Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.9
Notable
El nuevo Kia Optima SW GT Line se distingue por tener un moderno y deportivo exterior, un audaz diseño interior con más espacio para todos los ocupantes y una completa dotación de serie, un despliegue de nuevas tecnologías y un eficiente sistema de propulsión que en combinación con el cambio DCT hará que desees devorar kilómetros. Es un serio rival dentro del segmento.
A pesar de que la fiebre SUV sigue en pleno auge, el segmento de las berlinas medias y sus variantes familiares parece estar ganando cierta importancia en nuestro país gracias a la llegada de nuevos modelos como el que nos atañe hoy. Por supuesto no alcanzan las cifras de ventas de hace unos años, pero al menos se ha limitado el retroceso provocado por los crossovers y MPVs compactos.
En mi caso tengo que reconocer que siempre he sido un amante de las grandes berlinas (bueno, realmente de todo vehículo de grandes dimensiones) y cada vez más de las conocidas como versiones «ranchera» de éstas, por lo que tras ponerme al volante hace unos meses de la renovada apuesta de Kia en formato berlina -por muy “coche de papi” que digan algunos que es-, ahora le tocaba el turno al Sportwagon. Puede que guarde muchas similitudes con su antecesor, pero se trata de una nueva generación completamente renovada.
Las primeras unidades del modelo circulan por nuestras carreteras desde mediados de octubre de 2016, y en su primera etapa comercial la marca solo lo ofrece con un motor diésel de 1.7 litros y 141 CV y un gasolina 2.0 T-GDI con 245 CV, pudiéndose optar por tres niveles de acabado (en el primero de los casos, el segundo es la variante GT) realmente completos cuyo precio es más que aceptable. Respecto a la transmisión, se puede pedir con cambio manual de seis velocidades o bien con la caja secuencial de doble embrague con siete velocidades como el de nuestra unidad de pruebas.
Como podréis leer a lo largo de la prueba, la cuarta generación del Optima se distingue por un moderno exterior, un audaz diseño interior con más espacio para todos los ocupantes y un despliegue de nuevas tecnologías. Al fin y al cabo, el segmento D es importante para la casa coreana -al igual que para todas las marcas-, ya que no deja de ser un segmento que representa aproximadamente 1.500.000 –sólo en Europa- de vehículos anuales, de los que el 45% son berlinas de tres volúmenes y el 55% familiares.
¿Nos vamos a conocerlo a fondo?
Diseño exterior
Exteriormente el nuevo Kia Optima SW ofrece más presencia que nunca en la carretera, con detalles modernos en la superficie, unas líneas y curvas en la carrocería más afiladas y una silueta de familiar alargada. No es un coche discreto -y menos en este llamativo Temptation Red– e incorpora numerosos detalles que le dan ese toque deportivo que a todos nos gusta ver en los modelos del segmento D. Por desgracia, este acabado GT Line solo aporta detalles deportivos decorativos y aquellos que quieran un extra de deportividad tendrán que optar por las versiones GT cuya prueba publicaré en unas semanas.
La evolución en la imagen del nuevo Optima SW ha sido concebida para ser funcional y deportiva, mientras que las dimensiones exteriores aumentan ligeramente en longitud, anchura y altura.
Es en el frontal donde quizá encontremos su mayor atractivo, siendo los principales protagonistas los rasgados faros delanteros que se extienden hasta las aletas y la característica parrilla en color negro con detalles y contorno en contraste cromado que refleja el actual ADN de la marca. Ésta además se extiende desde un faro hasta el otro, dando sensación de uniformidad a la parte delantera de la berlina familiar.
Es preciso señalar que las ópticas delanteras cuentan con un sistema de proyectores para la iluminación principal y una ceja en color blanco que delimita el faro por la parte superior, reservándose la mitad inferior a la tira de luces diurnas LED. La iluminación más extendida en los acabados es la de xenón (con su correspondiente lavafaros), que en el caso de este acabado GT Line es Full LED y direccional, contando adicionalmente con lavafaros. En este aspecto, si bien es cierto que el coche alumbra de forma más que correcta, no es de las mejores del mercado. Eso sí, cuenta con sistema automático de luces largas/cortas.
