Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.8
Notable
El Jaguar XF es una excelente alternativa las grandes berlinas alemanas, ofreciendo un diseño más exclusivo y elegante. Puede tener mucho equipamiento si se tira de las opciones y por precio está al mismo nivel de sus rivales. El motor diésel tiene mucha fuerza, lo mueve con soltura y no gasta demasiado. Algunos detalles de acabado son mejorables, así como la altura en las plazas posteriores.
Todavía hay un buen número de usuarios qué, lejos de caer en la tentación de un SUV, prefiere una berlina de corte tradicional. El segmento E ha ido perdiendo variedad en los últimos años pero al menos las firmas premium mantienen una oferta interesante y atractiva.
Además de los BMW Serie 5, Audi A6 y Mercedes Clase E, hay otras alternativas muy completas de firmas como Lexus, Infiniti, Volvo o Jaguar aunque también es cierto que ninguna ha querido quedarse fuera del fenómeno todocamino y tienen en su portfolio al menos una propuesta.
Desde el lanzamiento de la primera generación del XF, Jaguar ha conseguido cautivar a los usuarios gracias a una estética que rezuma elegancia por los cuatro costados sin renunciar a un toque dinámico que lo convierte en una berlina llamativa, con empaque y deseable.
Durante una semana he tenido la oportunidad de probar un Jaguar XF 25d Prestige con carrocería berlina y debo reconocer que han sido muchos los curiosos que se han interesado por él. No es un súper-ventas y eso hace que gane en exclusividad levantando mayor expectación.
DISEÑO
Sin lugar a dudas una de las principales bazas del Jaguar XF está en su diseño. Quizás en esta segunda generación, bastante continuista en sus formas, no haya sorprendido a los usuarios pero nadie podrá decir que no resulta elegante, especialmente si se opta por el color negro metalizado como el que lleva la unidad probada.
Es cierto que a muchos usuarios les cuesta diferenciar un XE de un XF. Ambos presentan unas formas muy similares y es el tamaño el que marca las mayores diferencias, un detalle que no siempre es apreciable de primeras. Con dos unidades juntas, la cosa cambia y se percibe claramente el mayor porte del XF.
El uso de ciertos elementos cromados realza la elegancia del conjunto y podrás encontrarlos en el contorno de las ventanillas, zona inferior del paragolpes delantero o el detalle decorativo situado en las aletas.
Como buen producto premium Jaguar permite que los interesados puedan añadir un gran número de elementos opcionales, destacando diferentes tipos de llantas de aleación e incluso el paquete deportivo exterior de serie en el acabado R-Design con una línea más sugerente.
INTERIOR
Nada más pasar al interior el Jaguar XF te recibe con un salpicadero muy limpio en sus formas y, muy importante, sin abusar de los botones. Como en otros modelos del Grupo Jaguar-Land Rover, el selector de la caja de cambios emerge cuando se activa el contacto.
De serie la pantalla multifunción de la consola central es de ocho pulgadas aunque la unidad probada incluía la opcional de 10,2 pulgadas con función DualView, un completo sistema de navegación, acceso a internet y a aplicaciones, cámara de visión posterior, etc. Su manejo táctil es sencillo, rápido e intuitivo (de los mejores que he probado).
La instrumentación de la unidad de pruebas también es una opción que se adquiere junto al navegador mencionado más arriba (InControl Touch Pro). Se puede configurar con varias vistas y permite seleccionar la información que el conductor desee a través de sencillos menús. Con 12,3 pulgadas, es una de las más grandes del segmento, contando además con una resolución sensacional.
La calidad percibida al primer vistazo es buena, especialmente con el ambiente beige de la unidad testada. En las zonas superiores los plásticos son acolchados y muy agradables al tacto pero en las zonas inferiores no transmiten la misma calidad, estando por detrás de sus rivales. Los ajustes tampoco son perfectos y la consola entre los asientos no mostraba la consistencia que debiera un vehículo de más de 60.000 €.
