Desde el asiento del conductor nos damos cuenta de que el Grand Santa Fe está fabricado con materiales de gran calidad. El salpicadero está fabricado con plásticos duros y blandos de muy buen aspecto.
En nuestra unidad, el frontal del salpicadero estaba acabado en dos tonos, por un lado el oscuro de serie en toda la gama y por el otro el que hace combinación con el color claro de la tapicería.
El volante multifunción de cuatro radios y forrado en cuero, da acceso a sistemas como el control de velocidad, el manos libres, el ordenador de abordo o el sistema de infoentretenimiento. Un total de 18 botones retroiluminados pueblan el volante. Echo de menos unas pequeñas levas en el volante para cambiar de una forma más deportiva. La verdad es que no es un elemento necesario pero la competencia los suele equipar.
El tacto de la dirección se puede ajustar gracias al FLEX STEER. Este sistema ofrece tres configuraciones distintas para ajustar la dirección a los gustos particulares de cada conductor (Modos: normal, deportivo o confort). Pese a llevar FLEX STEER, la dirección sigue siendo “chiclosa” aunque seleccionemos el modo Sport.
El cuadro de instrumentos cuenta con dos relojes, uno para el velocímetro y otro para el cuentarrevoluciones. Dentro de los relojes principales encontramos un display monocromo que nos indica la temperatura del aceite, el indicador de marcha, un termómetro digital y un indicador de carga de combustible. En la parte central encontraremos una pantalla LCD de 4,2 pulgadas desde la que podremos acceder y controlar diversos parámetros, datos y configuraciones del vehículo.
A la izquierda del volante encontraremos otra botonera con la desactivación del control de tracción, el asistente de descenso, el botón del aviso de salida de carril, el botón del modo ECO, el botón de la toma AC 220 V, el botón de bloqueo manual de la tracción 50/50 y el regulador de iluminación de la consola.
En condiciones especialmente resbaladizas se puede seleccionar la tracción a las cuatro ruedas pulsando el botón de bloqueo “lock”, que proporciona un reparto 50:50 de la potencia a velocidades de hasta 40 km/h. La distribución de potencia que se aplica por defecto es del 100% en las ruedas delanteras, con una variación automática y continua cuando se detectan condiciones de deslizamiento, en cuyo caso se puede proporcionar hasta el 50% a las ruedas traseras.
A la derecha del volante nos topamos con el botón de arranque y parada que se equipa en el modelo y que completa el sistema de acceso sin llaves.
La consola central cuenta con una pantalla táctil a color del sistema de infoentretenimiento y navegación de fácil manejo y que ya conocemos de otros modelos de la marca.
El sistema de climatización cuenta con un manejo sencillo no presenta complicación, la única pega que le podemos poner es el ruido que hace, algo por encima de la media. La parte inferior de la consola central cuenta con un gran espacio frente a la palanca de cambios forrada en cueto del cambio automático de 6 velocidades que equipaba nuestra unidad de pruebas. En este hueco podemos apreciar la entrada de 12v, así como el USB y el Aux in.
A ambos lados de la palanca de cambio encontramos botoneras entre la que destaca el freno eléctrico con función AUTOHOLD que libera espacio del túnel y permite a la marca ofrecer un gran apoyabrazos central con un compartimento de grandes dimensiones.
Del pilar B para adelante, el modelo prácticamente no presenta novedades, pero del pilar B para atrás es donde encontramos los cambios que diferencian al Grand Santa Fe de un Santa Fe.
Gracias a una batalla más larga, el nuevo Hyundai Grand Santa Fe ofrece más amplitud en las filas segunda y tercera en comparación con el modelo estándar, y admite hasta siete ocupantes con mayor comodidad. Hay que destacar que el suelo de la segunda fila es plano y el asiento del medio es practicable al 100%.
El espacio para la cabeza y las piernas se ha mejorado para los ocupantes de las filas segunda y tercera. Los ocupantes de la segunda fila disponen de 10 mm más de espacio para la cabeza y 50 mm más para las piernas, mientras que en la tercera fila el aumento es de 33 y 35 mm respectivamente.
La configuración 2/3/2 real del modelo ofrece espacio para 7 pasajeros y un diminuto espacio de carga. Los pasajeros de las plazas traseras viajaran de forma cómoda respecto a otros modelos de la competencia y en la versión tope de gama contarán con la posibilidad de regular la climatización.
La capacidad de carga, con los asientos de la tercera fila abatidos, se ha incrementado hasta alcanzar 634 litros. El cajón del maletero de 3 litros, situado entre los pasos de rueda, ofrece un espacio de almacenamiento que se suma a los 631 litros del maletero, lo que supone en total un incremento de 49 litros comparado con el Santa Fe. Todo esto sin renunciar a una rueda de repuesto de tamaño normal ubicada en la parte inferior de la trasera.
Motorización
Uno de los aspectos que diferencia a este modelo de su competencia, o por lo menos de la mayoría de sus “competidores”, es que sólo es posible equipar al mismo con un motor diésel acoplado a una transmisión automática de 6 velocidades.
Bajo el capó el Grand Santa Fe solo puede montar un motor de cuatro cilindros, DOHC de 16 válvulas / 2.199 cm3 con turbocompresor de geometría variable (VGT)que desarrolla 197 CV a 3.800 rpm y 436 Nma 1.800-2.500 rpm.
El motor “R” VGT diésel de 2,2 litros y 197 CV de potencia cumple la normativa de emisiones Euro 5 combinado con una transmisión automática de seis velocidades. Tal y como os hemos comentado en el apartado de Diseño Interior, el modelo cuenta con el sistema Active ECO de Hyundai, que maximiza el rendimiento ecológico del vehículo.
Me consta que puede parecer que se trata de una motorización algo justa, sin embargo el elevado par de nada menos que 436 Nm resulta suficiente para mover “ágilmente” el elevado peso del modelo (2.630 kg de peso bruto y 1.916 kg en orden de marcha). El modelo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 10.3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h.
La transmisión automática incorpora dos modos de funcionamiento: totalmente automática y deportiva (a esta última le hacen falta unas levas). Para la conducción en ciudad, el modo totalmente automático es ideal, mientras el modo deportivo permite cambiar de marchas en secuencia manual, sin embrague, cuando el conductor desea intervenir más activamente. Aunque se trata de una transmisión normal de convertidor de par, incorpora un convertidor exclusivo de par “plano” y una configuración diferente que permite a este cambio ahorrar peso y reducir consumos.
Al ser una toma de contacto no hemos tenido oportunidad de medir el consumo sin embargo podemos adelantaros que el consumo medio durante la prueba (ojo, el que marcaba el ordenador de abordo) era de 8.5 litros a los 100 km lo que está realmente bien teniendo en cuenta que hemos conducido por casi todo tipo de carreteras, hemos hecho un pequeño trozo que puede simular a la conducción urbana y hemos salido ligeramente del asfalto. El depósito de la bestia de Hyundai cuenta con 71 litros de capacidad.