Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.8
Notable
El Ford S-Max es un monovolumen interesante para familias que buscan hasta siete plazas en un formato estilizado y atractivo, más agradable a la vista que el Galaxy. La gama es completa, dejando a los usuarios que opten por la caja manual o de doble embrague, por la tracción sencilla o total, y por varios niveles de acabado. Con promociones la relación valor-precio mejora mucho
En los últimos años la oferta de MPVs grandes se ha reducido notablemente y a las familias numerosas se les han complicado bastante las cosas, especialmente si no quieren optar por un todocamino o multiespacio con siete asientos.
Tras el boom de finales de 90, los MPVs grandes poco a poco fueron perdiendo fuerza dejando hueco a modelos más compactos para, más recientemente, ser olvidados por los crossovers. Si hace no tanto un montón de marcas contaban con un representante en el segmento, ahora son pocas las que los mantienen.
SEAT, Volkswagen, SsangYong y Ford son los únicos fabricantes que mantienen al menos un MPV grande dentro de su gama, siendo la última la única que hace “doblete” ofreciendo al público los interesantes Galaxy y S-Max, este último de carácter más dinámico.
He tenido la oportunidad de probar una unidad del S-Max durante una semana y debo reconocer que es un producto inteligente y práctico mucho más apetecible que el Grand C-Max aunque el precio en algunas versiones lo sitúa muy lejos de los bolsillos de una gran mayoría.
DISEÑO
La idea de tener un vehículo muy amplio y capaz no debe estar reñida con un diseño agradable y atractivo, algo que queda demostrado con el Ford S-Max. Es cierto que tienen que lucir unas formas algo cuadradas para maximizar la capacidad pero la firma del ovalo ha jugado con la caída del techo y el portón para conseguir mayor dinamismo.
Respecto al Galaxy el S-Max tiene una presencia más atractiva y prescinde de la excesiva sobriedad alemana que luce el más grande, un detalle que gustará a los padres de familia más jóvenes. Ford permite jugar con los acabados y opciones para conseguir una estética más atractiva, seria, elegante o dinámica.
La terminación Titanium probada cuenta con el paquete cromado exterior, llantas de aleación de 17 pulgadas (quizás demasiado pequeñas), cristales sobretintados y otros pequeños detalles que realzan la elegancia. Los que busquen mayor dinamismo pueden optar por el nivel ST-Line mientras que el máximo lujo llega acompañado de la terminación Vignale.
INTERIOR
Ya con unos años a sus espaldas, el S-Max es un vehículo que luce un salpicadero sencillo en sus formas y sin demasiados botones en la consola central. No resulta complicado hacerse al funcionamiento de los elementos principales aunque hay que mirar siempre a la pantalla situada en la consola central, táctil y de buen tamaño.
La instrumentación en el acabado Titanium es digital configurable con pantalla de 10 pulgadas. Ofrece mucha información interesante y muy legible, además de dar la posibilidad de jugar con las tres secciones para elegir qué información mostrar.
Por el interior hay muchos huecos porta-objetos que resultan cómodos para los hasta siete pasajeros que pueden viajar en su interior. Muchos de ellos tienen un tamaño generoso y presentan una correcta terminación aunque mejorarían si tuviesen iluminación (en las puertas o la consola central). En las plazas posteriores también hay lugares para dejar cosas.
La calidad de los materiales es notable, con plásticos agradables a la vista y al tacto, y bien terminados. No es un producto lujoso pero sí transmite solidez y me parece superior a un Renault Espace o SsangYong Rodius, e idéntico a un Ford Galaxy. Los SEAT Alhambra y VW Sharan también podrían ser considerados equivalentes.
HABITABILIDAD
Respecto a un MPV compacto, el S-Max es un monovolumen muy interesante, práctico y capaz. El problema está en que ahora los multiespacio se han puesto de moda y en general presumen de unas formas más cuadradas que garantizan mayor espacio. Citroën Spacetourer, Mercedes Viano, VW Multivan o Peugeot Traveller son algunos ejemplos.
Entre los MPVs grandes solo el SsangYong Rodius es claramente más capaz en todas las mediciones, tanto en capacidad para los pasajeros como para la carga, pero también es justo reconocer que tiene una longitud muy superior a los cinco metros, y no resulta tan manejable en vías urbanas.
Las plazas delanteras me han parecido cómodas, con buena anchura y espacio libre para las cabezas incluso con el techo solar panorámico. El puesto de conducción es correcto y puede equipar algunos elementos de confort interesantes, como los asientos con masaje, térmicos y con ventilación.
En la fila central hay tres asientos independientes multirregulables que se pueden deslizar, abatir, reclinar e incluso quitar. Si se equipa, los usuarios pueden tener regulación independiente para la climatización, cortinillas integradas en las puertas y mesitas plegables en los respaldos, siendo ideal para viajes largos.
La tercera fila es algo más justa y será mejor que sean los más pequeños los que hagan uso de ellas. El acceso es complicado si no se tiene cierta agilidad aunque Ford ha cuidado el sistema de acceso dejando bastante hueco. Al ser dos plazas independientes, se pueden usar en función de las necesidades del momento.
La capacidad del maletero oscila notablemente según los asientos que se dejen en uso. Con siete plazas solo hay 282 litros de capacidad que cunden muy poco en un coche tan grande pero con cinco plazas ya hay disponibles 630 litros, un dato bastante generoso. Si se dejan solo dos plazas en uso, el volumen es propio de una furgoneta superando los dos mil litros.