La parte inferior del paragolpes es otro de los elementos que definen la personalidad del Kia Optima SW GT Line, encontrándonos en este caso ante un nuevo diseño con toma de aire de tipo rejilla que se extiende horizontalmente y alberga el radar frontal de los sistemas de asistencia en carretera. Bajo ésta no falta un sutil spoiler delantero que con sus angulosas formas y junto a las tomas de aire de los extremos -con borde cromado-, pone la guinda del pastel al agresivo diseño del frontal. Te parecerá absurdo en un modelo de esta categoría, pero la gente se para a mirarlo por este tipo de detalles…
La línea lateral del modelo posee un aspecto dinámico gracias a las grandes dimensiones de las puertas, los pasos de rueda ligeramente abultados, la caída del pilar D y el diseño descendente de las ventanillas traseras y ascendente de la línea de cintura. En su conjunto y, combinado con los detalles cromados y las llantas de 18 pulgadas con neumáticos 235/45 ZR18 –de serie con el acabado GT Line-, la forma lateral del modelo hace que el Optima parezca abalanzarse sobre la carretera deseando devorar kilómetros.
En la parte trasera nos topamos en esta ocasión con un diseño algo menos acertado que en el caso de la berlina (aunque es cuestión de gustos, claro está). Los grandes faros traseros con tecnología LED que parten del lateral y se extienden por encima de la denominación del modelo aportan al diseño ese toque de personalidad que tanto echamos en falta en algunos de sus rivales. Si a esto le sumamos que el interior del faro cuenta con una firma lumínica muy característica y el resto de la zaga está dominada por unas superficies angulosas de líneas nítidas, el familiar se asienta de forma natural sobre el asfalto.
Sobre la luneta trasera encontramos una antena con diseño de aleta de tiburón y un sutil alerón, lo cual me parece realmente acertado a la vez que deportivo; mientras que en el extremo inferior del paragolpes encontramos dos pequeños faros secundarios ubicados en los extremos y un llamativo difusor que acoge la doble salida de escape de gran tamaño y aspecto redondeado. Por su parte, la zona central de la zaga contaba en nuestra unidad de pruebas con el logo de la marca en posición privilegiada, un corte de separación sobre la matrícula y la cámara de marcha atrás escondido bajo el mismo.
Su nuevo diseño hace que esta generación sea la más aerodinámica hasta la fecha, con un coeficiente Cx reducido de 0,29 a 0,27.
En nuestro mercado el modelo está disponible en 8 colores exteriores. Concretamente y como ya he comentado, nuestra unidad se encontraba pintada con un llamativo tono metalizado rojo pasión denominado Temptation Red, el cual supone un sobrecoste de 450 euros. Sobre el techo no falta un gran techo panorámico practicable en su primera mitad y los dos raíles cromados que aportan mayor presencia al conjunto.
Diseño interior
Una vez montados en el nuevo Kia Optima SW, descubrimos que es un modelo realmente cómodo. El puesto de conducción es muy confortable, tal y como cabría esperar de una berlina de sus dimensiones, y todo está en buena posición, al alcance de la mano del conductor. Es más, el diseño del salpicadero está claramente orientado hacia el conductor en un ángulo de 8,5 grados, buscando que éste tenga que desviar lo mínimo posible su atención de la carretera (basta con echar un vistazo rápido a la foto del interior para percatarse de ello).
Como os decía al hablar del exterior, la prueba la hemos realizado en un acabado GT Line, en el que encontramos un marcado carácter dinámico para seguir atrayendo la atención de los consumidores, aumentando a su vez la sensación de calidad, refinamiento y empaque con toques deportivos. No hay un solo elemento al que no se haya prestado atención y que podamos calificar de “malo”.
Nuestra unidad montaba un interesante volante forrado en piel con pespuntes en color contraste en el que se incorporaban ocho botones de acceso y cuatro selectores similares al scroll, contando adicionalmente con dos levas tras el volante para un uso manual del cambio automático. Además, se añade un detalle cromado y la parte inferior está achatada para subrayar el carácter dinámico de este acabado, cuya denominación también se encuentra indicada en la parte inferior del volante.
La calidad de los materiales usados en el interior del nuevo Optima SW se ha mejorado significativamente respecto al modelo anterior, con una proporción de superficies blandas mucho mayor, tejido y piel de tonos naturales y costuras reales en el salpicadero y las puertas.
