Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.3
Notable
Cuatro opciones mecánicas y tres acabados componen la gama inicial del nuevo Kia Rio que puedes comprar desde abril de 2017. Mejora sobre todo en comportamiento, refinamiento y silencio de marcha, ganando además más equipamiento y un maletero mucho más amplio que en el modelo anterior. Lo mejor está en su equilibrio general.
Con más de ocho millones de unidades vendidas en todo el mundo el pasado año, una cuota de mercado del 3% (4,8% en nuestro país), y casi nueve años de crecimiento consecutivo, al referirnos a Kia hablamos de uno de esos fabricantes que ya no le tiene miedo a la competencia en Europa. El Sportage ya sentó la sólida base de este crecimiento y, este año, hemos visto todo un aluvión de modelos que apuntan muy alto con el objetivo de conquistar al público de todos los segmentos.
El restyling del Sorento, el inicio de la comercialización del Optima (con SW, GT y PHEV incluidos), la actualización de los Carens y Soul, el Niro PHEV, el Stinger, el Picanto, el Stonic o el Rio que nos atañe hoy son el mejor ejemplo de que Kia ha apostado muy fuerte por este 2017, y desde luego, tras cerrar el pasado año con un récord de matriculaciones en España superando por primera vez las cincuenta mil unidades, no es para menos. Es más, si este año todo va según lo previsto, volverán a superarse por décimo año consecutivo.
Centrándonos en el Kia Rio, la cuarta entrega del polivalente se ofrece en el Viejo Continente únicamente con carrocería de cinco puertas y una estética más dinámica, algo importante para captar al público más joven. Llegó el pasado mes de abril y de un solo vistazo te darás cuenta de que se trata de un modelo que ha cambiado mucho desde sus inicios. De ser un automóvil sencillo y básico que brillaba más por precio que por cualquier otra razón, ha pasado a convertirse en un vehículo mucho más completo, de superior calidad y con una tecnología que nada tiene que envidiar a los rivales más directos.
La estética ha evolucionado hacía un lado más dinámico, pero sin perder el toque elegante necesario para enganchar al público más tradicional. Con esta última entrega se quieren cubrir las necesidades y gustos de una mayoría, dando especial importancia a las mujeres. Además, sus dimensiones actuales son muy parecidas a las de su predecesor, pero cuenta con una batalla más generosa, se ha logrado aprovechar mucho mejor el espacio de carga y el habitáculo y se han introducido novedades mecánicas para hacerlo más prestacional y eficiente.
¿Nos vamos a conocerlo?
Diseño exterior
Tal y como te comentaba, la estética del Kia Rio ha evolucionado hacía un lado más dinámico, aspecto que se complementa con el toque elegante característico de la anterior generación para resultar atractivo tanto a jóvenes como mayores. Así, el Rio viste la última evolución de la parrilla “tiger-nose” en su frontal, ahora más fina en altura y más ancha a lo largo del frontal. Los grupos ópticos integrados de doble función, también más finos y esculpidos que en su predecesor, proyectan con LED una firma luminosa en forma de U.
La tecnología para la iluminación principal es el halógeno incluso en este acabado alto de gama, una pena desde mi punto de vista. Estos cambios en el frontal, así como el movimiento de las luces de niebla direccionales hacia el exterior y dentro del paragolpes, están concebidos para añadir más anchura visual al conjunto y ofrecer un aspecto más estable. Un aumento de 5 mm en la anchura del nuevo Rio (hasta 1.725 mm) resalta este efecto.
De perfil, la cuarta generación del Rio presenta una estampa alargada y más equilibrada, mediante un capó largo, un voladizo delantero mayor, un aumento de 10 mm en la batalla (hasta 2.580 mm), un voladizo trasero más corto y un pilar C más fino y menos inclinado. En conjunto es 15 mm más largo que su predecesor (ahora 4.065 mm) y con 5 mm menos de altura (hasta 1.450 mm). Las vías delantera y trasera miden 1.512 y 1.518 mm respectivamente, mientras que el coeficiente aerodinámico (Cd) también mejora, pasando de 0,33 a 0,31.
Hay disponibles ocho colores exteriores para la carrocería entre los que podemos encontrar tonos clásicos o alegres y dos acabados: sólido o metalizado. En este caso tenemos el blanco metalizado.
La vista lateral está protagonizada por una amplia superficie acristalada -con los cristales posteriores oscurecidos- que garantiza una buena visibilidad, aunque queda un poco alta para mi gusto. La superficie de las puertas es limpia, sin embellecedores, y estas cuentan con un tamaño que, sin ser excesivo, resulta suficiente. En este caso los espejos retrovisores integran los intermitentes y cuentan con una base en color negro a contraste con el marco de las ventanillas.
