Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.9
Notable
El nuevo Kia Optima GT se distingue por tener un moderno exterior, un audaz diseño interior con más espacio para todos los ocupantes y una completa dotación de serie, un despliegue de nuevas tecnologías y un poderoso sistema de propulsión que en combinación con el cambio automático de seis relaciones hará que desees devorar kilómetros. Es un serio rival dentro del segmento y su puesta a punto específica le da un extra de deportividad a la hora de afrontar tramos de montaña.
A pesar de que la fiebre SUV sigue en pleno auge, el segmento de las berlinas medias y sus variantes familiares parece estar ganando cierta importancia en nuestro país gracias a la presencia de nuevos modelos como el que nos atañe hoy o el excelente Škoda Superb que probamos hace unas semanas. Por supuesto no alcanzan las cifras de ventas de hace unos años, pero al menos se ha limitado el retroceso provocado por los crossovers y MPVs compactos.
Como ya os he contado en alguna ocasión, soy de esos apasionados por las grandes berlinas, por muy “coche de papi” que lo defina mi entorno más cercano. Y si a una gran berlina le añadimos, además, un poderoso motor bajo el capó y un buen cambio automático, es difícil no circular durante una semana con una sonrisa en la cara. Bueno, quizá hasta que te toca parar en la gasolinera… Respecto al Kia Optima como tal, puede que guarde muchas similitudes con su antecesor, pero se trata de una nueva generación completamente renovada.
Disponible tanto en carrocería berlina como familiar, las primeras unidades del modelo circulan por nuestras carreteras desde mediados de octubre de 2016. Lo más interesante del Optima GT está en su concepto más dinámico, y que es la primera vez que queda plasmado en una berlina de la marca. Así, bajo el capó se esconde un bloque de gasolina 2.0 T-GDI con 245 CV y su equipamiento es realmente completo, además de muy semejante al de las versiones tope de gama de la variante diésel. A simple vista podría parecerte que solo hablamos de tema estético, pero en realidad los ingenieros de la marca han hecho importantes cambios en las entrañas del modelo, como te contaré a continuación.
Como podréis leer a lo largo de la prueba, la cuarta generación del Optima se distingue por un moderno exterior, un audaz diseño interior con más espacio para todos los ocupantes y un despliegue de nuevas tecnologías. Al fin y al cabo, el segmento D es importante para la casa coreana -al igual que para todas las marcas-, ya que no deja de ser un segmento que representa aproximadamente 1.500.000 –sólo en Europa- de vehículos anuales, de los que el 45% son berlinas de tres volúmenes y el 55% familiares. Además, tras probar este modelo, estamos deseando ver de qué son capaces en Kia con el nuevo Stinger.
¿Nos vamos a conocerlo a fondo?
Diseño exterior
Exteriormente el nuevo Kia Optima GT ofrece más presencia que nunca en la carretera, con detalles modernos en la superficie, unas líneas y curvas en la carrocería más afiladas y una silueta alargada. No es un coche discreto -y menos en este llamativo Temptation Red– e incorpora numerosos detalles que le dan ese toque deportivo que a todos nos gusta ver en los modelos del segmento D. Además, este acabado GT no solo aporta aderezos deportivos a nivel estético, sino que su puesta a punto se ha revisado para ofrecer al cliente mucho más carácter en cada curva y cada aceleración.
La evolución en la imagen del nuevo Optima GT ha sido concebida para ser funcional y deportiva, mientras que las dimensiones exteriores aumentan ligeramente en longitud, anchura y altura respecto al Optima anterior.
Es en el frontal donde quizá encontremos su mayor atractivo, siendo los principales protagonistas los rasgados faros delanteros que se extienden hasta las aletas y la característica parrilla en color negro con detalles y contorno en contraste cromado que refleja el actual ADN de la marca. Ésta además se extiende desde un faro hasta el otro, dando sensación de uniformidad a la parte delantera de la berlina deportiva.
