Las manos se sitúan cómodamente en el volante, que en nuestra unidad estaba firmado de serie por M y contaba con un diseño deportivo, estaba forrado en cuero y montaba mandos en el volante. Desde el volante podemos acceder al sistema de sonido, al cruise control con limitador y función de freno y el sistema de manos libres. Al montar el cambio automático, tras el volante contábamos con la presencia de un sistema de levas que nos permite cambiar de una forma deportiva y rápida, aunque ya os adelanto que el excelente funcionamiento de esta caja de cambios hace que el uso de las levas sea totalmente lúdico o se produzca cuando queremos exprimir al máximo al modelo.
El cuadro de instrumentos es el clásico de BMW con diales planos con retroiluminación anaranjada e indicadores en blanco. En la parte inferior nuestra unidad contaba con un display multifunción a color que ampliaba los indicadores del ordenador de viaje.
La consola central se encontraba presidida por el display del sistema de navegación Profesional opcional que se manejaba desde el sistema iDrive ubicado en el túnel de transmisión o mediante los comandos de voz. Bajo la pantalla tenemos dos de las cuatro salidas de aire seguidas del equipo de música y el climatizador bizona con display monocromo con retroiluminación anaranjada
La parte más adelantada del túnel de transmisión incorpora dos posavasos seguidos de la palanca de cambios de cambio automático de 8 velocidades.
A la izquierda de la palanca de cambios tenemos el botón de desactivación del control de tracción y el Driving Experience Control. El Driving Experience Control, incluido de serie, se encuentra en la consola central y permite seleccionar un reglaje específico en función de las preferencias del conductor. Además de modificar las características del funcionamiento del motor y las condiciones de la intervención del sistema de estabilización DSC, también es posible variar la línea característica del sistema opcional Servotronic y el dinamismo del cambio de marchas de la caja automática opcional. De serie puede escogerse entre los modos COMFORT, SPORT y ECO PRO. En combinación con la caja de cambios automática deportiva de ocho velocidades o la dirección deportiva variable, se dispone adicionalmente del modo SPORT+. En el caso de los modelos que cuentan con el navegador Professional, aparecen las líneas características seleccionadas para la potencia y el par del motor en la pantalla Control Display.
Las molduras decorativas de serie son metálicas y cuenta con un marco inferior en color azul.
El acceso al modelo es sencillo en las plazas delanteras pero en las traseras nos encontramos con que los respaldos está más atrasados que el borde de la puerta lo que puede ser algo complejo si no estamos agiles (ojo que no hace falta ser gimnasta, solo es una apreciación y una comparación respecto a un A3 o un Golf).
Pese a homologar 3 plazas en la parte posterior, la verdad es que debido a la prominencia causada por el túnel de transmisión, el pasajero de la plaza central no viajará nada cómodo. El espacio y la altura de las plazas laterales posteriores es más que suficiente para la mayoría de la población.
Motorización
Llegamos al punto más caliente y más interesante del modelo, nos referimos al motor.
El BMW M135i monta bajo el capó un propulsor de seis cilindros en línea con tecnología M Performance BMW TwinPower Turbo que incluye Twin-Scroll-Turbo, inyección directa High Precision Injection, sistema de regulación variable de las válvulas VALVETRONIC y doble VANOS.
Este modelo de 2.979 cc desarrolla una potencia de 235 kW/320 CV a 5.800 rpm y un par máximo de 450 Nm entre las 1.300 y las 4.500 rpm.
Gracias a estas cifras y a un peso que ronda los 1.500 kg (dependiendo de las opciones y el sistema de tracción), el BMW M135i acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h.
El BMW M135i completa los 1.000 metros desde parado en 23.8 segundos y recupera de 80 a 120 km/h en 5 segundos.
Aunque el acaudalado bolsillo que pueda permitirse este modelo, no busca un consumo ajustado, nunca está de más hablar sobre el consumo del modelo objeto de la prueba. La marca homologa 7.5 litros a los 100 km de media, sin embargo, la media real de consumo obtenido durante la prueba ha sido de 8.5 litros a los 100 km.
Si efectuamos una conducción tranquila y abusamos de las vías rápidas la media puede situarse perfectamente entorno a los 7.6 litros a los 100 km pero si jugueteamos con el modelo, los consumos, lógicamente se disparan.
Sin lugar a dudas, estamos ante un vehículo que se distingue por sus respuestas inmediatas, su capacidad de subir rápidamente de revoluciones y su extraordinario nivel de eficiencia.
La tecnología del conjunto propulsor, desarrollada específicamente para el compacto modelo de BMW M Performance, incluye, entre otros, un sistema de refrigeración especial, así como un sistema de control de la potencia típico de M, sonido del motor propio de un modelo M. Opcionalmente y tal y como ocurría en nuestra unidad de pruebas, el modelo puede adquirirse una caja automática deportiva de ocho velocidades, que logra efectuar los cambios más dinámicamente y que, además, incluye levas para el cambio de marchas manual en el volante.
Gran máquina