En la zaga, la horizontalidad está presente, contando con un generoso portón que divide las bonitas ópticas LED en dos partes y unos pasos de rueda ensanchados para asentar el modelo sobre el asfalto. Llaman especialmente la atención elementos como el sutil spoiler superior con la tercera luz de freno, el logo en posición central con el tirador y la cámara de marcha atrás o el difusor trasero plástico rematado en negro que, junto al color blanco de la carrocería, provoca un efecto visual muy llamativo.
A ello hay que añadir que la parte trasera del Rio ahora está menos inclinada, con una luneta casi vertical y un voladizo más corto. La nueva firma luminosa de LED con forma de flecha es otra de las señas de identidad del modelo y la salida de escape queda oculta. Nuevamente, tampoco falta la tira de sensores de aparcamiento posterior. Vista desde arriba, esta unidad luce una antena de tipo convencional.
Diseño interior
El nuevo Kia Rio ofrece a los conductores un diseño moderno del habitáculo y una disposición más ergonómica que su predecesor, todo queda al alcance de la mano sin separar la espalda del respaldo. Como en el exterior, el diseño logra crear una apariencia más ancha y una sensación superior de espacio para los ocupantes, lo que se complementa con una presentación adecuada en términos de calidad y ajustes.
El salpicadero ahora está presidido por una pantalla multifunción tipo tableta con siete pulgadas que además de ser sencilla en su manejo queda muy visible, sin que nos molesten los reflejos o brillos por su enfoque al conductor.
Este sistema de info-entretenimiento estrena funciones como la radio DAB o los muy deseados Mirror Link, Apple Car Play y Android Auto que te permitirán controlar muchas de las aplicaciones del móvil a distancia. La pantalla también sirve para mostrar la imagen de la cámara posterior, si bien la información del sensor la da otra pantalla de 3,5 pulgadas situada en la instrumentación, tras el volante. Dicha instrumentación es la denominada “Supervision” con retroiluminación y un toque más actual.
En el interior encontraremos multitud de huecos portaobjetos de amplio tamaño (cabe una botella de 1,5 litros en las puertas) y, al abatir los asientos, el piso de carga queda totalmente plano.
El tacto de los mandos y los botones es el mismo que en otros modelos Kia del extremo inferior de la gama. Sus detalles de ajuste están trabajados para evitar los crujidos o las malas apariencias incluso al circular sobre asfalto en mal estado, además de gozar de un tacto bastante agradable, pero los plásticos duros y rígidos predominan en prácticamente la totalidad de los elementos y controles. Por lo general, la calidad de realización está a buen nivel, pero es cierto que los plásticos no son tan aparentes al natural como en las imágenes.
En cuanto al equipamiento, hablaré de él específicamente en el apartado reservado para ello, aunque ya os adelanto que no me ha gustado nada el climatizador monocromo, en los días soleados apenas se ve la temperatura que hemos seleccionado. Por otra parte, el nuevo Rio está disponible con una gama de tapicerías de color negro o gris, bien textiles o de cuero sintético. A lo largo del interior hay remates de acabado metálico y negro brillante que confieren un aspecto más moderno.
Respecto a su habitabilidad, hablamos de un interior pensado para cinco ocupantes, siendo unos de los más amplios del segmento. Cuenta con unas plazas delanteras de lo más generoso, pero las plazas posteriores son algo angostas para que viajen tres personas. Alguien de estatura media (hasta 1,80 metros) puede viajar cómodamente en las plazas de los extremos, pero la plaza central es bastante estrecha para un viaje de más de 20 minutos. Además, aunque el túnel de transmisión no queda demasiado elevado, la guantera central sí que resulta intrusiva.
Finalmente y, para cerrar este apartado, es importante añadir que el nuevo Rio ofrece un generoso maletero que cubica un total de 325 litros (37 litros más que el anterior), aunque si abatimos los asientos -60:40-, el volumen asciende a 1.270 litros.
Es uno de los mejores espacios de carga del segmento y, adicionalmente, cuenta con algunas virtudes como unas formas muy regulares y un piso del maletero que se puede ajustar a dos alturas para cargar objetos más o menos voluminosos y dejar el suelo totalmente plano al abatir los asientos. Bajo este puede equiparse una rueda de emergencia.
Motorización
La oferta inicial para España contempla el conocido motor 1.2 CVVT de 84 CV como escalón básico en gasolina. Por encima de ese cuatro cilindros básico está el 1.0 TGDI de 100 CV, que es la mecánica que he elegido para la prueba. Ambos motores están asociados a una transmisión manual de cinco velocidades. Este último también se ofrecerá más adelante en versión de 120 CV, acompañado de un acabado GT Line, pero por ahora, se convierte en la opción más prestacional.