Es preciso señalar que las ópticas delanteras cuentan con un sistema de proyectores para la iluminación principal y una ceja en color blanco que delimita el faro por la parte superior, reservándose la mitad inferior a la tira de luces diurnas LED. La iluminación más extendida en los acabados es la de xenón (con su correspondiente lavafaros), que en el caso de este acabado GT es Full LED y direccional, contando adicionalmente con lavafaros. En este aspecto, si bien es cierto que el coche alumbra de forma más que correcta, no es de las mejores del mercado. Eso sí, cuenta con sistema automático de luces largas/cortas.
La parte inferior del paragolpes es otro de los elementos que definen la personalidad del Kia Optima GT, encontrándonos en este caso ante un nuevo diseño con toma de aire de tipo rejilla que se extiende horizontalmente y alberga el radar frontal de los sistemas de asistencia en carretera. Bajo ésta no falta un sutil spoiler delantero que con sus angulosas formas y junto a las tomas de aire de los extremos -con borde cromado-, pone la guinda del pastel al agresivo diseño del frontal. Te parecerá absurdo en un modelo de esta categoría, pero la gente se para a mirarlo por este tipo de detalles…
La línea lateral del modelo posee un aspecto dinámico gracias a las grandes dimensiones de las puertas, los pasos de rueda ligeramente abultados, el embellecedor negro inferior, la caída del pilar C y el diseño descendente de las ventanillas traseras y ascendente de la línea de cintura. En su conjunto y, combinado con los detalles cromados y las llantas de 18 pulgadas con neumáticos 235/45 R18 98Y –de serie con el acabado GT- tras las que se esconden unas pinzas de freno de color rojo, la forma lateral del modelo hace que el Optima parezca abalanzarse sobre la carretera deseando devorar kilómetros. Hay que señalar que esta variante también cuenta con unos discos de freno de mayor tamaño -330 mm en el eje delantero y 314 mm en el trasero (+30 mm)-.
Desde mi punto de vista, la zaga es uno de los elementos más acertados del modelo. Los grandes faros traseros con tecnología LED que parten del lateral y se extienden por encima de la denominación del modelo aportan al diseño ese toque de personalidad que tanto echamos en falta en algunos de sus rivales. Si a esto le sumamos que el interior del faro cuenta con una firma lumínica muy característica y el resto de la zaga está dominada por unas superficies angulosas de líneas nítidas, la berlina se asienta de forma natural sobre el asfalto.
Sobre la luneta trasera, la cual prescinde de limpiaparabrisas, encontramos una antena con diseño de aleta de tiburón; mientras que en el extremo inferior del paragolpes se ubican dos pequeños faros secundarios ubicados en los extremos sobre un fondo negro y un llamativo difusor que acoge la doble salida de escape de gran tamaño y aspecto redondeado. Por su parte, la zona central de la zaga contaba en nuestra unidad de pruebas con el logo de la marca en posición privilegiada, un corte de separación sobre la matrícula y la cámara de marcha atrás escondida bajo el mismo.
Su nuevo diseño hace que esta generación sea la más aerodinámica hasta la fecha, con un coeficiente Cx reducido de 0,29 a 0,27.
En nuestro mercado el modelo está disponible en 8 colores exteriores. Concretamente y como ya he comentado, nuestra unidad se encontraba pintada con un llamativo tono metalizado rojo pasión denominado Temptation Red, el cual supone un sobrecoste de 450 euros. Sobre el techo no falta un gran techo panorámico practicable en su primera mitad.
Diseño interior
Una vez montados en el nuevo Kia Optima GT, descubrimos que es un modelo realmente cómodo, aunque extremadamente parejo en diseño y equipamiento al acabado GT Line. El puesto de conducción es muy confortable, tal y como cabría esperar de una berlina de sus dimensiones, y todo está en buena posición, al alcance de la mano del conductor. Es más, el diseño del salpicadero está claramente orientado hacia el conductor en un ángulo de 8,5 grados, buscando que éste tenga que desviar lo mínimo posible su atención de la carretera (basta con echar un vistazo rápido a la foto del interior para percatarse de ello).
