El Suzuki Ignis es un urbano sorprendente, con un interior muy bien aprovechado y mucho equipo disponible. La posibilidad de elegir la tracción total o una mecánica híbrida también lo diferencian del resto. El precio es justo teniendo en cuenta la dotación.Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Gama mecánica
Comportamiento
Dirección
Relación valor-precio
7.6
Notable
Está claro que a Suzuki le hacía falta renovar su oferta de productos para adaptarse a los gustos actuales. Tras el Vitara, que dicho sea de paso es un éxito, el nuevo Baleno y los S-Cross, es el turno para el pequeño Ignis con el que además de ofrecer un crossover muy compacto, conseguir atraer a un público más «chic» y exigente.
No creas que aquí acaba la complicada tarea de renovar la oferta. En cuestión de cinco semanas comenzará la comercialización en España de la nueva generación del Swift, ya exclusivamente con cinco puertas y motores de gasolina muy eficientes, y en 2018 por fin veremos la nueva entrega del Jimny, un 4×4 de verdad que se adaptará a los tiempos pero sin perder la robustez característica del modelo.
Volviendo al Ignis, llega al mercado español con algo de retraso respecto a otros países. La razón principal es el elevado éxito que está logrando en toda Europa, especialmente en Italia, Francia, Alemania y Dinamarca en los que las listas de espera pueden alcanzar los seis meses.
Aquí no está previsto que se venda masivamente y en un año fiscal completo deberían alcanzarse unas mil unidades, quizás algunas más. Personalmente y tras haberlo probado creo que podrían quedarse cortas al ofrecer mucho por un precio razonable.
DISEÑO
Sin duda alguna el diseño es uno de los principales reclamos del pequeño Ignis. Juega con las líneas redondeadas y rectas para conseguir un conjunto muy curioso, diferente y que no pasa desapercibido. Si de serie es llamativo, con los elementos disponibles para personalizarlo ya es «roba miradas» allá por donde pase… aunque eso sí, no todos los ángulos le favorecen.
El frontal hay que reconocer que es muy atractivo, con unas ópticas LED de diseño agradable y una parrilla de buenas dimensiones con el marco cromado tomando el protagonismo. De perfil comienzan las «extrañezas» debido a la forma de las puertas traseras y los nervios marcados en el pilar C mientras que visto por detrás no gusta a todo el mundo (inspirada en el Cervo original).
Precisamente la trasera es la que más enemigos genera debido a unos trazos un tanto particulares. La caída del portón, los pilotos y el paragolpes con la banda central en negro no parecen llevarse especialmente bien con la sensación de estrechez que transmite. En cualquier caso, para muchos la zaga resulta «tan fea» que gusta.
INTERIOR
Todavía estoy asimilando cómo es posible aprovechar tan bien un vehículo de sólo 3,70 metros de longitud. Resulta increíble ver lo amplio que resulta en sus cuatro únicas plazas sin perjudicar el maletero y, si encima a las buenas cotas añades una segunda fila con banquetas deslizantes de forma independiente, la versatilidad alcanza niveles nada habituales en este segmento (e incluso en el superior).
En las plazas delanteras hay espacio suficiente para dos adultos corpulentos. El ancho no sobra pero tampoco se percibe angosto. La cota de altura es muy buena y la posición al volante cómoda aunque el asiento podría tener algo más de regulación dado que queda bastante elevado incluso en la posición más baja.
En las plazas traseras la altura al techo es igualmente generosa y personas de 1,80 metros no rozarán con la cabeza el guarnecido. Tampoco será un problema el hueco para las piernas, pudiendo incluso adelantar un poco la banqueta para ganar espacio de carga. Eso sí, el Ignis está homologado como cuatro plazas, dos más dos.
Del maletero la mayor pega es el borde de carga algo alto y una terminación que quizás podría ser mejor, con un portón que carece de guarnecidos y queda demasiada chapa a la vista. Este detalle también se ve en las puertas posteriores, con el triangulo que dibuja junto al tercer cristal de custodia con pintura vista.
