Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Comportamiento
Dirección
Relación valor-precio
8.3
Notable
Sin duda alguna Mazda ha vuelto a llamar nuestra atención con su primer vehículo eléctrico. No solo es una demostración de calidad y acabados, también es un desafío y un enfoque distinto al que tienen otros fabricantes. ¿Será este el camino?
Tal y como os anunciamos en redes, hace unos días tuvimos la oportunidad de probar el nuevo Mazda MX-30, el primer modelo eléctrico comercializado por la marca en la actualidad.
La verdad es que aunque cuando la marca nos presentó el modelo no lo entendíamos por completo, pero con las pertinentes explicaciones, el fabricante ha logrado convencernos con un producto que es simplemente diferente.
Mientras el resto de fabricantes viajan por la senda de las baterías de mayor tamaño y autonomía, Mazda lo hace en la misma dirección pero de forma diferente y es que la marca nipona cree que el mejor camino es el de aligerar el peso y ofrecer la autonomía justa que la media de la población necesita.
Según Mazda y tras varios estudios, los conductores europeos cubren una media diaria que oscila entre los 30 y los 71 km, siendo España un país en el que la media de distancia a cubrir ronda los 44 km. Si esto es así y tu media diaria ronda esos números, ¿realmente necesitamos un coche que pueda cubrir enormes distancias?, ¿de verdad necesitamos «arrastrar» el peso de una gigantesca batería para solo utilizar esta autonomía en días muy determinados del año?.
Según Mazda, la respuesta es que no a ambas preguntas, y por eso nos propone el Mazda MX-30, un modelo que llega para llevar la contraria al resto de fabricantes, algo que la marca ha hecho siempre y la verdad es que al final todos le han tenido que dar la razón.
Si eres de los que está mirando un eléctrico y el nuevo Mazda MX-30 puede cuadrarte, lo mejor es que te quedes y leas esta prueba en la que además descubrirás por qué la marca ha bautizado al modelo con la denominación MX…
Diseño Exterior
El nuevo Mazda MX-30 no puede ocultar que es un Mazda en toda regla, aunque el fabricante lo ha querido diferencial levemente del resto de sus hermanos de gama. Comparte lenguaje de diseño pero lo lleva a nuevo nivel y eso se agradece.
El diseño del frontal destaca por una franja superior en forma de antifaz que permite unir los rasgados faros delanteros con tecnología LED de serie y la calandra en una sola pieza. Con el gran logo de la marca en posición central, el Mazda MX-30 no se diferencia ni lo pretende de los modelos de combustión interna y es que a diferencia de otros eléctricos, el nuevo Mazda MX-30 sí que lleva calandra, algo que exhibe con gusto porque entre sus curiosidades encontramos la posibilidad de que en un futuro no muy lejano, el modelo equipará una mecánica rotativa de compactas dimensiones que permitirá mejorar la autonomía del modelo, permitiendo que este nunca se quede sin carga y pueda cubrir largas distancias con los repostajes oportunos.
Bajo la línea de calandra nuestra unidad de prueba montaba una batería de sensores de aparcamiento delanteros y bajo esta, una línea en color contraste que contaba con una entrada de aire inferior, los intermitentes delanteros LED, el radar frontal y el portamatrículas.
El frontal cuenta con un diseño muy vertical y esto le da un aspecto muy robusto y sobreelevado al modelo. La imagen de un cuerpo sólido y poderoso se prolonga por los laterales de la carrocería mediante una superficie amplia, uniforme y extraordinariamente sencilla. Aunque las superficies laterales parecen planas, exhiben una curva pronunciada que se extiende desde la sección delantera hasta los pasos de rueda.
Para aportar energía y movimiento a esas formas tan sencillas, los pilares A son inusualmente verticales y los pilares C forman un ángulo muy cerrado que fusiona con fluidez el techo y la trasera.
El arco que se forma entre los pilares A y C, al igual que los laterales del portón trasero, están pintados en un tono plateado distinto del empleado en el cuerpo de la carrocería. Este estilo estará disponible en dos versiones de acabado, una plateada y otra metalizada oscura, que se pueden combinar con tonos de carrocería Soul Red Crystal, Polymetal Grey o Ceramic Metallic, siendo este último el utilizado en nuestra unidad de pruebas.
El pilar C cuenta con una placa con las le palabra Mazda que sirve como transición entre una zona de color contraste y otra de color principal.
