botones directos para el control del ESP, el sistema de cámaras, control de descensos, sensor de parking, Stop&Start o el control de ángulo muerto.
HABITABILIDAD
El Dacia Duster es un automóvil brillante en muchos apartados, siendo la habitabilidad uno de ellos. En las plazas delanteras hay suficientes centímetros hacía todas las direcciones para sentirse cómodo, quedando «lejos» del acompañante y también del techo. Hay varias regulaciones en volante y asiento que permiten encontrar una postura cómoda en pocos segundos.
En las plazas posteriores hay más anchura de la habitual en el segmento así que en caso de viajar con tres adultos en ellas, el confort es mayor. La altura libre al techo es generosa y solo el espacio para las rodillas puede ser algo justo si los ocupantes son altos. Para estas plazas no hay toma de corriente o USB, ni tampoco salidas de aire orientables directamente.
Dependiendo del tipo de tracción elegido, el Duster puede declarar un volumen de maletero de 445 litros (2WD) o de 411 litros con la tracción total, justo la que lleva la unidad testada. Posee un doble fondo y esconde una rueda de repuesto de buen tamaño. También hay iluminación y una toma de corriente de 12v. No me ha gustado la tapa cubre-maletero al ser algo intrusiva.
EQUIPAMIENTO
La gama actual del Dacia Duster es bastante variada, y cuenta con alternativas muy espartanas y otras bastante completas. El nivel probado Prestige es el más completo y caro aunque a veces se ofertan series limitadas o especiales que pueden quedar situadas en un escalón superior, como es el caso de las SL Xplorer que se comercializan actualmente.
El acabado Prestige cuenta de serie con climatizador automático, control y limitador de velocidad, detector de objetos en ángulo muerto, sistema de navegación, Apple CarPlay, Android Auto, llantas de aleación de 17 pulgadas, faros antiniebla, barras de techo, protectores de bajos y cristales tintados.
También de serie son el volante multifunción forrado en piel, control de descensos, cuatro elevalunas eléctricos, sensores de aparcamiento traseros, cámara de visión posterior, asiento del conductor regulable en altura, apoyabrazos delantero, asiento posterior abatible por partes, luces diurnas por LEDs, etc.
La unidad testada también incluye el tapizado mixto en tela y piel, el sistema de visión cenital con cuatro cámaras, la tarjeta Dacia Manos Libres, arranque por botón, la rueda de repuesto y la pintura metalizada en color «Naranja Atakama». El precio de partida del 1.3 TCe 130 CV 6MT Prestige 4WD es de 19.050 € pero con los extras incluidos se eleva hasta los 20.551 €.
Si echamos un vistazo a los rivales directos, no hay alternativas de tamaño compacto con una potencia similar y tracción total que tengan un precio parecido. Hay que señalar además que con los descuentos y/o financiando con la marca, el coste se puede reducir todavía más y se sitúa en niveles de algunas alternativas más sencillas del segmento inferior.
MOTOR
A pesar de que Dacia suele hacer uso de diversos componentes ya amortizados por el Grupo Renault para abaratar los costes, en el caso de la unidad probada la motorización elegida es de última generación. Se trata del bloque 1.3 TCe GPF desarrollado por la alianza franco-japonesa y Daimler-Benz, así que garantiza la mejor tecnología disponible.
Sabiendo que este mismo motor se puede encontrar en un Mercedes Clase A, Renault Kadjar o Nissan Qashqai debería bastar para tranquilizar a aquellos usuarios que piensan que los Dacia solo hacen uso de mecánicas vetustas, gastonas y poco prestacionales. Esto sí puede ocurrir en otras regiones pero no en Europa que tiene una legislación muy dura con las emisiones.
La gama del Duster también es posible adquirirla con los bloques 1.0 TCe de 100 CV y una variante del bloque probado 1.3 TCe con 150 CV. En diésel se pueden comprar con el 1.5 Blue dCi en versiones con 95 y 115 CV, siendo este último uno de los más demandados por su equilibrio general. Dependiendo de la opción elegida se podrá añadir la caja de doble embrague EDC y la tracción total.