El puesto de conducción me ha parecido muy cómodo por varias razones: asiento con múltiples reglajes y buena sujeción lateral, sencillez en el control de las funciones principales, incluida la climatización y sistema de audio, y ergonomía general. Tan sólo la ubicación de los mandos de los elevalunas me parece errónea (muy adelantados) y en ocasiones se confunden con los botones de la memoria de los asientos.
EQUIPAMIENTO
La gama actual del Jaguar XF permite elegir entre los niveles Pure, Prestige, R-Sport y Portfolio. En general la dotación mínima es correcta aunque se quedan en opción algunos elementos que por el precio base deberían ser de serie. Hasta aquí algo normal en cualquier modelo de firma premium.
La unidad testada corresponde al nivel Prestige. Entre lo más destacable incluye climatizador automático de dos zonas, llantas de aleación de 17 pulgadas, tapizado en piel, faros bi-xenón, pack iluminación interior, control de crucero, sensores de luz y lluvia, sistema de audio con pantalla de 8 pulgadas, bluetooth, USB, alerta de cambio de carril, arranque sin llave, detector de peatones, etc.
El precio recomendado sin ofertas ni promociones en combinación con la mecánica 25d de 240 CV, propulsión posterior y caja automática de ocho velocidades arranca en los 56.460 €, un coste similar al de las alternativas de BMW y Audi, e inferior a lo que cobraría Mercedes por su Clase E equivalente.
La unidad testada además incluía climatizador automático de cuatro zonas, asientos eléctricos con memoria, navegador InControl Touch Pro, instrumentación digital, llantas de aleación extra-serie, Head Up Display, pintura metalizada, cristales tintados, sistema de audio Meridian, paquete parking, detector de objetos en ángulo muerto, etc. En total el precio supera los 70.000 €.
HABITABILIDAD
En cuanto al espacio disponible en el interior, está en la media del segmento. En las plazas delanteras la sensación de desahogo es elevada, con una anchura remarcable, una altura libre al techo suficiente incluso para personas de 1,85 metros siempre que no se equipe el techo solar panorámico. En este último caso será muy justo para adultos de estatura superior a la media.
En las plazas traseras la cota longitudinal es generosa, siendo casi imposible rozar con las rodillas del respaldo delantero por muy alto que sea el conductor. Peor parado sale el ancho disponible, normal en el segmento pero con una plaza central incomoda (mullido más duro y posición sobre-elevada). Tampoco la altura libre destaca aunque lo peor es el acceso debido a la forma de las puertas y que requiere agacharse más de la cuenta para no golpear la cabeza (es el peaje a pagar por una línea más dinámica).
Si hablamos del maletero, pocas pegas se pueden poner con 540 litros mínimos ampliables abatiendo los respaldos de los asientos traseros. La terminación aquí es buena, no dejando chapa a la vista (salvo en la zona superior que no se aprecia a simple vista) aunque el depósito de Adblue no parece que esté situado en el lugar más adecuado (lo suyo es que esté fuera para evitar posibles manchas).
MOTOR
La oferta actual del Jaguar XF propone varias alternativas en gasolina y otras tantas en diésel. Con este último combustible se puede adquirir con 163, 180 y 240 CV siempre extraídos de un bloque de dos litros, o bien con el 3.0d BiTurbo de 300 CV. Según la opción elegida podrá tener tracción total o sencilla al eje posterior.
La unidad probada toma la denominación 25d aunque bajo el capó hay un bloque diésel de dos litros con doble turbo que desarrolla 240 CV. Se combina con una caja de cambios automática de ocho velocidades y posee propulsión posterior aunque si el cliente lo desea puede añadir la tracción total por 2.600 € adicionales.
En frío este cuatro cilindros no esconde su ciclo diésel pero no me ha parecido que emita un sonido feo o molesto. El nivel de vibraciones es mínimo y una vez toma temperatura tiene un nivel de refinamiento notable, superior al de los motores de Mercedes o BMW también con cuatro cilindros.
