Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Comportamiento
Aptitudes off-road
Relación valor-precio
7.8
Notable
Muy completo en todos los apartados, tan sólo un precio elevado por encima de sus rivales hará que muchos usuarios tengan que optar por otras alternativas. Lo mejor está en su habitáculo espacioso y unas aptitudes off-road muy buenas
Catalogar al Jeep Renegade como el mejor de su especie quizás pueda parecerte algo exagerado pero antes de sacar conclusiones precipitadas te invito a que leas la prueba y, si tienes el ojo puesto en un SUV de este tamaño, lo pruebes.
Bajo su aspecto rudo y cuadrado, el Renegade esconde un completo crossover que juega con sus proporciones y precio a medio camino entre dos segmentos, tratando de conquistar a los clientes de ambos sectores con argumentos muy fuertes y sólidos.
Durante 10 días he tenido la oportunidad de compartir aventuras con una unidad del Renegade equipada con el motor diésel de dos litros y 140 CV, y te adelanto que el primer sorprendido he sido yo por muchas razones. A modo de resumen diré que su comportamiento es muy bueno, el motor empuja con ganas y no gasta mucho, añadiendo a estos buenos argumentos una presentación cuidada y unas posibilidades de equipamiento muy amplias.
El punto más criticable es quizás el precio pero echando un vistazo a los descuentos no se aleja demasiado de los que podrían ser sus rivales más directos y ese coste adicional restante me parece que está plenamente justificado.
Diseño
Si hay algo en lo que el Renegade destaca es en su diseño exterior. Sus formas muy cuadradas y esa enorme parrilla frontal cromada hacen que sea identificable al primer vistazo. Transmite robustez y dureza desde cualquier ángulo.
Como buen todoterreno en Jeep han insertado elementos plásticos por todo el contorno de la carrocería que además de aumentar la imagen off-road, evitan ciertos arañazos al ser más resistentes que la pintura. Esto es útil tanto en ciudad como fuera del asfalto.
Visto de perfil podría pasar por una caja. Sus formas muy rectas están bien definidas, destacando los pasos de ruedas muy marcados, las bonitas llantas de aleación opcionales y las barras de techo. En el color negro de la unidad de pruebas se disimulan sus trazos pero en otros tonos es posible apreciar con mayor claridad las muchas horas de trabajo dedicadas.
En la zaga hay varios elementos que lo hacen personal. Por ejemplo los pilotos cuadrados no son muy grandes para conseguir un efecto visual de mayor anchura. En el centro de estos faros resulta curioso que tengan grabado un dibujo que simula la parrilla delantera con los faros redondos, aunque no es el único guiño a la marca; en el parabrisas, el laminado presenta en una de las esquinas la silueta de un Jeep CJ que parece está tratando de escalar la curvatura de la luna.
Interior
Toda la rudeza del exterior se extiende al habitáculo y nada más abrir la puerta da la sensación de estar en un 4×4 puro. Las formas son muy cuadradas, el asidero frente al copiloto pone un toque campero (además de ser muy útil) y la sensación de tener todo en su correcto sitio son las claves principales.
Analizando en profundidad el salpicadero es cierto que hay detalles mejorables, como la posición de los mandos de climatización que quedan excesivamente bajos y es necesario desviar la atención de la carretera para manipularlos. Más allá de esto, la ergonomía es más que correcta.
Otro punto en el que destaca el Jeep Renegade es en la calidad de los plásticos y los ajustes. Tanto los materiales usados en las zonas superiores como los más escondidos transmiten calidad mientras que las juntas entre piezas es buena, sin juntas separadas o mal encajadas. Todo se acompaña de plásticos bien cortados sin rebabas que puedan arañarte la mano (por ejemplo en las bolsas de las puertas).
La instrumentación en este acabado Limited incluía una pantalla multifunción de generoso tamaño con muchísima información. Además de ser a color, tiene unos gráficos claros y grandes que facilitan la lectura. Entre la información disponible destaca la temperatura del aceite, la carga de batería, el sensor de presión de los neumáticos o el gráfico con la alerta de cambio de carril involuntario.
En el habitáculo hay repartidos bastantes huecos porta-objetos, algunos de ellos de generoso tamaño e incluso con suelo gomoso para evitar que resbale aquello que se deposite. Esto es uno de tantos detalles poco habituales en los segmentos B y C.
Sergi Ruiz
es un fiat, al igual que todos los audi y seat son un golf 🙁