El salpicadero presenta una disposición más o menos habitual, con una serie de botones a la izquierda del volante para habilitar o deshabilitar las distintas opciones disponibles en el modelo (y que más adelante iremos viendo con detalle); cuadro con tres esferas que marcan cuentarrevoluciones, cuentakilómetros y ordenador de abordo; consola central y guantera. El material utilizado es en su mayoría cuero, a excepción de algunos detalles como por ejemplo la franja horizontal que integra las salidas de aire o el marco que rodea la pantalla multimedia, ambas en plástico duro, pero de buena apariencia.
La consola central se prolonga hacia abajo en un único bloque entre ambos asientos hasta la parte posterior del vehículo. La parte superior contiene la pantalla multimedia desde la que podemos manejar tanto el navegador como la radio y el teléfono. Debajo, las salidas de aire y la luz de emergencia ejercen de separación con los mandos inferiores, los reguladores de la temperatura (climatizador bizona). Entre ambos asientos encontramos un joystick y botones que se corresponden exactamente con los mismos mandos que rodean la pantalla multimedia, de manera que el conductor pueda manejar sus opciones sin necesidad de estirar el brazo hasta el salpicadero. En la práctica, debo decir que el joystick si es útil, pero que los botones al final no me resultaban del todo prácticos. Me explico: tienes que saber de memoria la ubicación de cada uno de ellos, puesto que si no es así te verás obligado a apartar la vista de la carretera para seleccionar el que desees. Quizá con el tiempo el conductor automatice la posición de los botones y esto no ocurra.
Los asientos son envolventes y pese a su tamaño tienen un corte deportivo. Me resultaron muy cómodos en líneas generales, a excepción del reposacabezas, excesivamente echado hacia delante y no regulable en inclinación, de manera que para evitar llevar el cuello doblado opté por reclinar un poquito más el asiento. Lo dicho, salvo por ese pequeño matiz son realmente cómodos. Los asientos traseros son espaciosos y mullidos, siendo ideales para largos desplazamientos. Además, los cristales tintados de la unidad de prueba nos ocultarán de la vista del resto de ocupantes de la vía, dotándole al CX-5 de un toque más elegante que “macarra”, por así decirlo. El acceso a la banqueta trasera, dividida en dos partes asimétricas, pese a la altura, es fácil incluso para personas mayores o que puedan tener algo limitada su movilidad. Aunque es un SUV, la altura de los asientos traseros no es excesiva. Esto favorece también que las personas más altas se sientan a gusto.
El maletero cubica 503 litros en vacío, un tamaño más que suficiente para cargar el equipaje de 4 o incluso 5 ocupantes (teniendo en cuenta lo aprovechable de la altura), aunque no es ni mucho menos el más amplio del segmento. Otros espacios para guardar objetos son la guantera (bastante discreta), y el compartimento con tapa ubicado entre los asientos delanteros. También se pueden dejar llaves, móvil y demás durante la marcha en el hueco situado delante de la palanca de cambio, pero no tiene tapa. Por último, disponemos de posavasos en las plazas delanteras (1) y en las traseras (2).
Equipamiento y seguridad:
El Mazda CX-5 Incluye de serie en toda la gama el Sistema de asistencia a la frenada en ciudad (Smart City Brake). Este sistema emplea un sensor de infrarrojos cercanos en el parabrisas para controlar los vehículos que circulan por delante, con un alcance de aproximadamente 6 m. Si se detecta un riesgo de colisión importante, entonces precarga el freno y lo prepara para una parada de emergencia. Como opcional tenemos el Sistema de alerta de cambio involuntario de carril (LDW) (ver más información en los cuadros respectivos). El Asistente de cambio de carril (RVM) permite al Mazda CX-5 detectar los peligros que acechan por la parte posterior del coche (opcional en Style y de serie en Luxury). Al igual que en otros modelos de Mazda, este sistema detecta los vehículos que se acercan por detrás en los carriles contiguos y en el ángulo muerto, y alerta al conductor mediante un LED de advertencia situado en el retrovisor correspondiente. Si el conductor hace caso omiso de una alerta y activa el intermitente para cambiar de carril, el LED parpadea y se escucha un tono sonoro en el panel de instrumentos. La novedad (además de la posibilidad de regular el volumen del aviso sonoro) radica en que el Asistente de cambio de carril del Mazda CX-5 –que ya ganó un premio “Advanced Award” de Euro NCAP con el Mazda3– resulta muy práctico también con el tráfico urbano, ya que funciona a partir de 30 km/h (a diferencia del sistema anterior, que se activaba a partir de 60 km/h).
El CX-5 es el primer modelo de Mazda y uno de los primeros vehículos del segmento que cuenta con un Sistema de control de luces de largo alcance (opcional), que cambia automáticamente entre las luces cortas y las largas para garantizar una buena visibilidad nocturna para todos. El sistema utiliza una cámara ubicada en la parte superior del parabrisas que detecta las luces de los vehículos que se acercan de frente a una distancia de 600 m (y las luces traseras de los coches que circulan por delante hasta una distancia de 500 m) para cambiar a las luces cortas, evitando así deslumbrar a otros conductores. Cuando no hay otros vehículos en el horizonte, el dispositivo vuelve a activar las luces largas. También apaga las luces largas automáticamente cuando no son necesarias, por ejemplo a bajas velocidades o en zonas urbanas muy iluminadas.
Por su parte, el asistente de arranque en cuesta (HHA) del Mazda CX-5 controla la presión sobre los frenos para evitar que el vehículo se deslice hacia atrás, facilitando un arranque más suave en pendientes iguales o superiores a 2 grados. Hay que decir que la unidad de prueba equipaba el Pack Safety + Navegador (sobrecoste de 2.500€) que incluye los mencionados RVM, LDW, HBC, así como sensores de aparcamiento delantero y trasero, faros bixenon y un completo sistema de navegación Mazda, perfectamente fiable.