EQUIPAMIENTO
La gama actual del S-Max está formada por los niveles de acabado Trend, Titanium, ST-Line y Vignale. En todos ya cuenta con climatizador automático de dos zonas, llantas de aleación, faros antiniebla, ordenador de viaje, arranque por botón, sistema de navegación con pantalla de 8 pulgadas, SmartBeam, sensor de lluvia, etc.
El nivel Titanium incluye el paquete cromado exterior, la instrumentación configurable, sensores de parking delanteros y traseros, asiento del conductor eléctrico y con memoria, faros Full LED dinámicos e inteligentes, acceso sin llave, tapizado específico, etc.
La unidad probada además incluía techo solar panorámico, pintura metalizada, tapizado en piel, asientos térmicos y ventilados con función masaje, volante calefactable, suspensión pilotada, detector de objetos en ángulo muerto, control de crucero adaptativo, detector de peatones, equipo de audio Sony, cámara de visión frontal, etc.
Desde agosto la gama del S-Max es nueva y la unidad testada ha dejado de comercializase. La opción más parecida es la 2.0 TDCi 190 CV ST-Line Powershift con tracción total AWD, variante que tiene un precio de 47.650 € sin descuentos ni promociones. Ahora las ofertas rondan los diez mil euros así que más o menos puedes hacerte una idea de lo que costará en los concesionarios.
MECÁNICA
El motor elegido para la prueba es el 2.0 TDCi de 180 CV en combinación con la caja de cambios de doble embrague Powershift con seis velocidades y con la tracción total a las cuatro ruedas. Es una variante muy específica algo cara por precio pero que cumple de manera excelente por su buen andar, refinamiento y la seguridad que transmite.
El peso adicional de la tracción a las cuatro ruedas se nota desde el primer momento pero con 180 CV y una cifra de par más que interesante, el S-Max se mueve con bastante soltura. Quizás a plena carga se pueda echar en falta un poco más de “tirón” pero para viajes en familia está sobrado.
Los consumos obtenidos durante la prueba han sido correctos teniendo en cuenta sus características, peso y dimensiones. Lo normal es rondar los 7,5 L/100 haciendo un uso mixto, pudiendo bajar algo si se utiliza mucho la autovía y aumentando considerablemente cuando la circulación en ciudad se convierte en el ciclo principal de uso.
La transmisión de doble embrague con seis relaciones tiene un tacto correcto y es suficientemente rápida en las transiciones pero en ciertas ocasiones se vuelve algo tosca, lenta y poco eficaz. Jugando con el pedal del acelerador se logran evitar ciertas brusquedades y las levas tras el volante me han parecido cómodas.
En general el conjunto motor-cambio es interesante por el elevado refinamiento, contenido nivel de vibraciones y silencio de marcha. Para ser diésel es de los mejores y ya tenemos ganas de probar la última evolución de este motor con 190 CV, una propuesta que se adapta a la normativa Euro 6d TEMP.
Ficha técnica
Version | 2.0 TDCi 180 CV AWD PS |
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Cilindrada | 1.997cc |
Potencia | 180 CV a 3.500 rpm |
Par | 400 Nm desde 2.000 rpm |
Peso | 1.809 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4796 / 1916 / 1655 |
Volumen Maletero | De 282 a 2.020 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 10,5 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,1 seg en D |
Velocidad máxima | 206 km/h |
Consumo homologado | 5,8 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 149 gr |
Precio de partida | Desde 47.650 € sin descuentos (2.0 TDCi 190 CV ST-Line AWD Gama 2019) |
COMPORTAMIENTO
Por regla general todos los modelos comercializados por Ford Europa presumen de un comportamiento dinámico excelente dentro de los respectivos segmentos. En el caso del S-Max se mantiene y hay ocasiones en las que no parece que estés conduciendo un vehículo de 4,8 metros y bastante peso.
La suspensión del S-Max tiene un tarado muy bien calibrado que consigue contener los balanceos sin perjudicar la comodidad cuando se superan irregularidades. Es cierto que en modo Sport se vuelve algo seca pero aun así no me ha parecido nada incomoda desde el puesto de conducción (desconozco la sensación en la última fila).
Siendo un conjunto poco ligero está claro que las carreteras de montaña no son lo suyo pero debo reconocer que se mueve con bastante soltura sin quejarse, siendo los tramos virados con curvas lentas los que peor asimila debido a la transferencia de masas (no es muy rápido recuperándose de los cambios de apoyo).
El sistema de tracción total permite ganar en adherencia pero me parece un elemento solo interesante si la zona por la que será usado el S-Max tiene un clima complicado, con mucha nieve y/o lluvia que perjudiquen notablemente la motricidad. En caso contrario, con la tracción sencilla será suficiente y se puede reducir bastante el precio de adquisición.
La circulación por ciudad no es especialmente cómoda debido a la generosa cota de anchura y a la longitud del conjunto. Es un poco complicado moverse entre los coches con agilidad y en calles estrechas hay que prestar mucha atención para evitar roces. Al estacionar la cámara posterior y los sensores ayudan notablemente.
Motor refinado y solvente
Equipamiento completo
Maletero pequeño con siete asientos
Tercera fila un poco justa