En diésel la gama está formada por dos variantes que derivan del mismo 1.4 CRDI WGT. La versión de acceso declara 77 CV y sólo se combina con los dos niveles de acabado más sencillos, mientras que por encima queda una alternativa con 90 CV que puede pedirse con todas las terminaciones. En ambos casos la caja de cambios es manual de seis velocidades y sabiendo que sólo hay 500 euros de diferencia entre ambos, creo que merece la pena el más potente.
Para la prueba me he decantado por la que a mi juicio resulta una de las opciones más interesantes, el nuevo motor tricilíndrico 1.0 T-GDi. Este bloque de aluminio cuenta con dos árboles de levas en la culata, inyección directa, turbo e intercooler para entregar una potencia de 100 CV (74 kW) a 4.500 vueltas y 172 Nm de par entre las 1.500 y las 4.000 revoluciones, por lo que el abanico de entrega de potencia es bastante generoso a pesar de no sorprender por un empuje que te pegue al asiento, aunque sí tiene cierta “patada” a un régimen de revoluciones elevado.
Es por ello que, para ganar velocidad con cierta gracia, requiere tirar mucho del cambio, aunque en este caso el Kia Rio puede presumir de unas buenas recuperaciones. Algo más pobre es el empuje a bajas vueltas, pues básicamente no sentimos fuerza hasta que el turbo empieza a soplar a 1.700 rpm, por lo que es recomendable bajar alguna que otra marcha al acercarse a poca velocidad a una rotonda o incorporación. Eso sí, ahora es mucho más silencioso, suave y en general, refinado, con una respuesta inmediata al acelerador que se agradece cuando circulas por la ciudad o tienes que llevar a cabo alguna incorporación en la carretera. Las vibraciones solo aparecen al ralentí y son leves.
Probablemente su sonoridad solo te resulte molesta al estirarlo de vueltas, algo de lo que adolece la gran mayoría de mecánicas tricilíndricas del mercado, pero en el caso de este Kia no es de los más desagradables. En conjunto, es una mecánica que dota al compacto de bastante equilibrio tanto para moverse por ciudad como para hacer alguna que otra escapada de fin de semana, pues decantarse por un propulsor menos potente ya te limitará en exceso a la hora de llevar el coche cargado.
Respecto a los consumos, estos no son descabellados, pero no es tan eficiente como promete. La marca nos habla de un consumo urbano de 5,2 litros, pero lo cierto es que es difícil bajar de los 7,6 litros reales en ciudad incluso equipando el Start/Stop. Lo mismo ocurre en carretera, acercándose al consumo oficial de 4,1 litros sólo cuando circulamos en llano, porque sino es complicado bajar de los 5,8 litros a los 100 km circulando a 120 km/h. El consumo medio durante la prueba se detuvo en 7,0 litros y el depósito es de 45 litros.
Lo que no me ha gustado excesivamente ha sido el cambio, el cual cuenta con un tacto excesivamente urbano, unas relaciones notoriamente largas y un escalonamiento muy abierto. Entre que el turbo empieza a soplar a 1.700 vueltas y el salto de revoluciones entre marchas es notable, para circular con algo de ímpetu (o simplemente, en una subida) tienes que llevar a cabo el cambio de marcha por encima de las 2.500 vueltas si no quieres tener que volver a reducir, lo que a su vez eleva el consumo y el ruido mecánico. En mi opinión, ambas cosas podrían haberse ajustado un poco mejor, igual que el tacto del embrague, algo alto.
Ficha técnica
Version | 1.0 T-GDi - 3 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 998 cm³ |
Potencia | 74 kW (100 CV) @ 4.500 rpm |
Par | 172 Nm @ 1.500 - 4.000 rpm |
Peso | 1.600 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.065 / 1.725 / 1.450 mm |
Volumen Maletero | 325 (980) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 10,7 l/100 km |
Recuperación 80 a 120 km/h | 9,8 segundos (en cuarta) |
Velocidad máxima | 188 km/h |
Consumo homologado | 5,2 / 4,1 / 4,5 l/100 km |
Emisiones CO2 por km | 102 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 15.817 euros (esta mecánica y acabado con descuentos) |
Comportamiento
Aunque la mejoría respecto de su predecesor es notable, en Kia Rio sigue teniendo un enfoque primordialmente urbano e interurbano. Es en ciudad donde el compacto se siente más cómodo, con una dirección muy asistida que facilita las maniobras tanto en aparcamientos como en el momento de callejear y una buena visibilidad en todos los ángulos. En algunos acabados u opcionalmente también encontramos la cámara de marcha atrás, la alerta por cambio involuntario de carril y el sistema de frenada de emergencia, lo que supone un plus de seguridad en la jungla urbana.