Tras el volante nos encontramos con uno de los puntos fuertes de nuestro acabado y uno de los puntos interiores que destaca respecto a los competidores, lo que viene siendo un panel de instrumentos digital central estilo ‘Supervision’ de 4,3″ acompañado de dos diales analógicos. He de confesar que el panel de instrumentos digital es muy completo, y a diferencia de otros modelos de la gama este indica con total detalle numerosos elementos informativos como el lector de señales, un velocímetro digital y otras funciones.
El diseño simple de su salpicadero se combina con diversos elementos metálicos rematados con materiales de tacto suave, calidad y líneas horizontales claramente definidas que albergan toda la botonería dividida en dos zonas diferenciadas: la de monitorización y la de control.
La primera de ellas está centrada exclusivamente en proporcionar la información a los ocupantes de la forma más clara posible, a través de la instrumentación para el conductor y el interfaz HMI con una pantalla de 7 u 8 pulgadas (en función del acabado elegido, en este caso 8 pulgadas) en el centro del salpicadero, cuyo manejo resulta fácil, rápido e intuitivo. Bajo una clara línea que recorre a lo ancho el salpicadero está la zona de control, con una consola central que se extiende hacia abajo y está orientada hacia el conductor.
Entre el módulo de climatización bizona y el sistema de infoentretenimiento el modelo cuenta con las salidas del aire acondicionado y el botón de la señalización de emergencia, seguido por debajo de los mandos para controlar el nuevo sistema de audio, vídeo y navegación (AVN) de Kia, de apariencia más moderna que su predecesor. Aquí he de señalar que el equipo de sonido es obra de Harman/Kardon en este acabado.
En la parte inferior de la consola central tenemos un hueco porta objetos y las tomas Aux in, USB y 12V que se encuentran justo enfrente de la palanca de cambios automática de 7 velocidades (con el pomo tapizado en piel) y dos posavasos. Tras la palanca de cambios encontramos el selector de modos de conducción, el botón para desactivar el Start/Stop, los controles de la cámara 360º, del volante y los asientos calefactables y ventilados, del asistente de aparcamiento, el freno de mano eléctrico y el Auto Hold.
Uno de los elementos que más llama mi atención en los Kia siempre son los controles situados en la puerta, es decir, los de manejo de los espejos retrovisores y los elevalunas eléctricos. Normalmente es un detalle al que pocas marcas hacen especial caso, encontrándonos con botones bastante desagradables a la vista y al tacto en modelos que podrían considerarse incluso premium. En Kia, sin embargo, se han preocupado de este detalle, con una botonería tan agradable al tacto como a la vista.
Por su parte, los asientos delanteros son confortables y sujetan bastante bien, contando con ajuste eléctrico y memoria en el del conductor; mientras que el acceso a las plazas traseras es cómodo y el espacio en la parte posterior es correcto para 3 personas, aunque el túnel de transmisión y las salidas del aire acondicionado resultan algo molestas en la plaza central. Por espacio bien podríamos compararlo con el Škoda Superb, el referente en del segmento en la materia y del cual el Optima se queda realmente cerca.
Con los cambios, el Kia Optima SW ahora posee una postura de conducción más dinámica y un habitáculo más espacioso y confortable que proporciona mayor espacio para la cabeza, los hombros y las piernas en las plazas traseras, así como un maletero mayor que alcanza los 552 litros. No es de los mejores del segmento (parte de la culpa la tiene su deportiva línea), pero se sitúa cerca de los referentes, cuenta con doble fondo compartimentado, raíles deslizantes escamoteables y con los asientos abatidos -40/20/40- alcanza los 1.686 litros. El portón es inteligente y tiene apertura y cierre eléctricos.
Motorización
Como ya os he comentado, para nuestra prueba elegimos el Kia Optima SW 1.7 CRDi con 141 CV asociado a la nueva transmisión automática DCT de doble embrague y siete velocidades, una mecánica derivada de la versión existente que ha sido objeto de una serie de modificaciones para su aplicación en el nuevo Optima, aumentando la potencia y el par al tiempo que se reducen las emisiones.