Como alternativa, los clientes pueden optar por un tono único para toda la carrocería, a elegir entre cinco colores estándar: Polymetal Grey, Machine Grey, Arctic White, Ceramic White y Jet Black.
En el lateral destacan los abultados pasos de rueda con marco en color contraste -algo que también aporta robustez- y que encontraremos en la parte baja de los laterales y la zaga. Nuestra unidad de pruebas contaba con unas llantas de aleación de 19″ equipadas con neumáticos Bridgestone T005 en dimensiones 215/55 R18.
Como elemento diferenciador, Mazda ha hecho uso de las puertas «suicidas» que la marca ha querido denominar como puertas freestyle. Sin pilar central y con unas bisagras específicamente diseñadas, las puertas delanteras se abren 82° hacia adelante, mientras que las traseras se abren 80° hacia atrás.
El enorme vano que resulta, junto con la ausencia de pilar central, facilita al máximo la entrada y la salida tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Las operaciones de carga y descarga también son mucho más sencillas aunque el abatimiento del asiento del conductor en caso de que este sea eléctrico es muy lento, algo que no pasa en el asiento del acompañante, que es manual y por lo tanto mucho más rápido.
La moldura de la puerta trasera incorpora un tirador que simplifica las maniobras de apertura y cierre, con menos esfuerzo de la muñeca incluso con la puerta totalmente abierta.
La anchura de los estribos laterales y la forma de sus guarnecidos también se han diseñado cuidadosamente para que sea más fácil salir del habitáculo, de manera fluida y sin esfuerzo.
Gracias a estas puertas que la marca ya empleó en su día en el RX-8, la carrocería del MX-30 es extremadamente rígida, algo que sin duda percibiremos gratamente en su excelente dinámica de conducción.
Ya en la parte trasera nos encontramos con que se ha empleado el mismo diseño de faros cilíndricos que en todos los demás modelos de nueva generación de Mazda, para expresar profundidad e individualidad. En los grupos ópticos traseros LED, las tulipas siguen la forma de los alojamientos de las lámparas y acentúan su forma tridimensional.
La inclinada luna trasera, el alerón superior y la pintura en dos colores nos ofrece un aspecto muy deportivo. La superficie inferior en negro contraste marca la línea de carga situada a media altura. La zona de contraste incorpora dos catadióptricos dispuestos horizontalmente y una luz antiniebla ubicada en posición inferior central.
Antes de que digas que la denominación MX tan solo se ha visto en deportivos como el MX-5, has de saber que esta se ha empleado en más de una docena de modelos del fabricante y se trata de modelos que han marcado un antes y un después en la historia de la marca. Curiosamente el primer Mazda con una “MX” en su emblema fue el MX-81, un concept car de 1981.
Debido a que el Mazda MX-30 comparte plataforma y muchos elementos en común con el Mazda CX-30, las dimensiones son similares. El nuevo Mazda MX-30 tiene las siguientes dimensiones: 4.395 mm de largo, 1.795 mm de ancho y 1.555 mm de alto.
Diseño interior
Una vez cruzamos el umbral ofrecido por las puertas freestyle y nos sentamos en el asiento del conductor percibimos el enfoque premim con el que la marca está dotando a sus nuevos modelos. Sí, Mazda lleva diciéndonoslo años pero con el MX-30 empezamos a ver que no van enserio, van muy enserio.
La posición de conducción es sobreelevada pero ojo, porque no parece que vayamos en un SUV, algo que se agradece porque tenemos una buena visibilidad pero con una sensación bastante deportiva.
Mazda ha utilizado las soluciones de diseño y las tecnologías más avanzadas para crear un entorno abierto y espacioso en el habitáculo del Mazda MX-30. Cuando nos subimos nos dimos cuenta de que el interior ofrece una sensación muy diáfana.
El diseño del salpicadero es plano de tacto blando y revestido con piel sintética o «vegana». En la parte superior nos encontramos con una pantalla para el sistema de infoentretenimiento de 8.8″. A media altura nos topamos con las salidas del sistema de climatización. La parte inferior de la consola central destaca por la presencia de una pantalla táctil de 7″ para operar el climatizador y otros sistema abordo -no me suelen gustar estas pantallas pero funciona a la perfección y además Mazda ha dotado al sistema de controles físicos para las funciones más importantes-. Tras esta pantalla inferior nos encontramos con un generoso hueco para dejar objetos. En este hueco encontramos un enchufe de 220v y dos tomas USB.