A pesar de dicho enfoque urbano, es innegable que uno de los aspectos que más ha mejorado en el nuevo Rio es el bastidor. En carretera no se siente ni mucho menos incómodo, pues Kia ha optado por dotar al Rio con unas suspensiones tirando más bien a duras para lograr un compromiso entre estabilidad y confort bastante bueno. La única pega es que en algunos baches acusados resulta un poco seco y rebotón en el eje trasero, pero en vías con firme irregular filtra mucho mejor que en la anterior generación.
Algo menos me ha convencido la dirección, ya que resulta muy buena en ciudad pero en ningún caso invita a circular de forma ágil por carreteras secundarias o tramos revirados por su falta de rapidez. Como os decía, su tacto es bastante blando y el feedback que transmite escaso. Podríamos decir que el tacto de la dirección no es precisamente de “referencia” en el segmento, pero sí está entre las mejores por ofrecer un guiado sencillo que no requiere de constantes correcciones en el uso esencial que se le va a dar al vehículo.
Lo mismo ocurre con los cambios de apoyo, los cuales resultan naturales, suaves y progresivos, pero en ningún caso rápidos como para buscarle las cosquillas al coche enlazando curvas. Lo bueno que tiene es que es un coche realmente predecible, por lo que siempre seremos conscientes de cuando se acerca el límite del modelo en aquellas ocasiones en las que nos pese el pie derecho un poco más de la cuenta…
Equipamiento y precio
En lo relativo a los niveles de acabado, estos se denominan Concept, Drive y Tech, echándose de menos la existencia de un acabado GT Line ligado a un motor de 120 CV.
El primero incluye aire acondicionado, elevalunas eléctricos delanteros, cierre con mando, ordenador de viaje, radio integrada, bluetooth, USB, asiento posterior partido, paragolpes pintados, espejos eléctricos, etc. Las variantes con el 1.0 TGDI y 1.4 CRDI añaden también las llantas de aleación, luces diurnas por LED y control/limitador de velocidad.
El acabado Drive suma a todo lo anterior el cargador USB para las plazas traseras, sensor de lluvia, sensor de parking trasero, volante y pomo del cambio en piel, elevalunas eléctricos traseros, climatizador automático, llantas de aleación, faros antiniebla, luces diurnas por LEDS y control/limitador de velocidad (incluido el 1.2 CVVT).
Además, es importante no olvidar los siete años o 150.000 km de garantía que ofrece la marca coreana en toda su gama.
Por último, el nivel Tech, que es el que se corresponde con la unidad probada, suma las llantas de aleación de 17 pulgadas, pilotos traseros LED, cristales tintados, espejo interior fotosensible, red de maletero, instrumentación Supervision con pantalla LCD de 3,5 pulgadas, sistema de frenada de emergencia, alerta de cambio de carril y aviso pre-colisión.
Los precios recomendados incluidos los descuentos son los siguientes:
Motor | Concept | Drive | Tech |
1.2 CVVT 84 CV | 11.369€ | 13.717€ | 14.817€ |
1.0 TGDI 100 CV | 13.392€ | 14.717€ | 15.817€ |
1.4 CRDi 77 CV | 14.192€ | 15.517€ | – |
1.4 CRDI 90 CV | 14.692€ | 16.017€ | 17.117€ |
- La mejora respecto a su predecesor es notable, especialmente en términos de calidad de rodadura, confort de las suspensiones, facilidad de conducción y estabilidad en carretera.
- Reacciones naturales, progresivas y predecibles.
- El maletero por fin tiene una capacidad digna del segmento (por encima de la media) y el equipamiento se enriquece con novedades interesantes.
- Aumento de calidad interior, resultando agradable a la vista y al tacto sin alcanzar un precio elevado.
- Gran equilibrio de esta mecánica en prestaciones y suavidad, es una de las más acertadas.
- Garantía de 7 años Kia.
- La calidad de algunos acabados es bastante pobre y sensible a arañazos.
- Los consumos son elevados, especialmente en ciudad.
- Ya no hay versión de tres puertas ni acabado GT Line por ahora.
- Esperamos ansiosos la llegada de la mecánica de 120 CV que irá más desahogada y tendrá mejor empuje. Nos convenció mucho en el Kia Stonic.
- No hay ninguna opción asociada al cambio automático y esta opción de transmisión es la que más se agradece en el día a día de la ciudad.