Este propulsor, el cual se consagra como la única alternativa diésel del modelo (tenemos el GT de 245 CV en gasolina y la variante PHEV en berlina), ahora genera 141 CV y 340 Nm de par a pesar de aumentar su eficiencia y reducir el nivel de NVH. Además, un nuevo turbocompresor de geometría variable controlado electrónicamente proporciona una sobrealimentación más eficaz para la respuesta al acelerador y el par a bajo régimen. El par máximo está disponible ahora entre 1.750 y 2.500 rpm, lo que facilita la conducción en un margen muy amplio de velocidad.
Con todas las mejoras, este bloque es ahora más refinado, más prestacional y lo que es más importante, menos ‘tragón’, homologando un consumo combinado de tan sólo 4,6 litros a los 100 kilómetros (aunque la realidad es ligeramente superior, como os cuento a continuación). También las emisiones de CO2 son mucho menores, reducidas hasta 120 g/km (con la caja de cambios DCT y el sistema de reducción de consumo Intelligent Stop/Go de Kia).
Al pulsar el botón de arranque (incorpora llave inteligente en este acabado), la mecánica diésel se muestra bastante silenciosa y las vibraciones no se hacen de rogar, haciéndose palpable el gran trabajo de los ingenieros de la marca al incorporar material absorbente del ruido en el bloque de cilindros y los filtros de aceite y partículas. Es más, en carretera te molestará más el ruido de rodadura y del viento que el del propio motor, aunque en cualquier caso ninguno de ellos llega a ser molesto.
Independientemente de la opción elegida, el Optima siempre incluye de serie el Pack Eco-Dynamics con el sistema Stop&Start.
Su respuesta es más que aceptable gracias a los 340 Nm de par motor disponibles desde las 1.750 rpm y, a pesar de que no ofrece unas prestaciones extraordinarias, acelera de forma progresiva y contundente hasta los 100 km/h en 11,1 segundos, además de mover con soltura los 1.635 kilos que presenta sobre la báscula el modelo.
Otro de los elementos clave en el confort de marcha es la transmisión automática DCT de doble embrague y siete velocidades que, si ya me convenció en la berlina, en esta ocasión la veo imprescindible. Desarrollada por el propio grupo Hyundai-Kia, también tuvimos la ocasión de probarla al ponernos al volante del Kia Sportage y del Kia Cee´d, y al igual que ocurría en estos modelos, ofrece unos cambios suaves, rápidos y prácticamente imperceptibles incluso cuando decidimos circular algo más ligeros.
Hay que ser realista, no es el cambio DSG de Volkswagen (por ejemplo), pero su relación calidad precio es bastante buena –supone un sobrecoste de 2.000 euros- y sin duda alguna no te defraudará en un modelo como el Kia Optima SW. Además, ofrece la posibilidad de usarse en modo secuencial a través de la propia palanca o las levas que giran solidariamente con el volante, reteniendo extremadamente bien a la hora de descender por pendientes empinadas. Si quieres un coche con cambio automático su elección es, sin duda alguna, un acierto.
Ficha técnica
Version | 1.7 CRDi |
---|---|
Cilindrada | 1.685 cm3 |
Potencia | 141 CV @ 4.000 rpm |
Par | 340 Nm @ 1.750 - 4.000 rpm |
Peso | 1.635 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.855 / 1.860 / 1.470 mm |
Volumen Maletero | 552 (1.686) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,1 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,7 segundos |
Velocidad máxima | 203 km/h |
Consumo homologado | 5,2 / 4,2 / 4,6 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 120 g/km CO2 (comb.) |
Precio de partida | 23.645 euros |
Comportamiento
Como os comentaba al hablar de los consumos, hemos puesto nuestra unidad del Kia Optima SW a prueba en diversos entornos, desde autopista hasta carreteras de montaña, y ya os adelanto que se trata de un modelo que aúna habitabilidad, confort y estabilidad.
Es cierto que la conducción de este familiar te resultará placentera desde los primeros kilómetros con él (al igual que ocurre en la berlina), y si eres de los que les gusta viajar, será tu aliado perfecta. Es confortable porque el interior es amplio, está bien resuelto y sus asientos presentan un mullido firme y un agarre aceptable. Además, el bastidor del nuevo Optima es más resistente que en versiones anteriores gracias a una mayor proporción de acero reforzado de alta tensión (UHTS), lo que te permite circular a mayor velocidad incluso en tramos revirados.
