Motor
La oferta actual del i20 está formada por dos motores de gasolina, 1.2 MPI con 85 CV y 1.4 MPI con 100 CV, y dos diésel, un interesante 1.1 CRDI con 75 CV y el 1.4 CRDI 90 CV testado en esta prueba. En cuestión de unos meses se sumará una motorización en gasolina 1.0 TGDI con 100/120 CV de potencia.
Si hay algo que debo destacar del motor 1.4 CRDI 90 CV es su refinamiento. Salvo al ralentí no suena mucho, apenas se perciben vibraciones y una vez toma temperatura pasa totalmente desapercibido incluso cuando el gira a un régimen elevado. Es posiblemente una de las mecánicas más agradables del momento aunque no hay que olvidar el buen trabajo realizado por los ingenieros con el aislamiento acústico del habitáculo.
El problema principal del i20 CRDI 90 CV está en su falta de carácter y brío en ciertas ocasiones. Al suave funcionamiento del motor hay que sumar unos desarrollos del cambio tirando a largos en las dos últimas relaciones que benefician los consumos a velocidades constantes de autopista pero perjudican las recuperaciones y la capacidad de empuje.
Pasar de 0 a 100 km/h por ejemplo requiere 13,3 segundos frente a los 12,1 que declara Hyundai y para poder realizar las maniobras de adelantamiento con cierta soltura es necesario bajar a cuarta (pasa 80 a 120 km/h en 10,3 segundos). Si por cualquier cosa no quieres reducir, la maniobra se eterniza.
Todo esto contrasta con lo agradable y sencillo que resulta en vías urbanas siempre y cuando el motor gire por encima de las 1.500 rpm. Es voluntarioso (al circular en marchas cortas) y se mueve con relativa agilidad, esa que precisamente le hace falta cuando se superan los 80 km/h fuera de las urbes.
Lo que me ha encantado es el bajo consumo obtenido en la prueba. Tras algo más de 1.300 km la media se quedó en unos económicos 5,3 L/100, destacando especialmente en autopista dónde a ritmos legales (120-130 km/h de marcador) no es complicado rebajar los 5,0 L/100 con el climatizador conectado.
En carreteras secundarias la media obtenida fue de 4,5 L/100 (4,2 L/100 en el ordenador) mientras que en ciudad fue imposible superar los 6,0 L/100 y eso que carece de sistema de arranque y parada del motor. Con un depósito (50 litros) es posible superar los mil kilómetros de autonomía sin esforzarse.
Comportamiento
Si estas pensando en un vehículo divertido de conducir, de reacciones inmediatas y que te saque una sonrisa entre curva y curva, deberás poner los ojos en otros modelos rivales. El Hyundai i20 presume de un comportamiento realmente equilibrado pero no se siente cómodo en tramos revirados ni en situaciones en las que se van buscando los límites.
Además de un balanceo de carrocería bastante acusado, no se recupera de los apoyos con rapidez y esto hace que una vez superada la curva se acerque la siguiente sin que el i20 se haya repuesto. Tampoco la dirección ayuda en esas circunstancias, echándose de menos un tacto más directo y comunicativo que informe en qué estado de adherencia se encuentran las ruedas. Si a esto le sumas además el motor diésel de rendimiento simplemente correcto, está claro que este coreano no quiere jugar a ser el más rápido.
En ciudad es un automóvil cómodo, con una capacidad de filtrado suficiente para no dejarte impreso en la espalda cada badén o “policía tumbado”. Cuando llegan las rotondas la carrocería inclina pero no lo hace de manera exagerada. En este ámbito me ha parecido mejorable la visibilidad ¾ traseras, con un pilar C bastante grueso que no ayuda en incorporaciones y cruces.
A la hora de estacionar gracias a los sensores delanteros y traseros no habrá columna o pivote que nos amargue el día. El pitido que emite no es nada molesto y además aparece en la pantalla central de la instrumentación el lugar en el que se encuentran.
Me gustaría recalcar la buena iluminación del i20 incluso no optando por los Full LEDs o el xenón. Hyundai demuestra que unos buenos halógenos pueden alumbrar de forma excelente. Además a bajas velocidades el sistema de iluminación en curvas ayuda mucho, aumentando la seguridad en las noches más oscuras.
Ficha técnica
Version | 1.4 CRDI |
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Cilindrada | 1.396 cc |
Potencia | 90 CV |
Par | 240 Nm (1.500-2.500 rpm) |
Peso | 1.165 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4035 / 1734 /1474 |
Volumen Maletero | 326 / 1.042 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 12,1 segundos (13,3 segundos en prueba) |
Recuperación 80 a 120 km/h | 10,3 segundos en cuarta |
Velocidad máxima | 175 km/h |
Consumo homologado | 4,1 L/100 (5,3 L/100 en prueba) |
Emisiones CO2 por km | 106 g |
Precio de partida | 21.700 € |
Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento mecánico
Prestaciones
Consumos
Comportamiento
Transmisión
Dirección
Relación valor-precio
7.2
Notable
Refinamiento, silencio de marcha y consumos mínimos están garantizados en el nuevo Hyundai i20 1.4 CRDI 90 CV. En acabado Style no interesa por precio, siendo mucho más aconsejable optar por la variante Tecno
Carlos Aracil de Sada