Como os decía al hablar del exterior, la prueba la hemos realizado en un acabado GT, en el que encontramos un marcado carácter dinámico para seguir atrayendo la atención de los consumidores, aumentando a su vez la sensación de calidad, refinamiento y empaque con toques deportivos. No hay un solo elemento al que no se haya prestado atención y que podamos calificar de “malo”.
Nuestra unidad montaba un interesante volante forrado en piel con pespuntes en color contraste en el que se incorporaban ocho botones de acceso y cuatro selectores similares al scroll, contando adicionalmente con dos levas tras el volante para un uso manual del cambio automático. Además, se añade un detalle cromado y la parte inferior está achatada para subrayar el carácter dinámico de este acabado, cuya denominación también se encuentra indicada en la parte inferior del volante.
La calidad de los materiales usados en el interior del nuevo Optima GT se ha mejorado significativamente respecto al modelo anterior, con una proporción de superficies blandas mucho mayor, tejido y piel de tonos naturales y costuras reales en el salpicadero y las puertas.
Tras el volante nos encontramos con uno de los puntos fuertes de nuestro acabado y uno de los puntos interiores que destaca respecto a los competidores, lo que viene siendo un panel de instrumentos digital central estilo ‘Supervision’ de 4,3″ acompañado de dos diales analógicos. He de confesar que el panel de instrumentos digital es muy completo, y a diferencia de otros modelos de la gama este indica con total detalle numerosos elementos informativos como el lector de señales, un velocímetro digital y otras funciones.
El diseño simple de su salpicadero se combina con molduras en color negro brillante y diversos elementos metálicos rematados con materiales de tacto suave, calidad y líneas horizontales claramente definidas que albergan toda la botonería dividida en dos zonas diferenciadas: la de monitorización y la de control.
La primera de ellas está centrada exclusivamente en proporcionar la información a los ocupantes de la forma más clara posible, a través de la instrumentación para el conductor y el interfaz HMI con una pantalla de 8 pulgadas en el centro del salpicadero, cuyo manejo resulta fácil, rápido e intuitivo. Bajo una clara línea que recorre a lo ancho el salpicadero está la zona de control, con una consola central que se extiende hacia abajo y está orientada hacia el conductor.
Entre el módulo de climatización bizona y el sistema de infoentretenimiento el modelo cuenta con las salidas del aire acondicionado y el botón de la señalización de emergencia, seguido por debajo de los mandos para controlar el nuevo sistema de audio, vídeo y navegación (AVN) de Kia, de apariencia más moderna que su predecesor. Aquí he de señalar que el equipo de sonido es obra de Harman/Kardon en este acabado.
En la parte inferior de la consola central tenemos un hueco porta objetos y las tomas Aux in, USB y 12V que se encuentran justo enfrente de la palanca de cambios automática de 6 velocidades (con el pomo tapizado en piel) y dos posavasos. Tras la palanca de cambios encontramos el selector de modos de conducción, el botón para desactivar el Start/Stop, los controles de la cámara 360º, del volante y los asientos calefactables y ventilados, del asistente de aparcamiento, el freno de mano eléctrico y el Auto Hold.
Uno de los elementos que más llama mi atención en los Kia siempre son los controles situados en la puerta, es decir, los de manejo de los espejos retrovisores y los elevalunas eléctricos. Normalmente es un detalle al que pocas marcas hacen especial caso, encontrándonos con botones bastante desagradables a la vista y al tacto en modelos que podrían considerarse incluso premium. En Kia, sin embargo, se han preocupado de este detalle, con una botonería tan agradable al tacto como a la vista.