Las manos se sitúan cómodamente en un volante muy deportivo y agradable al tacto que se presenta con botonera multifunción. Tras el volante nos encontraremos con un cuadro de instrumentos parcialmente digitalizado.
La consola central flotante, la sección superior del panel de instrumentos, la zona del cuadro de relojes del conductor y las molduras tienen un diseño general que crea sensaciones de continuidad y ligereza.
Según la marca, se han seleccionado nuevos materiales, más respetuosos con el medio ambiente, a los que se ha dado un acabado muy meticuloso y prueba de ello es el corcho.
Como puedes ver en las imágenes del interior, el fabricante ha hecho uso de corcho natural tratado. La calidez inherente de este material, su agradable tacto y su amortiguación se ponen magníficamente en valor en la bandeja de la consola central y en los tiradores de las puertas.
Con el fin de garantizar la alta resistencia que exige su uso como componente de automoción, Mazda ha desarrollado un recubrimiento específico y una técnica especial con la que procesa al mismo tiempo el corcho y el material de base.
En la sección superior del guarnecido de las puertas se ha empleado un tejido confeccionado a base de materiales reciclados, diseñado por sus características exclusivas de grosor, densidad y color. Esta fibra es distinta de otros plásticos o pieles utilizados con anterioridad. Contiene aire, ofrece un tacto blando y refuerza la sensación de amplitud del habitáculo. Se fabrica a partir de botellas de PET recicladas y reduce la huella ecológica del Mazda MX-30.
Los colores del interior del Mazda MX-30 están coordinados para crear una rica paleta de variaciones, con atractivo visual y valor funcional. Las partes del asiento en contacto directo con el ocupante están cubiertas de tejido, mientras que la trasera de los respaldos lleva un acabado en piel artificial.
Algunos de los tejidos que se emplean en los asientos incorporan hasta un 20% de fibras recicladas, con un tacto y un aspecto de alta calidad.
Se encuentran disponibles dos estilos de tapicerías interiores. El primero de ellos se denomina Modern Confidence -el que lleva nuestra unidad de pruebas-. Es un estilo brillante y moderno que combina una semipiel blanca con una tela de mezcla, costuras de color naranja en los asientos y detalles en corcho natural. El segundo, llamado Vintage Industrial, se basa en una semipiel marrón con un look más clásico, combinada con una tela en color denim con un 20% de material reciclado y detalles en corcho de un tono oscurecido.
La nueva semipiel Premium Vintage desafía la creencia convencional de que la piel artificial es tan solo un pálido reflejo de la auténtica.
Los clientes que opten por el interior estándar del MX-30 se encontrarán con una tapicería de tela en negro y gris claro, con el contrapunto de elementos de corcho en su tono natural.
En el Mazda MX-30, la posición del conductor está más elevada, para ofrecer una visión despejada y sin obstáculos. Desde el puesto de conducción, la visión del capó es más clara y al conductor le resulta más sencillo ver los extremos del vehículo y situarlo correctamente en el carril. Esta ventaja se nota sobre todo cuando se conduce por carreteras estrechas y en los aparcamientos.
La forma de las ventanillas traseras y de las ventanillas de custodia se ha diseñado cuidadosamente, a partir de estudios sobre las características humanas. Así, el conductor puede girar la cabeza y ver con claridad los vehículos que se encuentran en diagonal por detrás del Mazda MX-30 y, en consecuencia, cambiar de carril o dar marcha atrás con mayor seguridad.
Las plazas traseras no son todo lo generosas que deberían y aunque la altura al techo es suficiente, toda la apariencia de espacio abierto en la parte delantera, se pierde aquí debido entre otras cosas a las pequeñas ventanillas traseras. Desafortunadamente tampoco hay salida de aireación ni tomas de carga para las plazas posteriores, solo dos posavasos.
El diseño de la zona de carga ofrece una capacidad de 366 litros en formas bastante regulares que garantizan al máximo su aprovechamiento. En el maletero encontramos un compartimento inferior bajo el suelo del maletero con espacio adicional para guardar objetos pequeños. Uno de los aspectos que no nos ha gustado es que el modelo no cuenta con apertura eléctrica del portón trasero, algo que no entendemos dado el enfoque premium del modelo.