El 50% del bastidor está ahora hecho con UHTS, lo que significa un incremento de un 150% sobre el modelo anterior (que tenía un 20%). También se distingue por un aumento de un 450% en la cantidad de adhesivo estructural que se utiliza en su ensamblaje, cuyo resultado es una rigidez torsional incrementada en un 50% con relación al modelo al que sustituye, aunque el peso del bastidor es también 8,6 kg más ligero. El acero de mayor resistencia se ha utilizado para reforzar los pilares A y B, los estribos, el techo, al suelo, los pasos de rueda delanteros y la mampara trasera, lo que aumenta radicalmente la rigidez torsional en toda la carrocería.
Además, la suspensión independiente del Optima berlina también se incluye en el SW, pero sus componentes se han adaptado a esta nueva carrocería pensando en que normalmente va a ir más cargado. Así, en el eje trasero, la suspensión multibrazo cuenta con un brazo inferior doble más grande, montado con unos casquillos más gruesos y contando con una mayor capacidad para absorber energía. Adicionalmente, la buena puesta a punto del chasis y la lograda suspensión se combinan con una mecánica y una transmisión automática de siete velocidades que actúan con total naturalidad, con suavidad. Es una mecánica que recupera con soltura desde muy bajas revoluciones y que ofrece unas prestaciones progresivas, mostrando un conjunto aplomado especialmente en autopista.
La dirección, por su parte, en ciudad resulta realmente cómoda, permitiéndote girar el volante incluso con un dedo -algo que se agradece a la hora de maniobrar con una berlina de estas dimensiones-, pero a pesar de que su dureza varía a medida que aumentamos la velocidad, no llega a ser tan firme como desearíamos en otras circunstancias. Cuando nos aventuramos por carreteras reviradas, resulta algo lenta y echamos en falta más información, sobre todo por la contundencia con la que pisa el conjunto, pero hemos de partir de la base de que es un coche pensado para viajes largos, no para irnos ‘de tramo’, y en ese aspecto cumple a la perfección con su cometido.
El sistema VSM de Kia (Vehicle Stability Management) está presente de serie, lo que asegura la estabilidad en frenada y en curva mediante la gestión del control de estabilidad (Electronic Stability Control) y la asistencia eléctrica de la dirección si detecta una pérdida de tracción.
Concretamente hablamos de una servodireción de asistencia eléctrica en la cremallera (R-MDPS). Al estar montada directamente en la cremallera, en lugar de en la columna de dirección, la nueva dirección R-MDPS proporciona un mejor tacto y una respuesta más rápida y lineal al volante, particularmente alrededor del centro, aunque es demasiado ligera y no nos transmite toda la sensación de seguridad que debería.
Respecto al confort de marcha, ya os he hablado de la escasa rumorosidad del propulsor diésel y la excelente elección que supone optar por la transmisión automática DCT. Ambos contribuyen a que tanto un viaje largo como un atasco sean más cómodos de lo habitual gracias a la ausencia de vibraciones o cambios de marcha bruscos, pues el funcionamiento del motor es lineal y progresivo y el cambio suave, rápido y con desarrollos largos que ayudan a contener los consumos.
Precio
El precio de nuestra unidad de pruebas, un Kia Optima 1.7 CRDi 141 CV DCT con acabado GT Line y pintura metalizada, está disponible por 40.130 euros, a los que habremos de sumar un descuento de 7.534,67 euros (según la web oficial de Kia, precio final de 33.045 euros) y los posibles descuentos adicionales del concesionario.
Por este precio podrás disfrutar de una berlina media realmente equilibrada y completa a la que no le falta detalle, con un equipamiento de serie que incluye navegador, ABS, EBD, BAS, ESC, VSM, control de arranque en pendiente, bluetooth, entrada AUX, retrovisores exteriores eléctricos, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara 360º y asistente, alerta de cambio de carril involuntario, volante calefactable y de corte deportivo, lector de señales de tráfico, asiento del conductor eléctrico, con ajuste lumbar y memoria, asientos calefactables (incluso atrás) y ventilados, audio Harman/Kardon, faros LED, llantas de 18”, control de crucero adaptativo o climatizador automático bizona y techo solar panorámico entre otros.