Por su parte, los asientos delanteros son confortables y sujetan mejor que en el resto de versiones, pues los bordes laterales sobresalen 25,9 mm más en los respaldos y 14,4 mm más en las banquetas de las plazas delanteras, contando con ajuste eléctrico y memoria en el del conductor; mientras que el acceso a las plazas traseras es cómodo y el espacio en la parte posterior es correcto para 3 personas, aunque el túnel de transmisión y las salidas del aire acondicionado resultan algo molestas en la plaza central. Por espacio bien podríamos compararlo con el Škoda Superb, el referente en el segmento en la materia y del cual el Optima se queda realmente cerca.
Con los cambios, el Kia Optima GT ahora posee una postura de conducción más dinámica y un habitáculo más espacioso y confortable que proporciona mayor espacio para la cabeza, los hombros y las piernas en las plazas traseras, así como un maletero mayor que alcanza los 510 litros. No es de los mejores del segmento y tiene unas formas bastante irregulares (parte de la culpa la tiene su deportiva línea), pero se sitúa cerca de los referentes, cuenta con doble fondo compartimentado, raíles deslizantes escamoteables y con los asientos abatidos -40/20/40- alcanza los 1.686 litros. El portón es inteligente y tiene apertura y cierre eléctricos, pero en este caso no existe la posibilidad de montar una rueda de repuesto de emergencia.
Motorización
Como ya os he comentado, para nuestra prueba elegimos el Kia Optima GT 2.0 T-GDI con 245 CV asociado a la transmisión automática de seis velocidades, una caja con convertidor de par específica para esta versión que puede presumir de contar con una eficacia mejorada en un 33% respecto a la que lleva el 2.0 MPI de gasolina que no se vende en nuestro mercado.
Este propulsor, el cual se consagra como la única alternativa gasolina del modelo (están también el 1.7 CRDi berlina y el Space Wagon en diésel, y la variante PHEV en berlina), es un motor turboalimentado con inyección directa, cuatro cilindros y 2.0 litros de cilindrada que genera 245 CV a 6.000 rpm y 345 Nm de par disponible entre 1.350 y 4.000 rpm, lo que facilita la aceleración en un margen muy amplio de revoluciones, además de hacerlo de forma contundente.
Frente a las variantes diésel, este bloque es más refinado y prestacional, pero también notablemente más ‘tragón’, homologando un consumo combinado de 8,2 litros a los 100 kilómetros (aunque la realidad es ligeramente superior, como os cuento a continuación). También las emisiones de CO2 son bastante superiores, elevándose hasta 191 g/km (con la caja de cambios automática y el sistema de reducción de consumo Intelligent Stop/Go de Kia).
Me llamó la atención que, al pulsar el botón de arranque (incorpora llave inteligente en este acabado), se escuchara un leve rugido que parecía emanar del capó, pero por desgracia no es otra cosa que el Sistema de Sonido Activo que emula y amplifica el sonido del motor a través de los altavoces del vehículo. Al activar el modo ECO, dicho sonido se atenúa, aumentando entre dos y cuatro decibelios al activar el modo SPORT -momento en el cual también se activa el cuadro de instrumentos específico-.
Un sonido artificial nunca será tan bueno como el sonido real del motor, pero en este caso está bastante conseguido y no resulta para nada molesto. Es más, te animarás al escucharlo a la hora de rodar en modo SPORT.
Al margen de este curioso sistema de sonido activo, la mecánica se muestra silenciosa y las vibraciones no se hacen de rogar, haciéndose palpable el gran trabajo de los ingenieros de la marca al incorporar material absorbente en diversos componentes de la mecánica y el capó. Es más, en carretera te molestará más el ruido de rodadura y del viento que el del propio motor, aunque en cualquier caso ninguno de ellos llega a ser molesto.