Sistema eléctrico
Seguro que si eres fan de lo eléctrico te has percatado de que el Mazda MX-30 no destaca ni en potencia ni en autonomía, sin embargo, eso es en lo que Mazda quiere que se diferencie del resto y es que la marca no busca en absoluto grandes autonomías, busca un coche con una potencia y un peso razonable con un carácter puramente urbanita.
Según Mazda, el peso es la clave y para mantenerlo a raya en un coche eléctrico y siempre y cuando no queramos hacer un uso extensivo de materiales muy ligeros como la fibra de carbono o el aluminio -que elevarían su precio notablemente-, es mantener la batería a raya.
Para mover a su eléctrico la marca hace uso de lo que ha bautizado con el nombre de e-Skyactiv, un sistema que está formado por varios componentes de alta tensión: el motor, la batería, el inversor y el transformador CC/CC. El inversor convierte la corriente continua de la batería en corriente alterna para alimentar el motor eléctrico Hitachi. Por su parte, el transformador CC/CC reduce la tensión de la batería para dar suministro a los equipos auxiliares de 12 V del coche.
El motor, el inversor, el transformador CC/CC y la caja de conexión están integrados en una unidad de alta tensión montada en la parte frontal del vehículo. El tamaño de la batería de alta tensión firmada por Panasonic —que va montada bajo el suelo entre ambos ejes— se ha dimensionado escrupulosamente con el fin de minimizar las emisiones de CO2 durante todo su ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta la eliminación de la batería.
El motor es una unidad síncrona de corriente alterna, refrigerada por agua, con una entrega de potencia máxima de 145 CV (105 kW) y un par máximo de 265 Nm. Las células prismáticas de la batería de iones de litio de 355 generan una potencia eléctrica total de 35,5 kW.
Para rebajar su altura y minimizar la intrusión en el espacio del habitáculo, se utiliza un módulo de batería de alta densidad y un cableado de distribución especialmente delgado, que reduce el tamaño del cableado que une los componentes de alta tensión. El sistema de refrigeración también presenta un perfil bajo.
La caja de la batería está integrada en la carrocería del Mazda MX-30 y contribuye a incrementar la rigidez general del vehículo. Las tomas de carga normal y rápida están agrupadas en un bloque al que se accede desde el paso de rueda derecho trasero. El cable de carga de corriente alterna se almacena en la zona de equipaje.
Con una potencia máxima de 107 kW/145 CV, una entrega de par máxima de 270,9 Nm (consumo eléctrico en ciclo combinado WLTP de 19 kWh/100 km, emisiones de CO2 de 0 g/km) y tracción delantera, el Mazda MX-30 acelera de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 140 km/h (con limitador). El coche tiene un consumo de 190 Wh/km o 19 kWh/100 km (ciclo combinado WLTP). Ofrece una autonomía de 200 km medida en condiciones WLTP.
Durante la corta prueba que realizamos, el consumo medio del Mazda MX-30 se situó en los 16 kWh a los 100 km. Hay que subrayar que la autonomía anunciada y la que podíamos observar en el ordenador de viaje durante toda la prueba se acercaban bastante por lo que podemos decir que estos 200 km son bastante reales, sin embargo necesitaremos una prueba de mayor duración para estudiar los resultados finales.
La batería del Mazda MX-30 está equipada con un sistema basado en refrigerante que enfría la batería cuando sube su temperatura.
El e-Skyactiv puede cargarse a velocidad normal empleando corriente alterna con una potencia de hasta 6,6 kW o con un cargador rápido de corriente continua. El modelo es compatible con cargadores de corriente continua de 125 A según el estándar CHAdeMO o COMBO. La adopción del estándar más extendido en cada región específica permite recargar el Mazda MX-30 en cualquier estación de carga de la red.
La batería del Mazda MX-30 puede cargarse del 20% al 80% en 3 horas con corriente alterna o en 36 minutos con corriente continua.
El paquete de baterías pesa 310 kg permitiendo que el peso del vehículo sea de 1.645 kg.
Comportamiento dinámico
La verdad es que probablemente sea uno de los coches eléctricos que más me ha gustado de los últimos que he probado. Además de las ventajas inherentes a la tecnología eléctrica, Mazda ha sabido darle un toque suave pero dinámico a su primer eléctrico.
La carrocería basada en un bastidor recto contenido en una serie de estructuras continuas, han elevado rigidez y debido a las puertas «suicidas» se han tenido que introducir unas conexiones verticales, laterales y longitudinales de anillos multidireccionales que maximizan la función de los amortiguadores y los neumáticos.