Desde el habitáculo y con el motor caliente cuesta mucho escuchar algún ruido proveniente del motor incluso en aceleraciones fuertes, demostrando el buen trabajo realizado en aislamiento. La calidad de rodadura también convence, siendo casi siempre muy silencioso (aunque al nivel de sus rivales).
El nivel de prestaciones es más que suficiente para la mayoría de los mortales y tan sólo sería recomendable el diésel de 300 CV si se busca el toque más exclusivo de los motores con seis cilindros. El doble turbo de este 240 CV hace un papel sensacional, empujando de forma suave pero sin descanso.
El conductor tiene la posibilidad de elegir varios modos de conducción que actúan sobre el tacto de la dirección, gestión electrónica, acelerador, climatización, diseño de la instrumentación e incluso la suspensión siempre y cuando tenga las opciones necesarias.
En modo ECO busca la máxima eficiencia y debo reconocer que consigue unos consumos realmente bajos para una berlina de esta potencia y cinco metros de longitud. Rebajar los 5,5 L/100 es más que factible e incluso se pueden reducir si te lo propones. El sistema Stop&Start tiene un funcionamiento correcto y no he tenido la necesidad de desconectarlo.
Ficha técnica
Version | 25d RWD Prestige |
---|---|
Cilindrada | 1.999 cc |
Potencia | 240 CV a 4.000 rpm |
Par | 500 Nm a 1.500 rpm |
Peso | 1.680 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4954 / 1880 / 1457 |
Volumen Maletero | 540 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 6,5 seg |
Recuperación 80 a 120 km/h | 5,8 seg en D |
Velocidad máxima | 246 km/h |
Consumo homologado | 5,3 L/100 |
Emisiones CO2 por km | 139 gr |
Precio de partida | Desde 56.460 € |
La transmisión automática de ocho velocidades me ha gustado mucho. Es suave en las transiciones y suficientemente rápida. En modo Sport la llegada más abrupta de par a veces se le atraganta pero esto ocurre también en otros productos rivales. Quizás no tenga el excelente funcionamiento de la caja automática de BMW pero no se queda muy atrás.
COMPORTAMIENTO
Si se equipa al Jaguar XF con las opciones adecuadas, se puede conseguir una berlina de tacto dinámico, eficaz y muy confortable en todo momento. No excederse con las llantas de aleación es algo importante para no reducir la capacidad de filtrado.
En general el XF es un automóvil que absorbiendo muy bien las irregularidades también es capaz de controlar los balanceos, elevando con ello la sensación de seguridad y control incluso a velocidades elevadas en tramos lentos. Por ejemplo en vías con curvas entrelazadas se recupera muy bien de los cambios de apoyo (hay poca oscilación) y «devora» la siguiente sin rechistar.
Para ser un propulsión posterior su carácter está muy dulcificado y muchos usuarios ni lo notarán. Para descontrolar al XF hay que ser bastante cafre y, si bien es posible lograrlo, será durante muy poco tiempo dado que el control de estabilidad se encarga de cortar cualquier «fiesta» que afecte a la seguridad.
En ciudad no me ha parecido un vehículo cómodo por la discreta visibilidad posterior (el pilar C es bastante ancho) y por las dimensiones que no facilitan las maniobras de aparcamiento. A pesar de ello, gira bien en sitios estrechos y gracias a los sensores o la cámara posterior no resulta especialmente complicado estacionarlo.
El hábitat natural del XF me parece que son las autovías y autopistas. Es una berlina rápida, muy confortable y silenciosa que además posee una elevada autonomía. Aplomado y seguro, dará igual lo lejos que esté el destino. Como curiosidad añadir que Jaguar no ofrece ni en opción los asientos con masaje, algo cada vez más habitual incluso en segmentos inferiores.
El sistema de iluminación de serie es correcto, con bi-xenón adaptables. No alcanza la potencia de los LEDs pero no se le pueden poner pegas. El sistema automático que se encarga del encendido está bien calibrado, siendo rápido tanto en la entrada como en la salida de los túneles.