Como te puedes imaginar, su respuesta es más que aceptable gracias a los 342 Nm de par motor disponibles desde las 1.350 rpm y, a pesar de que no ofrece unas prestaciones extraordinarias como para poder llamarlo ‘deportivo’, acelera de forma enérgica hasta los 100 km/h en 7,4 segundos, además de mover con plena soltura en toda circunstancia los 1.655 kilos que presenta sobre la báscula el modelo. Es, sin duda alguna, mucho más veloz que la variante diésel, pero su consumo también es mucho más elevado. A mi parecer falta una variante de gasolina menos potente y más eficiente
Ficha técnica
Version | 2.0 T-GDI 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.998 cm3 |
Potencia | 245 CV (180 kW) @ 6.000 rpm |
Par | 353 Nm @ 1.350 - 4.000 rpm |
Peso | 1.655 kilogramos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.855 / 1.860 / 1.465 mm |
Volumen Maletero | 510 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | N.D. |
Velocidad máxima | 240 km/h |
Consumo homologado | 11,8 / 6,1 / 8,2 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 191 g/km de CO2 (Euro 6) |
Precio de partida | 35.338 euros (con descuentos) |
Comportamiento
Como os comentaba al hablar de los consumos, hemos puesto nuestra unidad del Kia Optima GT a prueba en diversos entornos, desde autopista hasta carreteras de montaña, y ya os adelanto que se trata de un modelo que aúna habitabilidad, confort, estabilidad y cierto dinamismo (que no deportividad) gracias a su puesta a punto en el mismísimo Nürburgring Nordschlife. Es más, incluso cuenta con una altura de la carrocería 10 mm menor.
Es cierto que la conducción de esta berlina te resultará placentera desde los primeros kilómetros con ella y, si eres de los que les gusta viajar sabiendo que cuentan con una buena dosis de potencia bajo el pie derecho sin importarte en exceso los consumos, será tu aliada perfecta. Es confortable porque el interior es amplio, está bien resuelto y sus asientos presentan un mullido firme y un agarre mayor que en la variante diésel, como te he comentado en el apartado de diseño interior. Además, el bastidor del nuevo Optima es más resistente que en versiones anteriores gracias a una mayor proporción de acero reforzado de alta tensión (UHTS), lo que te permite circular a mayor velocidad incluso en tramos revirados.
El 50% del bastidor está ahora hecho con UHTS, lo que significa un incremento de un 150% sobre el modelo anterior (que tenía un 20%). También se distingue por un aumento de un 450% en la cantidad de adhesivo estructural que se utiliza en su ensamblaje, cuyo resultado es una rigidez torsional incrementada en un 50% con relación al modelo al que sustituye, aunque el peso del bastidor es también 8,6 kg más ligero. El acero de mayor resistencia se ha utilizado para reforzar los pilares A y B, los estribos, el techo, al suelo, los pasos de rueda delanteros y la mampara trasera, lo que aumenta radicalmente la rigidez torsional en toda la carrocería.
En el caso del Kia Optima GT, la suspensión se ha ajustado específicamente para él, incluyendo unos amortiguadores de dureza variable (muelles un 11 % más duros delante y un 10% detrás), al tiempo que ha ganado rigidez en la barra estabilizadora delantera y en los casquillos traseros. En función del modo seleccionado, varía el Control Electrónico de la Suspensión (ECS), el cual es capaz de adaptar la suspensión a las condiciones del firme, ofreciendo una mayor agilidad o, por el contrario, un confort superior. Adicionalmente, la buena puesta a punto del chasis y la lograda suspensión se combinan con una mecánica y una transmisión automática de seis velocidades que actúan con total contundencia. Es una mecánica que recupera con soltura desde muy bajas revoluciones y que ofrece unas prestaciones efusivas, mostrando un conjunto aplomado tanto en autopistas como en carreteras reviradas.