En el interior todos los plásticos son rígidos pero transmiten robustez y están bien ensamblados. En lugar de invertir en costosos materiales que tampoco son necesarios en un coche del segmento A, Suzuki ha preferido jugar con las combinaciones de color, logrando un resultado aparente, divertido y atractivo.
La instrumentación me ha parecido muy sencilla de leer, con un velocímetro de generosas dimensiones y una pantalla multifunción con mucha información. Se accede a ella a través de un botón en la zona izquierda del salpicadero o desde el propio volante, siendo bastante cómodo pasar de menú.
En España todos los Ignis incluyen de serie el sistema multimedia con pantalla táctil de siete pulgadas, radio DAB, bluetooth, puerto USB y cámara de visión trasera. Su control es intuitivo aunque cuesta ver la información en días soleados. El navegador, de serie en el GLX, funciona muy bien y resulta rápido cuando tiene que recalcular la ruta.
SEGURIDAD
El Ignis es un coche bastante sofisticado para lo habitual en el segmento A. Es el primer modelo en llevar ópticas Full LED para cortas y largas de su categoría – de serie en GLX- y también puede incluir el sistema de aviso pre-colisión, la alerta de cambio de carril involuntaria, detector de fatiga, asistente al arranque en cuestas, control de descensos (4×4)…
Lógicamente los Ignis también incluyen el sensor de presión de los neumáticos, seis airbags, ABS, EBD, anclajes ISOFIX, barras de protección lateral, cinturones con pretensor y el resto de medidas habituales en los coches actuales.
Quizás la gama española sea un tanto peculiar al incluir de serie en todas las versiones los asientos con calefacción y la cámara posterior, y dejar fuera el control de crucero o el volante forrado en piel en los GLE pero salvo esto, siempre están muy bien equipados (llantas, aire, bluetooth, etc. de serie).
MECÁNICAS
Un único motor es el que da vida a la gama Ignis. Se trata del 1.2 Dualjet ya visto en los Baleno en su versión con 90 CV de potencia. Es un bloque bastante silencioso que apenas vibra y, sobre todo, gasta muy poco. Se puede pedir si se desea en combinación con el sistema micro-híbrido SHVS, con cambio robotizado de cinco velocidades e incluso con el sistema de tracción total a las cuatro ruedas AllGrip Auto.
He tenido la oportunidad de probar dos unidades, un SHVS y un AllGrip Auto. El primero me ha sorprendido por los bajísimos consumos registrados teniendo en cuenta las circunstancias, con un trayecto por vías secundarias, carretera de montaña, autovía y algo de ciudad. La media total (incluyendo el tiempo destinado a hacer fotos con el motor arrancado) ha sido de sólo 4,7 L/100, un dato especialmente bajo.
El AllGrip Auto tampoco me ha parecido que gastase mucho más. En un trayecto combinado ciudad, autovía y carretera secundaria, con atasco en el primero y buen ritmo en los dos últimos, el ordenador indicaba una media de 5,1 L/100 y, teniendo en cuenta que la tracción es total permanente, me parece un registro excelente.
Las prestaciones de este bloque de 1,2 litros me han parecido suficientes. Debido al poco rodaje de las unidades (unos 400-600 km) no me atrevo a dar un veredicto claro pero la impresión que me queda es que perfectamente podría ir bajo el capó el 1.0 Boosterjet con 111 CV, opción que lo convertiría en un «caramelito».
No es que el 90 CV ande poco pero le falta algo de carácter y para lograr algo de alegría es necesario apurar las marchas incluso en el híbrido que se supone cuenta con el apoyo del motor eléctrico en algunas circunstancias. Lo que sí logran ambos (SHVS y 4×4) es mantener sin problemas velocidades legales de autovía incluso con algún repecho no demasiado pronunciado.
