El Fiat 500 Vintage recoge la esencia del modelo original en una edición limitada muy pintona y bien equipada. El precio sin descuentos es elevado pero una vez aplicados, resulta competitivo. Como urbanita cumple con nota, dejando los viajes largos para ocasiones puntuales debido a un motor algo justo en potencia.Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento mecánico
Prestaciones
Consumos
Comportamiento
Transmisión
Dirección
Relación valor-precio
7
Notable
Creo que no exagero si digo que uno de los mayores aciertos en la industria de la automoción en los últimos años ha sido el Fiat 500. Es uno de los pocos vehículos que podrás ver circular en prácticamente todos los lugares del planeta, desde Japón hasta Australia, Estados Unidos, Rusia o Sudáfrica.
Lanzado en 2007 para complementar al Panda, ha sido además el vehículo capaz de salvar las cuentas de Fiat con las más de 1,5 millones de unidades entregadas en todo el mundo hasta la fecha. Sin este modelo FCA hoy no sería lo que es.
¿Cómo lograr algo tan utópico como es superar las previsiones de ventas más optimistas? En el caso del 500 ha sido gracias a su diseño pero también a un departamento de marketing que no ha parado de trabajar, ofertando cada cierto tiempo series limitadas atractivas, llamativas y con carisma.
La última edición especial se denomina Vintage 57’ y es posiblemente la más acertada de todas al conseguir plasmar a la perfección la esencia natural del modelo original. Sólo se pondrán a la venta en todo el mundo 3.000 unidades, las primeras ya disponibles en España desde hace unas semanas.
Diseño
No sé si será algún condimento de la pizza, l’amore y arte que se respira en cada esquina o esa facilidad para disfrutar de la vida que tienen los italianos, que en cualquier cosa relacionada con el diseño no hay quién les haga sombra, sector del automóvil incluido.
Al igual que ocurre con la moda italiana que casi nunca se pasa de moda, el Fiat 500 es un claro ejemplo de cómo un buen diseño sobrevive sin miedo el paso del tiempo. Basta echar un vistazo a cualquier 500 con siete años a sus espaldas para comprobar que sigue tan vigente como el primer día, resultando fresco, divertido, simpático y hasta elegante.
Entre los secretos del 500 en materia de diseño hay que mencionar su reducido tamaño. Con sólo 3,54 metros de longitud, es un modelo que ya de primeras resulta coqueto con sus redondeadas y equilibradas formas. Lo he escuchado muchas veces y creo que no me equivoco si te digo que no hay rival que te saque una sonrisa al verlo cada mañana como este pequeño Fiat.
La edición limitada Vintage 57’ aterriza en el mercado para sacar el máximo partido al toque retro. Para ello se han tintado los espejos y el techo en blanco, se han añadido unas preciosas llantas de aleación al más puro estilo de los 50 en 16 pulgadas, y se mantienen los cromados que tanto porte imprimen.
Pese a ser muy pocos los cambios, me ha resultado hasta incómodo circular por las calles de Madrid durante algunos días de la prueba. Prácticamente todo el mundo se gira a su paso, saca fotos e incluso no se cortan en los semáforos para preguntarte cualquier detalle o directamente decirte que se han enamorado del coche. Es algo que normalmente sólo pasa con vehículos mucho más caros, generalmente súper deportivos.
Interior
Si por fuera el 500 enamora, en el interior hay dosis de diseño para aburrir y un toque tecnológico que imprime la nueva instrumentación digital con pantalla TFT de generoso tamaño. Es un elemento que consigue paliar la mala visibilidad del velocímetro de los analógicos y de paso, aumenta la información disponible.
Como buen Fiat, el ordenador de viaje cuenta con dos trips que permiten llevar el control de consumo y kilometraje de dos trazados diferentes. Además en la pantalla se muestran los datos del sensor de presión de los neumáticos, sistema de sonido, teléfono y otros muchos detalles. El medidor “ECO” y el cuenta-vueltas no me han parecido demasiado fiables, con cierta lentitud de respuesta.
Para el tapizado de los asientos Fiat ha elegida la excelente piel Poltrona Frau en color café/blanco que añade un toque elegante extraordinario. No hay modelo de este segmento o incluso en un escalón superior con un tapizado de la misma calidad.
Y ya que hablo de calidades, no todo es positivo. Por ejemplo todos los plásticos empleados son duros y sensibles a arañazos. Con los cambios realizados hace un par de años, Fiat abandonó el tono gris claro por otro negro que mejora la impresión visual pero, pese a ello, siguen siendo al tacto algo toscos.
Al usar moldes de tamaño generoso no hay demasiadas piezas que ajustar y por esta razón la terminación está a buen nivel. En esta unidad no he encontrado rebabas ni bordes cortantes, algo que en pruebas anteriores sí había visto (en las bolsas de las puertas sin ir más lejos)
Un excelente detalle del Fiat 500 está en la posición sobre-elevada de la palanca de cambios. Queda muy a mano y se maneja con bastante más rapidez. Menos acertado me parece que el volante sólo tenga reglaje en altura y que el asiento del conducción, en su posición más baja, deje los riñones al aire (sólo bascula la banqueta, dejando fijo el respaldo).
Hasta el motor lo tiene retro, bien currado
Que bonito es!!!
Creo que le peso declarado no es para nada exacto ya que este modelo no baja de los 1000 kg ni por asomo