La dirección, por su parte, sigue siendo su principal hándicap, y eso que la asistencia eléctrica ha sido reconfigurada en esta versión y cuenta con mayor desmultiplicación. En ciudad resulta realmente cómoda, permitiéndote girar el volante incluso con un dedo -algo que se agradece a la hora de maniobrar con una berlina de estas dimensiones-, pero a pesar de que su dureza varía a medida que aumentamos la velocidad, no llega a ser tan firme como desearíamos en otras circunstancias. Cuando nos aventuramos por carreteras reviradas, resulta algo lenta y echamos en falta más información, sobre todo por la contundencia con la que pisa el conjunto, por lo que realmente no podemos hablar de una berlina deportiva, sino simplemente de la versión más dinámica de la gama.
El sistema VSM de Kia (Vehicle Stability Management) está presente de serie, lo que asegura la estabilidad en frenada y en curva mediante la gestión del control de estabilidad (Electronic Stability Control) y la asistencia eléctrica de la dirección si detecta una pérdida de tracción. En este caso, el ESC goza de una calibración específica que permite un mayor deslizamiento lateral antes de actuar.
Concretamente hablamos de una servodireción de asistencia eléctrica en la cremallera (R-MDPS). Al estar montada directamente en la cremallera, en lugar de en la columna de dirección, la nueva dirección R-MDPS proporciona un mejor tacto y una respuesta más rápida y lineal al volante, particularmente alrededor del centro, aunque es demasiado ligera y no nos transmite toda la sensación de seguridad que debería.
Hay que destacar el funcionamiento del sistema de reconocimiento de límites de velocidad que detecta las señales en la carretera y las muestra en la pantalla del navegador; y el del Sistema de Asistencia de mantenimiento en carril que detecta la posición del Optima GT en relación a las líneas de la carretera y automáticamente toma medidas correctivas si el coche va a abandonar el carril sin conectar el intermitente.
Respecto al confort de marcha, hay que señalar que en este caso es algo menor que las variantes más racionales de la gama a consecuencia de su puesta a punto más deportiva. El ruido de rodadura es ligeramente más elevado y la suspensión reconfigurada no filtra tan bien las irregularidades, aunque en ningún caso podemos decir que se trate de una berlina incómoda. Además, es notable la ausencia de vibraciones o cambios de marcha bruscos, pues el funcionamiento del motor es ágil y el cambio suave y rápido.
Precio
El precio de nuestra unidad de pruebas, un Kia Optima GT 2.0 T-GDI con 245 CV y pintura metalizada, está disponible por 43.930 euros, a los que habremos de sumar un descuento de 8.142 euros (según la web oficial de Kia, precio final de 35.788 euros) y los posibles descuentos adicionales del concesionario. En este punto es importante tener en cuenta que este precio es más bajo que el de la mayoría de sus rivales.
Por este precio podrás disfrutar de una berlina media poderosa y completa a la que no le falta detalle, con un equipamiento de serie que incluye navegador, ABS, EBD, BAS, ESC, VSM, control de arranque en pendiente, bluetooth, entrada AUX, retrovisores exteriores eléctricos, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara 360º y asistente, alerta de cambio de carril involuntario, volante calefactable y de corte deportivo, lector de señales de tráfico, asiento del conductor eléctrico, con ajuste lumbar y memoria, asientos calefactables (incluso atrás) y ventilados, audio Harman/Kardon, faros LED, llantas de 18”, control de crucero adaptativo, suspensión deportiva, climatizador automático bizona y techo solar panorámico, entre otros.
Mejor el Superb con 280cv
Jajaj VW Taxi
Pa cargar melones
Tú compara precio del superb con el optima y equipamiento
Daniel Gómez ya lo he hecho, si es verdad que el Superb sale un poco más caro, pero tengo más espacio, mejor maletero, un motor de 280cv y tracción integral, y menor consumo… Yo solo doy mi opinión y no es para enfadarse
Micki Michino siii! Más melones que en el óptima seguro!!
Miguel Rojas este es de papi
Micki Michino
Vaya señor coche
Javier Garcia Zorita imagínate que llega a ser este…