El 1.3 TCe 130 CV 4WD me ha parecido que mueve bien el conjunto aunque no es una alternativa de prestaciones fulgurantes. Sí logra un equilibrio correcto entre lo que anda y lo que consume así que los usuarios que opten por esta versión de gasolina no deberían temer por el gasto de uso. Durante la prueba ha rondado los 6,5 L/100 por todo tipo de vías, un dato que es coherente con el peso y tamaño.
La caja de cambios de seis velocidades me ha parecido normal en su manejo. No siempre entra a la primera la marcha atrás pero salvo esto, no he tenido otros problemas. El guiado no es tan preciso como me habría gustado y los recorridos de la palanca son algo largos pero de nuevo hay que señalar que no es algo que pueda considerarse un problema.
El sistema de tracción total se controla desde un rotor giratorio situado en la consola entre los asientos. En modo 2WD mantiene la tracción al eje delantero, el programa AUTO modifica el reparto de fuerza entre ruedas en función de las circunstancias de motricidad y el modo LOCK aplica el reparto al 50% en ambos ejes siempre que se circule a una velocidad inferior a los 60 km/h. Si se supera pasa automáticamente al modo AUTO.
Ficha técnica
Version | 1.3 TCe 130 CV GPF 4WD |
---|---|
Cilindrada | 1.333cc |
Potencia | 130 CV a 5.000 rpm |
Par | 240 Nm a 1.500 rpm |
Peso | 1.390 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4341 / 1804 / 1693 |
Volumen Maletero | 411 / 1.444 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,1 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,8 seg |
Velocidad máxima | 186 km/h |
Consumo homologado | 6,4 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 145 gr |
Precio de partida | Desde 19.050 € (Prestige 4x4) |
COMPORTAMIENTO
El nuevo Dacia Duster me ha parecido superior al anterior en ciertos apartados importantes como refinamiento mecánico, calidad de rodadura y silencio de marcha. No es que sea brillante en esto sino que no resulta pobre frente a otros rivales. Recuerdo una sonoridad excesivamente molesta en la anterior generación que aquí se ha reducido considerablemente.
El Duster es un coche correcto para realizar cualquier tipo de desplazamiento por largo que sea. Los asientos son cómodos y la capacidad de filtrado más que correcta para aislar a los ocupantes de las irregularidades que presente la carretera. No es que sea suave siempre pero sí correcto.
Precisamente la palabra que mejor define a este Duster es «correcto». Va bien por autopista, en vías secundarias y también por ciudad. En tramos con curvas lentas hay que tomárselo con calma dado que la carrocería balancea bastante, presenta movimientos amplios y no recupera «el tipo» de manera inmediata. Si buscas un crossover compacto de carácter relativamente dinámico, mejor optar por un Ford Kuga o SEAT Ateca.
El Duster es apetecible para clientes que tienen presente el concepto del vehículo: ser útil para ir de A a B. Si se tiene claro esto, es un coche que puede dar muchas satisfacciones a sus propietarios. Con el motor probado además se puede viajar sin miedo a quedarse justo en prestaciones.
Fuera del asfalto el Duster se defiende bastante mejor que otras alternativas del segmento C-SUV. Tiene una altura libre al suelo correcta y al no ser demasiado voluminoso se puede permitir alguna que otra «locura campera». La tracción total a las cuatro ruedas mejora considerablemente la motricidad aunque si se quiere un Duster para un uso intensivo por campo, es mejor elegir un acabado sencillo con otro juego de llanta/neumático.
No me ha gustado que en frenadas fuertes el coche no mantenga la trayectoria intacta si se hace en curva. Tampoco que la zaga se eleve en exceso y deje las ruedas posteriores con menos contacto al suelo de lo que debería. No es que sea peligroso pero hay que adaptarse a sus maneras para evitar sustos mayores.
La iluminación me ha parecido bastante pobre. Es una pena que no hayan incluido la opciones de unas ópticas LED ahora que incluso el Renault Clio de quinta generación las lleva de serie en todos los acabados. Incluso optando por las más sencillas serán superiores a las discretas halógenas que equipan ahora.
Motor solvente
Amplitud del habitáculo
Flotabilidad del eje posterior en frenadas fuertes
Iluminación pobre