Muy bueno me ha parecido el sistema Stop&Start. No sólo no te das cuenta de cuando apaga el motor sino que tampoco se percibe al arrancarlo. Es brillante y de los mejores que he probado sin lugar a dudas junto con el de PSA. Lo única crítica va al ordenador de viaje, que queda bloqueado con una pantalla indicando el tiempo que está el motor apagado y no permite cambiar de pantalla.
COMPORTAMIENTO
Con una longitud de 3,70 metros, un ancho de 1,66 metros, un peso que parte de tan sólo 810 kg y una altura libre al suelo de 180mm, el Ignis podría ser un auténtico «sapo» fuera de un entorno urbano pero no, incluso con viento lateral se ha comportado mucho mejor que, por ejemplo, un Peugeot 108.
En ciudad el puesto de conducción sobre-elevado se agradece y permite controlar al resto del tráfico mucho mejor. Tanto el tacto de la dirección como el de la caja de cambios ha sido correcto y sus dimensiones recortadas permiten «ratonear» sin ningún problema. No he tenido que buscar aparcamiento pero entiendo que no será especialmente complicado estacionar y, si el sitio es justo, está la cámara para echar una mano.
En autovía a velocidades legales e incluso un poco por encima transmite seguridad y no parece que «se eleve» como ocurre en otros vehículos del segmento A. Esto me ha resultado curioso dado que es un coche muy ligero y podría no transmitir aplomo. Tengo la sensación que esa falta de solidez quedará presente por encima de los 140 km/h. Sí me ha parecido que la dirección tiene un tacto bastante ligero para velocidades de autovía y he echado de menos un poco más de firmeza.
La suspensión es bastante cómoda y filtra bien las irregularidades aunque el eje posterior puede volverse algo «rebotón» sin son baches grandes. A pesar de esto, absorbe muy bien las deficiencias del terreno incluso por caminos, sin resultar seco y tajante en el recorrido de la suspensión.
Suzuki no había previsto un recorrido off-road «de verdad» como en otras ocasiones pero al menos sí había un pequeño trayecto por un camino de tierra bacheado con un badén inundado y poco barro (muy poco la verdad). No me siento capaz de calificar sus aptitudes camperas por un trazado así aunque sí garantizo que la sensación de «no voy a golpear los bajos» es reconfortante.
En definitiva el Ignis me ha dejado muy buenas impresiones. Es un coche agradable de conducir, de estética diferente, con mucho equipamiento de serie y con unos precios bastante ajustados teniendo en cuenta la potencia del motor y su condición crossover. Cierto que hay opciones más asequibles como los Picanto o i10 pero no creo que sean alternativas reales. Lo más parecido al Ignis es el Panda 4×4, una «joya» de Fiat que ahora lo tendrá quizás un poco más complicado.
Por si la firma Suzuki no te termina de dar confianza, hay que recordar que todos los Ignis aterrizan con cinco años de garantía. Los precios ya te los habíamos adelantado ayer, así como el detalle de equipamiento. Si tienes curiosidad sólo tienes que pinchar aquí.
Horrendo
Hola ! Te invito a que te unas.
Coches y motos clásicos, modernos, transformados, competición, curiosidades, consejos….
https://www.facebook.com/groups/motoresyruedas/
El Dacia Sandero Stepwey está mucho mejor de diseño por fuera.
Hola, gracias por la invitación.
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Parece un Aixam de 4 puertas
Es un coche que me encanta, una pena que en España no comercialcen el Allgrip con SHVS, es el modelo que seguro que compraría… además de por ecologia, por autonomía..porque el sistema compensaría el pelin que consume mas el 4×4 y el par de litros que lleva de menos de depósito.. es curioso que en italia y en francia uno pueda encontrar este modello (allgrip+SHVS) Y aqui algun figura ha decidido que no tenemos derecho… cosas…