El hecho de integrar el bloque de la batería como un elemento más de la estructura anular de la carrocería aumenta notablemente la rigidez diagonal y, por tanto, mejora el diseño básico de las estructuras multidireccionales.
Para la suspensión la marca ha optado por un sistema de suspensión MacPherson delantero y un eje torsional trasero, todo derivado del Mazda3 y del CX-30.
La dinámica del modelo es excelente y parece que circulamos sobre raíles, algo que se debe a su puesta a punto y a su configuración y disposición de los elementos.
Para conseguir que permanezcamos bien sujetos durante la circulación dinámica, Mazda ha montado unos asientos con una estructura que sujeta las partes inferior y superior de la pelvis, y los muslos.
Las levas que el Mazda MX-30 monta en el volante no se emplean para cambiar de marcha, sino que añaden valor a la experiencia de conducción, ya que permiten ajustar las características de par de la cadena cinemática y el nivel de recuperación de energía cuando se deja de pisar el pedal motor.
Las levas tienen cinco posiciones seleccionables: dos hacia arriba y otras dos hacia abajo desde la posición “D” por defecto. Estas posiciones afectan a la activación y desactivación del pedal motor y regulan el comportamiento de la entrega de par.
Independientemente de la marcha seleccionada, lo único que cambian las levas es la facilidad con la que el conductor puede cambiar de marcha. Cuando el vehículo circula cuesta abajo y se acciona la leva izquierda, se percibe un aumento de la resistencia de rodadura del coche (además de un incremento en la recuperación de energía), que ayuda al conductor a controlarlo con más confianza. Hay que subrayar que la mayor recuperación de energía se logra con el freno y no con este sistema, aunque es francamente cómodo e incluso nos permite rodar «a vela».
Aunque el motor de un vehículo eléctrico no hace ruido, el e-Skyactiv de Mazda emite un sonido que nos permite comprender de una forma sutil la velocidad a la que rodamos y aunque parezca una tontería, has de saber que el modelo es realmente silencioso y sí, hace falta una referencia que nos permita intuir la velocidad.
A pesar de las ayudas, resulta complejo justificar el precio del modelo y no porque no lo valga que eso no lo pongo en duda en absoluto -me parece un vehículo de elevadísima calidad- pero me parece complicado justificar un desembolso superior a los 30.000 euros para un coche tan escaso de autonomía y un enfoque tan urbanita. A pesar de que los coches eléctricos son «justos» si nos movemos por estos precios o incluso por precios superiores, creemos que la gente busca una mayor polivalencia y aunque eso tiene su precio, creemos que lo eléctrico no fraguará, al menos con la mentalidad actual.
Lo que nos parece muy interesante es que Mazda haya diseñado el coche para introducir un motor rotativo en la ecuación. Este motor actuaría como generador y mantendría la batería cargada. A pesar de que el depósito de combustible será limitado, siempre puedes parar varias veces a lo largo de un trayecto de gran alcance para repostar y llegar a cualquier destino por lejos que esté.
Equipamiento básico y precios
De serie el nuevo Mazda MX-30 equipa sistemas como el Apple Car Play / Android Auto asociados a una pantalla de 8,8″, 8 altavoces, Bluetooth (Manos libres), Sensor de lluvia y luz, Faros delanteros y traseros LED, Airbags frontales, lateral, de cortina y de rodilla, TPMS, eCall, Alarma, Asistente de arranque en cuesta, control de crucero, reconocimiento de señales de tráfico, Head Up Display de proyección en parabrisas, iluminación interior LED, Volante multifunción y llantas de 18″ entre otros.
Mazda MX-30 Origin desde 30.375 euros
Mazda MX-30 1ST Edition Modern desde 30.750 euros
Mazda MX-30 1ST Edition Vintage desde 30.590 euros
Mazda MX-30 Evolution Modern o Vintage desde 30.850 euros
Mazda MX-30 Zenith Modern o Vintage desde 34.250 euros
– Diseño, calidad de materiales y ajustes.
– El modelo ha sido diseñado para fabricarse con una huella casi nula.
– Uso de materiales reciclados.
– Equipamiento de serie.
– Autonomía muy reducida que se reducirá más aún con la degradación natural de la batería.
– Elevado precio de adquisición.
– Aunque el peso es contenido se debería hacer más hincapié en el uso de materiales más ligeros.